«Andaban por ahi algunos judios exorcistas, que intentaban invocar el nombre del Senor Jesus sobre los que tenian espiritus malignos. Les decian: Los que hacian esto eran los siete hijos de un judio llamado Esceva, que era jefe de los sacerdotes; pero el espiritu maligno les respondio: Dicho esto, el hombre que tenia el espiritu malo se arrojo sobre ellos; y los derribo con tanta fuerza que los hizo huir desnudos y heridos.»
Este pasaje es claro al decir que esas personas eran judias que usaban el nombre de «Jesus, a quien Pablo predica» en sus esfuerzos exorcistas. Pero ellos no tenian ningun derecho de hacer eso. Los demonios, al reconocer que ese era un uso no autorizado del nombre del Senor por personas que no creian en Su poder, cuestionaron su derecho de hacerlo.
Al perseguirlos, los demonios demostraron que no es el nombre lo que tiene poder sobre ellos, sino que es Aquel quien es llamado por el nombre. Al autorizar a Sus seguidores para usar Su nombre (Juan 14:13) Jesus nos dio el derecho de actuar en Su nombre, pero ese derecho no se le ha otorgado a nadie mas.