Viernes 23 de octubre de 2020
P: Recientemente apareció en las noticias una mujer que estaba paralizada fue a la corte y ganó el “derecho a morir” al quitársele el tubo respiratorio. Sus padres piensan que si lo hace, se está suicidando y no irá al cielo. La pregunta es, si ella o cualquier otra persona no puede vivir sin la ayuda de máquinas, ¿se consideraría suicidio si le quitaran las tubos o se consideraría una muerte natural?
R: No creo que Dios haya tenido la intención de que mantengamos nuestras vidas indefinidamente por medios artificiales. Por tanto, no creo que pedir ser desconectado de una máquina que siempre será necesaria para mantenernos respirando sea suicidarse.
Pero incluso si lo fuera, no creo que el suicidio evite que una persona creyente vaya al cielo. El suicidio es un pecado en el sentido de que es una forma de asesinato. Pero al igual que otros tipos de pecado, también puede ser perdonado.
Cuando nos convertimos en personas creyentes, nuestra salvación está garantizada por Dios (Efesios 1:13-14) y todos los pecados de nuestra vida, pasados, presentes y futuros, son perdonados (Colosenses 2:13-14). A Su vista, nos convertimos en una nueva creación (2 Corintios 5:17), perfecta para siempre (Hebreos 10:12-14). Jesús dijo que una vez que somos Suyos, nadie nos puede arrebatar de las manos de Él o de Su Padre, y eso nos incluye a nosotros. Recuerde, es lo que creemos lo que nos salva, no cómo nos comportamos.
Jesús dijo: “De cierto os digo que el que oye mi palabra y cree en el que me envió, tiene vida eterna y no será condenado, sino que ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24).