Esa situacion no es posible para un persona creyente del Nuevo Testamento, porque nuestra salvacion quedo garantizada desde el momento que creimos (2 Corintios 1:21-22, Efesios 1:13-14).
Nadie nos puede arrebatar de las manos del Senor (Juan 10:27-30) o separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesus nuestro Senor (Romanos 8:38-39).
Eso significa que no podemos apartarnos ni rehusar desviarnos para no volver. Por lo tanto nosotros no podemos cumplir con esa definicion.
Lo que sucede es que la intensidad de nuestra relacion con el Senor puede decaer y brotar en el tiempo.
El Senor ha prometido nunca perder a ninguno de nosotros (Juan 6:38-39). Y El ira tras de nosotros para traernos de vuelta, como un pastor rescata a una oveja que se ha extraviado.