Un comentario sobre el diezmo

Q

Lunes 6 de septiembre de 2021

P: Leo sus respuestas sobre el diezmo pero todavía no encuentro “el diezmo” en el Nuevo Testamento. No estoy diciendo que no debemos dar pero creo que la gente debe conocer la verdad. Diezmar es una ley del Antiguo Testamento la cual no se menciona en ningún lugar en el Nuevo Testamento. Los pastores hacen referencia al Antiguo Testamento para que las personas creyentes del Nuevo Testamento se sienten culpables y den más. Repito, no estoy diciendo que no debemos dar conforme el Señor nos dirige a hacerlo, pero ¿en dónde es que el Nuevo Testamento nos ordena diezmar?

A

R: No es mi intención no ser amable, pero yo creo que usted no se dio cuenta del punto central de mis estudios sobre ese tema. Se resume a lo siguiente. El Nuevo Testamento dice que el Señor ama al dador alegre y que la medida que usamos para dar determinará la medida de la bendición que recibimos (2 Corintios 9:6-7; Lucas 6:38). Entonces, ¿cómo sabemos lo que es generoso? A través de la Biblia la norma ha sido un 10%, de tal manera que algo que está por debajo de eso no se considera generoso.

Es como dejar una propina en un restaurante. No hay nada determinado, pero un 15% se ha vuelto la norma. Muchas personas dan más cuando sienten que el servicio que recibieron lo merece. A esas personas se les llama “las que dejan buenas propinas.” Pero las personas que acostumbran dejar una propina menor que esa norma no se les considera como que dejan buenas propinas.

Muchas personas que discuten en contra de diezmar están tratando de justificar su actual nivel de dar. No se dan cuenta que el Señor no necesita nuestro dinero y que a nadie más le importa cuánto es lo que damos.

Pero sí debemos sacar a la iglesia y al clero de la ecuación, pues los mismos no son la razón por la que damos, como tampoco son los receptores apropiados de nuestras contribuciones.

Nuestro dar tiene la intención de demostrar la gratitud que sentimos por lo que el Señor ya ha hecho por nosotros y así podemos apoyar a un ministerio al que el Señor nos llama a ayudar. Si usted cree que lo está dando es una demostración razonable de su agradecimiento y está contento con las bendiciones que está recibiendo, eso es lo que importa.