Elegidos, Rechazados, Aceptados…
Lunes 16 de mayo de 2022
Así que, en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de ustedes; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios (Romanos 11:28-29).
Pablo nos explica ahora que a pesar de que los judíos parecen ser enemigos del Evangelio, las promesas de Dios a sus patriarcas son inviolables, y no están condicionadas a ningún comportamiento. Dios ha preservado un remanente para estos tiempos como lo hizo en tiempos de Elías (Romanos 11:1-6). Y, de hecho, su oposición al Evangelio le ha traído grandes bendiciones al mundo gentil, abriéndoles las puertas de la Salvación a todas aquellas personas que entren. (Vea Isaías 49:1-6 para la promesa de Dios de que eso sucedería.)
¿Cuántas veces se lo tengo que decir?
Dios expresó eso mismo por medio del profeta Ezequiel 600 años antes, “Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho el SEÑOR Todopoderoso: No lo hago por ustedes, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual ustedes profanaron entre las naciones adonde han llegado. Y santificaré mi grande nombre, profanado entre las naciones, el cual profanaron ustedes en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy el SEÑOR, dice el SEÑOR Todopoderoso, cuando sea santificado en ustedes delante de sus ojos. Y yo los tomaré de las naciones, y los recogeré de todas las tierras, y los traeré a su país. Esparciré sobre ustedes agua limpia, y serán limpiados de todas sus inmundicias; y de todos sus ídolos los limpiaré. Les daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de ustedes; y quitaré de su cuerpo el corazón de piedra, y les daré un corazón de carne. Y pondré dentro de ustedes mi Espíritu, y haré que anden en mis estatutos, y guarden mis preceptos, y los pongan por obra” (Ezequiel 36:22-27).
Ese es uno de los muchos pasajes en el Antiguo Testamento que explican que el remanente de Israel volverá a nacer en los últimos días. El renacimiento se llevará a cabo tanto en el sentido político (la nación volverá a existir luego de una ausencia de 2000 años) como en el sentido espiritual (serán salvos por gracia de la misma manera como lo somos usted y yo). Y luego Dios abrirá sus depósitos de las bendiciones que Él ha guardado para este momento. Dejemos que Su Palabra nos lo diga.
“Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito” (Zacarías 12:10-11). Cuando todas las naciones se reúnan en contra de Jerusalén para la grande y final batalla de la era del hombre, el remanente de Israel se volverá a su Mesías y le pedirán que retorne. Habiendo hecho que Él los rechazara y los dejara (Oseas 5:15), finalmente reconocerán su error, admitirán su culpa y pedirán que vuelva (Oseas 6:1-2). “Después saldrá el SEÑOR y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla” (Zacarías 14:3).
Aceptados… finalmente y para siempre
“En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado… Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho el SEÑOR Dios tuyo” (Amós 9:11, 14-15).
“Pero se gozarán y se alegrarán para siempre en las cosas que yo he creado; porque yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor. No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito. Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos del SEÑOR, y sus descendientes con ellos. Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo el SEÑOR” (Isaías 65:18-25).
Tiempo para la bendición
En ese momento, la maldición que ha afligido al Planeta Tierra desde Génesis 3, será levantada. “Los montes y las colinas levantarán canción delante de ustedes, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso” (Isaías 55:12). Finalmente habrá paz en la tierra y buena voluntad entre los seres humanos. Las naciones no levantarán la espada unas contra otras (Miqueas 4:3). Aun los animales vivirán en paz. Largos períodos de años retornarán y la enfermedad y las dolencias serán dramáticamente reducidas y la tierra será restaurada a su condición de antes de la caída. En la Nueva Jerusalén no habrá más muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor (Apocalipsis 21:4). Y todas las personas de la tierra serán bendecidas (Génesis 12:3). Porque si las transgresiones de Israel significan riquezas para el mundo, ¡cuánto más le traerá su cumplimiento! (Romanos 11:12).
“¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” (Romanos 11:33-36). 30-06-2003