Yo tambien creo que una vez que somos salvos, sin tomar en cuenta nuestros pecados, estamos cubiertos por la sangre de Jesus. Yo creo que no podemos dejar de pecar porque nuestro cuerpo es pecaminoso. Con frecuencia he oido, «Usted es salvo mientras pida perdon por sus pecados», o se arrepienta. Yo creci siendo ensenado que siempre debo arrepentirme de mis pecados y pedir perdon cada noche.
Pero… si vamos a creer que somos salvos porque le pedimos a Jesus que entrara en nuestros corazones, entonces tiene sentido que al pedirle a El que nos perdone una y otra vez es como pedirle que nos salve una y otra vez. Por ejemplo, si alguien vivio bajo la premisa de que «mientras usted pida perdon por sus pecados» y cuando alguien se salta una luz roja usted empieza a insultar a ese conductor y luego esa persona tiene un accidente y muere instantaneamente, esa persona no tuvo oportunidad para pedir perdon y tendria pecados no confesados en su vida cuando murio, entonces, ?esa persona seria no salva?
Solamente pregunto eso porque eso se dice una y otra vez y francamente que carga tendria uno sobre su cabeza cada dia que pasa en la vida de esas personas. No estoy diciendo que no debemos arrepentirnos una vez que somos salvos porque yo creo que arrepentirnos nos hace humildes al tener al Espiritu Santo indagando nuestros corazones por un pecado no confesado. Solamente estoy diciendo y preguntando ?Por que? ?Por que poner ese gran «y si» alli?
La segunda faceta es nuestra relacion la cual se llama comunion. La misma es condicional y es sobre nuestra posicion con El ahora, mientras estamos en la Tierra. Esa parte de nuestra relacion esta gobernada por nuestro deseo de confesarnos y ser perdonados por los pecados que cometemos despues de haber sido salvos.
Al no confesar esos pecados, nos colocamos en un lugar fuera de comunion con Dios y nos privamos a nosotros mismos de recibir las bendiciones que de otra manera podemos tener. Este es el motivo por el que tantas personas cristianas viven vidas derrotadas a pesar del hecho de que la Biblia nos promete una vida en abundancia (Juan 10:10). Cuando confesamos nuestros pecados somos perdonados y limpiados de toda injusticia, y nuestra relacion con Dios queda asi restablecida (1 Juan 1:9).
La parabola del hijo prodigo [https://gracethrufaith.com/es/articulo-de-fondo/el-hijo-prodigo-lucas-1511-35/#more-48922] (Lucas 15:11-32) ilustra lo anterior. El hijo prodigo nunca dejo de ser el hijo de su padre (union) y fue restablecido de inmediato a su posicion anterior tan pronto como el confeso su pecado (comunion).