Temor y fe

Q

Lunes 21 de noviembre de 2022

P: En una reunión familiar se presentó el tema del temor. Yo dije que no es malo tener miedo (o sea, la noche antes de una cirugía, enfrentarse a una situación como el cáncer). Lo que está mal es que permitamos que el temor nos venza. Ser temerosos y andar en fe demuestra nuestra confianza en Dios de que Él va a hacer lo que Él dijo que haría. ¿Me puede ayudar a respaldar eso con las Escrituras?

A

R: El temor es una emoción común que todos sentimos, pero no proviene del Señor. Es una herramienta del enemigo. Nuestra fe tiene la intención de vencer nuestros temores, así que cada vez que sentimos temor debemos pedirle al Señor que aumente nuestra fe.

Eso me recuerda cómo el Señor criticó a Pedro por permitir que su falta de fe lo hiciera que se hundiera cuando trató de caminar sobre el agua. Mientras Pedro mantuvo su vista en el Señor todo iba bien. Pero cuando él se distrajo por el viento y las olas, tuvo miedo. Él permitió que su miedo venciera su fe y empezó a hundirse (Mateo 14:28-31).

Por eso es que Pablo nos aconsejó de regocijarnos por todo y no tener temor de nada. Él dijo que cuando hacemos eso, la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará nuestros corazones y nuestras mentes en Cristo Jesús (Filipenses 4:4-7).

Aprendiendo a encontrar algo con qué regocijarse aun cuando estamos temerosos, aumentará tanto nuestro amor por el Señor como nuestra fe en Él, porque eso nos ayudará a recordar que Él está haciéndolo todo para nuestro bien (Romanos 8:28). Como resultado de ello es que podremos encontrar la paz aun en situaciones de miedo.

Recuerde, el perfecto amor echa fuera el temor (1 Juan 4:18), y Su amor es perfecto. A pesar de que caminamos por un valle de sombra de muerte no debemos temer ningún mal porque Él está con nosotros. Su vara y Su callado nos infunden aliento (Salmo 23:4).