Mi trabajo me está deprimiendo

Q

Viernes 29 de octubre de 2021

P: Mi trabajo de “profesor de Educación Religiosa”, me permite hablar libremente acerca de Jesús—junto con otras religiones del mundo—a estudiantes que ordinariamente no oirían de Él. En el pasado he considerado eso como una bendición. Últimamente, mi trabajo se ha vuelto cada vez más estresante debido a las exigencias y presiones que aplica la gerencia superior. Tengo dificultades en conectarme con mi hogar y mi tiempo libre es tomado por trabajo extra para poder cumplir con las fechas tope. Me siento como que camino en una cinta de andar de la que no me puedo bajar.

1 Corintios 10:33 dice que no debemos buscar nuestro propio bien, sino que el bien de muchos para que puedan ser salvos. Eso sugiere que podemos seguir adelante sin importar nuestros propios sentimientos para llegar a un bien mayor. Sin embargo, a pesar de que les estoy hablando de Jesús en mis lecciones, lo cual disfruto hacer, mi trabajo está interfiriendo con mi caminar diario porque consume todos mis pensamientos tanto en el trabajo como en el hogar al punto en que tanto mi salud como mi relación con Jesús están sufriendo. ¿Qué debo hacer?

A

R: Yo creo que usted está malinterpretando 1 Corintios 10:33. Pablo estaba repitiendo una afirmación que él había hecho anteriormente en la cual el contexto es la libertad de la persona creyente. En 1 Corintios 10:23 Pablo dijo, “Todo me es lícito, pero no todo conviene.” La idea es que nuestros pecados han sido perdonados por adelantado así que técnicamente podemos hacer lo que queramos.

Pero eso sería un enfoque inmaduro y auto-centrista que podría tener efectos negativos en las personas que nos rodean así que no buscamos nuestro propio bien sino el bien de los demás. En otras palabras, nosotros gobernamos nuestro comportamiento como para evitar causarle a una persona más débil un tropiezo o que alguien que está buscando se vuelva atrás.

Pablo estaba hablando acerca de vivir una vida cristiana que deje una impresión positiva en los demás. Yo no creo que él nos estaba diciendo que sacrificáramos nuestra propia salud y felicidad, sin mencionar nuestro caminar con el Señor.

Yo le sugiero que usted lleve este asunto ante el Señor en oración y que le pida al Señor que le muestre lo que Él desea para usted.