Un asunto de divorcio

Q

Jueves 13 de agosto de 2020

P: He estado separado de mi esposa durante casi seis años, ella tuvo un affaire, me mintió. No estamos divorciados. Mi pregunta a usted es, ¿debo divorciarme? Mi corazón me dice que debo hacerlo, pero parece que no tengo el valor para hacerlo. Ella nunca ha pedido el divorcio, pero no hay ninguna esperanza de que volvamos a estar juntos de nuevo. Yo sé que a Dios no le agrada el divorcio y yo no tengo ningún deseo de conocer a otra mujer por el momento. Me convertí en creyente el verano pasado y eso ha estado en mi mente con más frecuencia últimamente. Su consejo será altamente apreciado. Dios le bendiga.

A

R: Es un error común creer que si no hemos firmado un acta de divorcio, entonces no hemos violado la advertencia de Dios en contra del divorcio. Muchas parejas cristianas que se odian mutuamente y han abandonado la idea de siquiera intentar reconstruir su relación, manteniéndose juntas solamente por las apariencias externas, se sorprenderán al saber que a los ojos de Dios no son mejores que si se hubieran divorciado. Dios no juzga nuestras acciones exteriores, sino juzga nuestros pensamientos y motivos interiores. Él no es engañado por la forma sin sustancia.

Este fue todo el propósito de la enseñanza del Señor en el Sermón del Monte. Solamente porque no hemos matado a nadie no quiere decir que somos inocentes de asesinato, dijo Él. Todo lo que se necesita es ira para violar el mandamiento. Solamente porque no hemos engañado a nuestro cónyuge no quiere decir que somos inocentes de adulterio. El deseo es todo lo que se necesita. Él pudo haber añadido que solamente porque no hemos robado la posesión de alguien más, no quiere decir que somos inocentes de robo. Codicia es todo lo que se necesita.

Pero fuera de eso, cuando su esposa tuvo un affaire y lo dejó, ella se divorció de usted a los ojos de Dios y usted es libre para legalizar eso especialmente si no hay ninguna posibilidad de reconciliación. El adulterio es el único motivo aceptable para el divorcio ante los ojos del Señor (Mateo 5:32), porque el adulterio viola el modelo espiritual del Señor y Su Iglesia de lo que el matrimonio está diseñado a ser.