Trabajando para nuestra salvación

Q

Martes 20 de febrero de 2024

P: Saludos. Pablo dice en Filipenses 2:12-13: “Por tanto, amados míos, ya que siempre han obedecido, no sólo en mi presencia, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocúpense en su salvación con temor y temblor, porque Dios es el que produce en ustedes lo mismo el querer como el hacer, por su buena voluntad.”

Me gustaría recibir sus comentarios sobre estos dos versículos con respecto a la salvación. Actualmente, sigo estudiando sobre este tema y su opinión sobre la salvación es muy profunda. ¿Por qué estaba advirtiendo a las personas creyentes que trabajaran en su salvación con temor y temblor?

A

R: Pablo mismo dijo que cuando confesamos y creemos somos salvos (Romanos 10:9) y en ese momento se nos da el Espíritu Santo como un depósito que garantiza nuestra herencia (Efesios 1:13-14), así en Filipenses 2:12-13 obviamente Pablo está hablando de cosas adicionales. El pasaje comienza con la palabra “por lo tanto” que lo vincula con el anterior, donde Pablo nos advirtió que seamos lo más parecidos a Jesús como sea posible. Jesús no fue obligado a ser obediente, lo hizo por amor. Él fue obediente hasta el punto de morir para agradar a Dios, por lo que debemos esforzarnos por ser obedientes también, y por la misma razón. A Dios le agrada.

Recuerde, Pablo estaba escribiéndole a personas creyentes, personas que ya eran salvas. Ahora les está diciendo a esas personas, y a nosotros, que el trabajo no termina ahí. Debemos esforzarnos por ser más como Cristo en nuestra manera de vivir. No para ganar algo, porque ya lo hemos recibido, sino para permitir que Dios trabaje en nosotros de acuerdo con Su propósito. Es muy parecido a su consejo a los corintios en 1 Corintios 9:24-25 donde comparó la vida de la persona creyente con la de un atleta olímpico, entrenando para ganar una corona.

En Filipenses 2:14-15 Pablo dijo que deberíamos esforzarnos por convertirnos en lo que ya somos en fe, irreprensibles y puros. De esta manera, nos distinguimos del mundo depravado en el que vivimos y así brillamos como estrellas mientras transmitimos la palabra de vida.

Al hacer esto, nos convertimos en un faro para las personas que están perdidas en sus pecados, atrayéndolas a Dios y cumpliendo Su propósito en nuestras vidas.