Vidas derrotadas

Q

Miércoles 24 de julio de 2019

P: Después de que la verdadera salvación haya tenido lugar genuinamente en la vida de una persona, ¿es posible que esa persona tome unas vacaciones de 15 a 20 años, o incluso hasta la muerte, de escuchar o leer o aceptar alguna forma de la Palabra de Dios?

Yo pasé por un período oscuro de un par de años en el que me alimenté con nada más que el mundo. Ya había llegado a la más densa oscuridad como para que volver a correr hacia la Luz. No me gustaba vivir sin el Evangelio o al menos escuchar la Palabra de Dios. Como creyentes, ¿podemos realmente ser salvos y luego no alimentar a nuestras almas con la Palabra de alguna forma?

En otras palabras, alimentarse de la Palabra de alguna forma o manera. Si tomáramos un descanso de la Palabra durante tanto tiempo, ¿no nos castigaría Dios o haría que las cosas sucedieran de tal forma que nos devolviéramos? O, ¿una persona salva simplemente vive una vida derrotada cuando ya no está en comunión con la Palabra de Dios? ¿Tiene esto que ver con aquellas personas creyentes que simplemente no dan mucho fruto en toda su vida?

A

R: Sí, creo que es posible vivir una vida totalmente sin mérito, incluso después de haber sido uno salvo. El Espíritu Santo es solo un Consejero después de todo.

Todos tenemos el control de nuestras propias vidas. Mateo 13:22 habla de un hombre que escucha la palabra de Dios, pero las preocupaciones de este mundo y el engaño de la riqueza la ahogan, haciéndolo infructuoso.

Más a menudo el caso es más como el suyo. Una o dos temporadas alejados del Señor, y volvemos corriendo. El Señor nos impulsa a todos a hacer eso, pero algunos no prestan atención.

Y para todos los que nunca van a la iglesia o leen su Biblia después de haber sido salvos, hay una innumerable cantidad de personas que solamente se sientan en la banca semana tras semana, pero nada parece alcanzarlas. Por ejemplo, un estudio reciente sobre finanzas mostró que el 40% de las personas evangélicos nunca contribuyen un centavo a las necesidades de su iglesia. También viven vidas derrotadas y no dan fruto. Lamentablemente, ya sea en la iglesia local o fuera de ella, la condición que usted describe es demasiado común.