¿Tenemos nuestros propios demonios personales?

Q Queria preguntarle si tenemos o no demonios especificos con su propia personalidad los cuales nos atacan de manera regular. Yo estoy diariamente en el mundo y tomo mi relacion con Jesucristo muy seriamente. Soy muy cuidadoso sobre los medios a los que me sujeto y tengo un amor genuino por la disciplina de Dios y su naturaleza refinadora. Sin embargo, yo tengo ataques muy especificos que incluyen cuadros mentales que son terribles, y no parecen tener ningun sentido, pero tienen un «sello» unico en ellos. He orado y pensado mucho sobre estos ataques. ?Parece esto ser como un tema comun… de un unico ente demoniaco? En ese caso, ?hay algunas maneras especificas para defenderme de manera mas permanente de esta cosa?
A Yo se que es popular en algunos circulos hablar de un espiritu de este o aquel comportamiento pecaminoso como si proviniera de un ente demoniaco particular. Sin embargo, yo no he encontrado ninguna confirmacion en la Biblia que apoye esa idea. No creo que entendamos por que una persona puede particularmente ser susceptible a un cierto tipo de ataques mientras que otra tiene una debilidad en otra area.

Sin embargo, yo se que la Biblia ofrece instrucciones para luchar contra todo tipo de ataques. 2 Corintios 10:3-5 habla sobre las armas divinas que tenemos a nuestra disposicion para derribar fortalezas y llevar cautivos nuestros pensamientos desobedientes. Efesios 6:10-18 hace enfasis en la importancia de ponernos toda la armadura de Dios. Y Santiago 4:7 nos dice que nos sometamos a Dios y resistamos al diablo, y este huira de nosotros.

Juntos nos dan tanto las herramientas ofensivas como las defensivas con las que nos podemos defender de los dardos del maligno. Pero debemos entender que mientras estamos en esta tierra, somos extranos detras de las lineas enemigas y estamos sujetos a ataques. En el momento en que bajemos la guardia, somos vulnerables. Yo creo que la unica forma de evitar de manera permanente ser atacados, es dejar de ser una amenaza al enemigo. Pero aunque la posibilidad de ataque es una constante en nuestras vidas, asi es la promesa de la victoria. Mas grande es el que esta en nosotros que el que esta en el mundo (1 Juan 4:4).