Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
Alguien me hizo una grandiosa pregunta el otro día. “¿En realidad las Escrituras prometen un Rapto antes de la Tribulación, o solamente es una opinión que ha pasado de profesor a estudiante?” Luego esa persona me desafió a que citara aunque fuera un solo versículo bíblico que pudiera llevar a alguien a creer en la posición del Rapto antes de la tribulación—o pre-tribulacional—si es que no la habían escuchado anteriormente de algún otro profesor de Biblia. Él dijo que en todos sus estudios bíblicos, no había podido encontrar un solo versículo. Veamos si esta persona está en lo correcto.
Primero, Algunos Puntos Generales
El Rapto no es otro nombre para la Segunda Venida. Como 1 Tesalonicenses 4:15-17 y Juan 14:1-3 explican, el Rapto es un evento secreto no programado, cuando Jesús llega a medio camino entre el cielo y la tierra para encontrarse con Su Iglesia en el aire y llevarla a donde Él se encuentra ahora. Y digo secreto y no programado, porque el momento específico permanecerá desconocido hasta que haya sucedido. Por el otro lado, la Segunda Venida es un evento programado y público cuando Jesús llega hasta la tierra con Su Iglesia, para establecer Su reino aquí. Y digo programado y público porque el momento general de su llegada será conocido en la tierra tres años y medio antes que suceda; y público, porque todas las personas en la tierra podrán ver su llegada. Mateo 24:29-30 dice que eso sucederá justo después que la Gran Tribulación ha terminado y que todas las naciones verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo.
La membresía en la iglesia y por lo tanto la participación en el Rapto es contingente sobre el haber aceptado personalmente la muerte del Señor como pago completo y total por nuestros pecados. Así como Su muerte adquirió el perdón total para todas las personas, cada uno de nosotros debemos pedir que ese perdón sea activado en nosotros. Cada persona que pida la salvación recibe un “Sí” incondicional e irrevocable (Mateo 7:7-8, Juan 3:16, Efesios 1:13-14). “Porque todas las promesas de Dios son en él [Cristo] Sí” (2 Corintios 1:20).
Eso Es Chino Para Mí
Y finalmente, a pesar de que los cínicos ciertamente pueden decir que la palabra Rapto no se encuentra en ningún pasaje de las Escrituras, esa afirmación, por las intenciones que acarrea, no es correcta. Rapto es una palabra derivada del latín, no del hebreo o del griego, que son los lenguajes de la Biblia. (La traducción más antigua de la Biblia se hizo al latín, y la palabra rapto viene de allí.) Su equivalente griego es harpazo que se encuentra en el texto griego de 1 Tesalonicenses 4:17. Cuando se traducen al idioma español, ambas palabras significan “ser arrebatados” o “atrapados”. La palabra harpazo que fue la que Pablo en realidad utilizó, proviene de las raíces que significan “levantar del suelo” y “tomar para uno mismo”, y sugieren que al hacer eso, el Señor nos está reclamando ansiosamente para Él. De manera que si la palabra en latín no aparece en nuestras Biblias, el evento que describe ciertamente sí aparece en ellas. Existe una situación similar con la palabra Lucifer, cuyo origen es también del latín. No aparece tampoco en ninguno de los textos originales, pero nadie puede ser tan ingenuo como para negar la existencia de Satanás sobre una base tan pobre. Con esa introducción, pasemos ahora al primero de los pasajes más conocidos sobre el Rapto:
“Por lo cual les decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4:15-17).
