Lunes 2 de agosto de 2021
P: Ref.: No juzguen para no ser juzgados Hay una diferencia entre que nosotros “juzguemos” a otras personas y creer en lo que Dios ya ha dicho. Cuando yo le digo a mi hija adolescente que es pecado que una de sus amigas tenga sexo antes del matrimonio, yo no estoy “juzgando” a esa chica. Yo estoy de acuerdo en lo que Dios ya ha dicho. Yo estoy cansada de las gastadas reprimendas que yo soy juzgada cuando reconozco el pecado como Dios lo llama. Es importante poder discernir esto especialmente cuando se crían hijos, ¿cierto?
R: Es cierto que la Biblia prohíbe las relaciones sexuales antes del matrimonio. Por consiguiente, la amiga de su hija está pecando al tener sexo pre marital. El identificar el comportamiento de alguna persona como pecado de acuerdo a los estándares bíblicos no es lo mismo que juzgar a esa persona. El juicio ocurre cuando nosotros nos formamos una opinión negativa acerca de una persona en base a su comportamiento.
Si su hija percibió que en el curso de identificar el comportamiento de su amiga como pecaminoso, usted lanzó opiniones sobre su carácter o expresó una opinión negativa acerca de sus valores como persona entonces usted la estaba juzgando. Eso fue lo que el Señor nos advirtió no hacer en Mateo 7:1-2. Siendo pecadores nosotros mismos no estamos en posición alguna para condenar (misma palabra griega) a alguien más que peca. Jesús dejo esto claro en la parábola del fariseo y el publicano (Lucas 18:9-14).
La respuesta bíblica apropiada, además de identificar el comportamiento como pecaminoso, es unirse con su hija y pedirle al Señor que perdone el pecado de la amiga de ella (1 Juan 5:16). Si la amiga no es una persona creyente usted debe orar para que el Espíritu Santo abra su corazón para recibir al Señor. De esa forma usted está expresando su amor por la amiga de su hija como una persona a pesar de que está incurriendo en un comportamiento pecaminoso.