¿Testigos o siervos?

Q

Lunes 16 de octubre de 2023

P: Mi padre es un creyente fiel que padece de cáncer óseo en su etapa final. Él siempre ha sostenido la posición de la teología de un rapto a mitad de la tribulación, pero últimamente ese punto de vista se ha convertido en una fuente de tormento ya que él contempla dejar a sus seres queridos atrás para una cruel persecución de creyentes que él está previendo. Yo he tratado de consolarlo con sus artículos que enseñan acerca del rapto pre tribulación y realmente varias veces ha llegado cerca de ver su punto de vista. Su único problema restante concierne a los 144.000. Él no cree que las personas serán salvas por gracia después del rapto. Así que ¿por qué les llamamos a los 144.000 “testigos” especialmente cuando la Biblia nunca los llama así? Para mí eso no es un gran problema, pero sí me gustaría tener una respuesta para mi papá. ¿Por qué los llamamos “testigos” de todos modos?

A

R: En un sentido él está en lo cierto que los 144.000 no son llamados testigos en la Biblia. Ellos son llamados “Siervos de Dios”. La palabra griega usualmente se traduce como “una persona vinculada en servicio sin salario” con lo cual se denota a alguien que voluntariamente ha dado su vida al servicio de alguien más. Pablo usó ese nombre para describir su propio papel en el Reino. Según la concordancia Strong el uso metafórico de esta palabra se refiere a “esclavo, por lo tanto en un sentido calificado de sujeción o subordinación.” O sea, “aquellas personas cuyo servicio es utilizado por Cristo para extender y avanzar Su causa entre los hombres.” Yo creo que esto los califica como testigos.

Ya sea que su papá acepte la posición pre tribulación o se aferra al punto de vista de la mitad de la tribulación, su problema real es su opinión de que nadie se salva por gracia después del rapto. La única manera como uno ha sido salvo es por la Gracia de Dios. Que nadie se salva por gracia fuera de la Era de la Iglesia ha sido cierto antes de que naciera la Iglesia y será cierto después que la Iglesia ha partido, porque ninguna persona puede jamás calificar para la salvación basada en sus méritos. Lo que es diferente acerca de la Iglesia es que no se nos requiere hacer nada más como evidencia de nuestra fe.

Una de las descripciones más elocuentes de la salvación por Gracia en cualquier lugar de la Biblia se encuentra en el Antiguo Testamento y la recitan los judíos ortodoxos en la primera tarde de la Fiesta de las Trompetas:

¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. Cumplirás la verdad a Jacob, y a Abraham la misericordia, que juraste a nuestros padres desde tiempos antiguos” (Miqueas 7:18-20).