La mayoría de nosotros estamos muy familiarizados con estos versículos. Pero observen que en ningún momento se dice cuándo sucederá el Rapto, solamente que sucederá. También observen que el Señor no llega hasta la tierra. Nosotros nos encontramos con Él en las nubes, y luego, según Juan 14:1-3, regresamos con Él al lugar de donde vino. Si esta fuera la Segunda Venida, Él vendría aquí a donde nosotros estamos, y no vendría a tomarnos para llevarnos en donde Él está. Pablo describió el mismo evento en 1 Corintios 15:51-52. En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Allí Pablo dice que estaba revelando un secreto, pero la resurrección de los muertos no era ningún secreto. Esta se puede encontrar en todo el Antiguo Testamento. El secreto está en que algunos no van a morir, sino que serán tomados vivos ante la presencia del Señor después de pasar por una transformación instantánea. El Rapto sucede muy rápido. En un instante nos encontramos caminando en la tierra y al siguiente estamos en el Reino.
A propósito, no intenten usar las referencias de la trompeta en el versículo 52 para establecer el momento del Rapto con algún otro evento. Puesto que tanto el pasaje en Corintios como el de Tesalonicenses describen el mismo evento, es seguro asumir que esta trompeta es la misma que la mencionada en 1 Tesalonicenses 4:16 y que señalará el fin de la Era de la Iglesia, que es cuando la Iglesia va a desaparecer de la Tierra. Entonces estas dos referencias nos dicen que una generación de seres humanos no morirá sino que de un momento a otro seremos cambiados de nuestra forma terrenal a nuestra forma celestial. Y puesto que tanto Mateo 24:31 (“y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”) y Apocalipsis 17:14 (“los que están con él son llamados y elegidos y fieles”) dicen que estaremos con el Señor cuando Él retorne, esto tiene que suceder en algún momento antes de la Segunda Venida. Y no pueden ser solamente los creyentes que han resucitado los que regresan con Él, porque los pasajes anteriores del Rapto dicen que seremos cambiados al mismo tiempo que los muertos son resucitados.
¿Entonces, Cuándo Sucede Esto?
En el Nuevo Testamento la indicación más clara que tenemos del Departamento de Fijación del Tiempo, está en 1 Tesalonicenses 1:9-10. “Porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibieron, y cómo se convirtieron ustedes de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera”.
La palabra griega traducida como “de” es “apo”. Al traducirla literalmente, significa que seremos rescatados del tiempo, del lugar, o de cualquier relación que hubiera con la ira de Dios. Denota tanto salida como separación. Esto está apoyado por 1 Tesalonicenses 5:9 que declara, “Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
Algunas personas se enorgullecen en señalar que uno no puede usar la ira de Dios e intercambiarla con la Gran Tribulación. No son lo mismo, dicen. Y en eso están en lo correcto, los dos términos no son sinónimos. La Gran Tribulación es un período de tres años y medio que comienza en Apocalipsis 11—13. La ira de Dios es más larga, empezando en Apocalipsis 6, como lo explica el versículo 17. Los seguidores del Rapto de después de la tribulación y los del Rapto antes de la ira de Dios, tratan de negar esto, pero las Escrituras son claras. El momento de la ira de Dios comienza con los juicios de los sellos. Los juicios de las copas que vienen después, no inician el momento de Su ira, sino que la concluyen (Apocalipsis 15:1). Habiendo sido rescatados del tiempo, del lugar y de cualquier relación que hubiera con la ira de Dios, significa que la Iglesia tiene que desaparecer antes de Apocalipsis 6, y es por eso que nosotros creemos que el Rapto se lleva a cabo en Apocalipsis 4 y la Iglesia es ese grupo de creyentes que se ven en el Cielo en Apocalipsis 5.
Sea Usted el Juez
Ahora apliquemos a mi pregunta la prueba de fuego. ¿Puede un creyente que se encuentra en una proverbial isla solitaria, acompañado únicamente con su Biblia y sin ninguna idea preconcebida, concluir que hay un Rapto pre-tribulacional solamente con leerlo en su Biblia, o solamente puede llegar a esa conclusión al escucharlo de alguien que se lo enseña? Bueno, de Isaías 13:9-13 y Amós 5:18-20, esta persona habría aprendido que Dios va a juzgar la Tierra por sus pecados en un momento terrible llamado el Día del Señor, cuando Él derrame Su ira sobre la humanidad. Al leer Mateo 24:21-22 él se habrá dado cuenta que este tiempo de juicio será tal severo que si el Señor no hace algo para detenerlo, nadie podría sobrevivir. Pero el Señor lo detendrá al retornar en poder y gran gloria. Puesto que esa persona se habrá dado cuenta de que el Señor aún no ha retornado, sabrá que la ira de Dios está aún en el futuro.
