Tan lejos como está el este del oeste

Q

Jueves 1 de agosto de 2019

P: Puesto que nadie sabe el día ni la hora, algunas personas que han aceptado al Señor y se han arrepentido de su pecado, podrían estar cometiendo adulterio, mintiendo, chismeando, robando, odiando, maldiciendo, teniendo un aborto, asesinando, teniendo sexo homosexual, y en un abrir y cerrar de ojos, se les da un cuerpo glorificado y se encuentran con el Señor en el aire y en las nubes. ¿Es eso correcto?

A

R: Si usted está preguntando si algunas personas creyentes nacidas de nuevo estarán pecando en el momento que el rapto ocurre, entonces la respuesta es sí. Nuestra participación en el rapto no depende de nuestro comportamiento en el momento que sucede. Depende en nuestra creencia que Jesús murió por nuestros pecados y resucitó de nuevo.

Desde el primer momento en que empezamos a creer eso, Dios eligió vernos como nos verá cuando seamos perfeccionados en la resurrección/rapto, y no como todavía somos ahora. Para Él, nosotros ya somos tan justos como Él es (2 Corintios 5:21), perfectos para siempre (Hebreos 10:1        2-14). Todos nuestros pecados, pasados, presentes y futuros, han sido quitados totalmente de tal manera que no ha quedado ningún trazo de ellos (Efesios 5:25-27).

Pablo escribió, “Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que habita en mí” (Romanos 7:20). Eso nos dice que Dios puede separar al creyente del comportamiento. Él ve a la persona creyente como que se encuentra libre de toda imperfección, y el comportamiento como los síntomas restantes de una enfermedad de la cual ya hemos sido sanados. Eso ya no es parte nuestra. Por consiguiente, es irrelevante a nuestra participación en el rapto. Cuando lleguemos ante la presencia del Señor seremos tan perfectos como Él ha escogido vernos desde el día en que fuimos salvos, separados de todos los trazos de nuestra vida terrenal como tan lejos está el este del oeste. (Salmo 103:12).