El escribio, «Pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo. Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo.» (NVI)
Nuestro conocimiento de Dios es nuestra arma divina. Esta contenida en Su palabra. Por ejemplo, 1 Timoteo 2:3-4 nos dice que Dios quiere que todas las personas sean salvas y que lleguen al conocimiento de la verdad. Efesios 2:8-9 dice que somos salvos por gracia por medio de la fe, y la fe no proviene de nosotros sino que es un regalo de Dios. Eso significa que cuando le pedimos a Dios que nos salve, El estuvo de acuerdo, y El nos doto con la fe para creer y ser salvos. Ese es el conocimiento de Dios que tenemos.
Las dudas que le llegan a su mente provienen del enemigo el cual esta tratando de hacer que usted niegue eso. Pero usted sabe que Dios quiere que usted sea salvo y le dio la fe para creer que lo es. Por consiguiente, usted sabe que la duda que algunas veces siente no es real. Es una pretension que se ha levantado en contra de su conocimiento de Dios. Usted puede demoler esa pretension y llevar ese pensamiento cautivo al repetir Efesios 2:8-9. Eso hara que el pensamiento en su mente sea obediente a lo que el Senor ya hecho por usted.
Ese fue el modelo que el Senor nos dio en las tentaciones en el desierto (Mateo 4:1-11) cuando El hizo uso de nada mas que las Escrituras para derrotar cada uno de los ataques de Satanas y lo envio lejos. Santiago 4:7 dice que si nos sometemos a Dios y resistimos al diablo, el mismo huira de nosotros, de la misma manera que huyo de Jesus.
«Toda la Escritura es inspirada por Dios, y util para ensenar, para redarguir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra» (2 Timoteo 3:16-17).