Cuando llega a 1 Tesalonicenses 1:9-10 se dará cuenta de que esta es una declaración muy clara. Jesús nos rescata de la ira venidera. En la metodología del “quién, qué, dónde, cuándo y porqué” de un investigador periodístico, él tendría el Quien (Jesús), el qué (nos rescata) y el cuándo (el momento de la ira venidera). Continuando con su lectura, esta persona llegaría a 1 Tesalonicenses 4:15-17 para obtener el dónde (de la tierra hacia las nubes), y en 1 Tesalonicenses 5:9, el por qué (porque no nos ha puesto Dios para la ira). De allí, lógicamente concluiría que puesto que nosotros seremos rescatados del momento de la ira venidera y puesto que no estamos destinados para la ira, nuestro rescate debe de ser antes de todo eso.
Él también contestaría a otra de las preguntas de investigación periodística en 1 Tesalonicenses 4:15-17 y así es como sucedería. El Señor mismo descenderá del Cielo a nuestra atmósfera, y de un momento a otro, nos arrebatará de la tierra para reunirnos con Él allí. En el capítulo 5 él se daría cuenta de que nunca sabríamos el momento exacto de este evento, sino solamente que precedería la ira venidera. Por supuesto que hay muchos pasajes adicionales a los que me podría referir, pero yo creo que ya he logrado lo que quería y pude contestar la pregunta. De hecho, iré un paso más allá.
Yo creo que desde que nuestro lector hipotético no tiene a nadie que lo pueda persuadir de manera diferente, él asumiría que lo que está leyendo se debe de tomar de manera literal. Y si ese es el caso, entonces la posición pre-tribulacional es la única conclusión a la que él podría llegar lógicamente, porque cualquier otra posición requiere de una reinterpretación desde moderada a voluminosa de la Biblia. Yo me atrevo a decir de que si a esta persona se le deja sola con el Espíritu Santo como su guía, él esperaría ser raptado antes de que la ira de Dios comience en Apocalipsis 6. Es que Dios no escribió la Biblia para confundirnos, sino para informarnos. Es la humanidad la que causado la confusión. Si usted le entrega al Espíritu Santo un estudiante con una mente clara, sin contaminación por las opiniones y prejuicios de las personas, Él llevaría a esa persona al conocimiento del Rapto que es más consistente con la interpretación literal de la Biblia. Y eso requiere un Rapto pre-tribulacional.
Pero Esperen, Aun Hay Más
Mientras que estamos en el tema, hay otro asunto que señala al Rapto pre-tribulacional y nos llega en la forma de una clave en 1 Tesalonicenses 4:15, apenas al comienzo del pasaje sobre el Rapto. El versículo 15 comienza con la frase, “Por lo cual les decimos esto en palabra del Señor”. Simplemente no existe ningún lugar en el Nuevo Testamento en donde el mismo Jesús habla sobre algunas personas siendo resucitadas y otras siendo transformadas para encontrarse con el Señor en el aire. Él nunca dijo algo parecido, como tampoco siquiera lo sugirió. Aquellas personas que creen que ven eso en Mateo 24:40-41 primeramente tienen que ignorar el hecho de que Jesús estaba explicando eventos que sucederían sobre la Tierra en el día de Su retorno, lo cual colocaría el Rapto después de Su Segunda Venida, que es algo que nadie cree. Ellos también tendrían que ignorar en hecho de que en Mateo 24:40-41 tanto los creyentes como los incrédulos son enviados a algún lugar, siendo los creyentes recibidos por Él, mientras que los incrédulos son rechazados. Usted tendría que investigar las palabras griegas traducidas como “tomados” (paralambáno) y “dejados” (afíemi) para darse cuenta de esto, pero cuando lo hace, usted se dará cuenta que en el idioma español esto es confuso. Ningún punto de vista sobre el Rapto incluye el disponer de los incrédulos, ni siquiera los menciona.
