Tratando con gente religiosa

Q

Miércoles, 4 de octubre de 2017

P: ¿Cómo se puede tratar con gente religiosa que continuamente está presionando su auto justificación? Por un lado dicen que Jesús es su Salvador, y por el otro dicen que esa persona o esa otra se va al infierno porque no hacen esto o lo otro. Yo sé que Jesús va a tratar con eso, con los escribas y fariseos, pero ¿cómo podemos tratar con eso hoy día? ¿Cómo podemos caminar en amor y no ofender a esa persona que parece que ha puesto toda su fe en los trapos de inmundicia, e insiste en vestir a otros con esas mismas ropas?

Estoy consciente de la historia que Jesús narró sobre los dos hombres orando de pie… pero ¿qué le dice usted al que está proclamando su propia justificación? Yo encuentro que la ira está creciendo en mi corazón con respecto a eso, y luego me siento culpable, porque he caído en juzgar a otra persona. Yo era extremadamente religioso y eso me hacía sentirme engreído… pero por la gracia de Dios, Él me guio a las enseñanzas de Pablo con lo cual Él zafó la tabla debajo de mis pies. Era más fácil tener fe en mí mismo al guardar todas las reglas hechas por el ser humano, que ser honesto conmigo mismo y confiar en Jesús para mi salvación. Usted podría suponer que fui como eso una vez, que yo podía tratar con ello, pero no puedo. ¿Me puede ayudar?

A

R: Los expertos dicen que nosotros somos muy impacientes con los rasgos que vemos en otras personas y que hemos superado en nuestra propia vida. (Piense en los antiguos fumadores, por ejemplo.) Sobreponerse a estos rasgos hace que seamos menos tolerantes de los demás en lugar de ser más tolerantes, probablemente porque sabemos que los mismos pueden ser superados. Si se lo permitimos, el enemigo usará este conocimiento para derrotarnos, de la misma manera como él usó ese rasgo en el pasado que nosotros vencimos.

Si usted cree de su intolerancia como un ataque del enemigo, el rasgo se trata igual, y usted puede derrotarlo a él otra vez. Rechace sus pensamientos de juicio y de ira en el nombre del Señor (2 Corintios 10:3-5). Resista al diablo y este huirá de usted (Santiago 4:7). Pronto usted volverá a estar en paz.