A propósito, esto es un gran ejemplo del porqué la interpretación literal, histórica y gramatical es tan importante. Nuestra Biblia fue mayormente escrita en hebreo y griego. Cada traducción depende del movimiento de las palabras de un idioma al otro. Este proceso no necesariamente produce una traducción perfecta, por eso es que las personas versadas tuvieron que tomar en cuenta esto y ejercitar su propio juicio de tiempo en tiempo. Pero las personas no son perfectas. Todas tenemos nuestras predisposiciones. Cuando se trata de un asunto importante en el cual uno desea tener el significado exacto, siempre es una buena idea verificar el trabajo dos veces. Afortunadamente, nosotros tenemos una herramienta increíble en la Concordancia de Strong. Esta contiene cada palabra hebrea y griega de la Biblia, con su significado principal y secundario, la frecuencia con que la palabra aparece en la Biblia y los significados que se utilizan en cada situación. Usted puede comparar estas palabras con el significado que los traductores han utilizado y ver si usted está de acuerdo con el tratamiento del pasaje. Al hacer eso con Mateo 24:40-41, usted encontrará que el significado principal de paralambáno, (Strong G3880), es el de recibir, y el de afíemi (Strong G863), es el de enviar. Las personas con una disposición del Rapto después de la tribulación, leen 1 Tesalonicenses 4:15, para luego ir a Mateo 24:40-41 en donde vieron a un grupo que es “tomado” y a otro grupo que es “dejado” después del final de la Gran Tribulación. Si asumimos que estas son las palabras del mismo Señor, sobre las que Pablo se estaría refiriendo, aquí se detendrían. Estas personas han visto lo que querían ver.
En realidad, lo más seguro es ver Mateo 24:40-41 como una preámbulo del juicio de las ovejas y las cabras de los sobrevivientes de la tribulación. La palabra tomados (recibidos) se refiere a los creyentes que van a vivir en el Reino, y la palabra dejados (despedidos) se aplica a los incrédulos que son enviados al lugar preparado para el diablo y sus ángeles (Mateo 25:31-46). Por supuesto, nada de esto afecta a nuestro anterior lector en la isla desierta. Los versículos que he utilizado son lo suficientemente claros que no necesitan de ninguna investigación adicional en el idioma original. Así que él no necesitaría de ninguna Concordancia de Strong, solamente su Biblia.
¿Cuál es el Punto?
Entonces, si Jesús nunca enseñó sobre el Rapto, ¿a cuáles de Sus palabras de está refiriendo Pablo? Algunas personas descartan esa frase aduciendo que Pablo estaba hablando sobre una conversación que él tuvo con el Señor y que no se menciona en las Escrituras. Pero yo creo que merecemos una respuesta mejor que esa. Recuerden que 1 Tesalonicenses fue quizás la primera comunicación escrita que él hizo en el año 51 d.C. Y dependiendo de cuál opinión aceptan ustedes, el Evangelio de Mateo se estaba escribiendo en ese momento, o estaba por escribirse diez años más tarde. Aquellas personas que le asignan una fecha más temprana, dicen que fue escrito a los judíos de Jerusalén y que aún pudo haber sido escrito en hebreo. De cualquier forma, ni ese Evangelio ni ningún otro, estaba aún circulando ampliamente. (El Evangelio según Marcos, que es el otro candidato que pudo haber sido escrito en esa temprana fecha, no contiene un equivalente a Mateo 24:40-41.) Entonces, si Pablo se estaba refiriendo a las Escrituras, como yo creo que lo estaba haciendo, tenía que haberse estado refiriendo al Antiguo Testamento.
Veamos, por ejemplo, este pasaje en Isaías 26:19-21. “Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despierten y canten, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos. Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. Porque el SEÑOR sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él”.
Observen cómo los pronombres cambian de la segunda persona, cuando Dios habla de Su pueblo, a la tercera persona cuando Él habla sobre los moradores de la tierra. Esto significa que son dos grupos distintos de personas. Aquellas llamadas “mi pueblo” se les dice que “entren en sus aposentos” (¿serán los aposentos de Juan 14:1-3?) porque las otras, llamadas “moradores de la tierra”, serán castigadas por sus pecados durante un período de tiempo llamado Su Ira. ¿Les suena familiar? (Observen que la palabra hebrea traducida “anda”, en la frase “anda, pueblo mío”, en algunas versiones se ha traducido como “ve”, o “ven”, recordando la orden dada a Juan en Apocalipsis 4 “¡sube acá!” Pero esa palabra tiene otro significado principal, el cual es mi favorito. Quiere decir desvanecerse. “Desvanécete, pueblo mío” Y así será.)
Ni por más que lo queramos imaginar, este pasaje nunca se ha cumplido literalmente. Ésta es una profecía de los últimos días que promete resucitar a los muertos y ocultar al pueblo de Dios mientras Su ira se derrama sobre los moradores de la tierra por sus pecados. Y fue escrita hace 2.750 años. El hecho de esconder a los judíos en el desierto sobre la tierra al comienzo de la Gran Tribulación (Apocalipsis 12:14) no puede ser considerado como un cumplimiento de este pasaje, porque no va acompañada de ninguna resurrección. (La resurrección de los creyentes del Antiguo Testamento se lleva acabo al final de la Gran Tribulación—Daniel 12:2). Por supuesto que nadie sabe de seguro que este sea el pasaje al que Pablo hace referencia, pero como una evidencia de su influencia en Pablo, comparémoslo con lo que Pablo escribió en 1 Tesalonicenses 4—5.
Isaías: “Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despierten y canten, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos”.
Pablo: “Los muertos en Cristo resucitarán primero”.
Isaías: “Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación”.
Pablo: “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire”.
Isaías: “Porque el SEÑOR sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él”.
Pablo: “Que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán”.
Las palabras son un poco diferentes, pero a mí me parece que están describiendo el mismo evento.
Y Aun Hay Más
Existen otras sólidas razones teológicas del porqué la Iglesia será raptada antes de que comiencen los juicios del final de los tiempos. Una es que el Señor parece que ha mantenido a Israel y a la Iglesia separados uno del otro, y nunca tratando con ambos al mismo tiempo (Hechos 15:13-18). Si el propósito principal de la Setenta Semana de Daniel es terminar de cumplir las seis promesas a Israel en Daniel 9:24, entonces la Iglesia tiene que desaparecer.
Otra razón es que la Iglesia fue purificada en la cruz, ocasión en la que todos los castigos que merecíamos por nuestros pecados fueron llevados por el mismo Señor. Desde ese momento en adelante, la Iglesia es considerada por Dios como que es tan justa como Él es (2 Corintios 5:17 & 21). La idea de que la Iglesia tiene que pasar a través de una disciplina para ser digna de morar con Dios, no tiene ninguna base en las Escrituras y niega a la vez la obra completa y total del Señor en la cruz.
Y la tercera razón es que el propósito declarado de la Gran Tribulación es doble, purificar a Israel y destruir completamente a las naciones incrédulas (Jeremías 30:1-11). La Iglesia no está destinada para ninguno de estos resultados. Existen también varias sugerencias sutiles las cuales por sí mismas no pueden ser utilizadas para apoyar la posición del Rapto pre-tribulacional, pero sí resaltan la validez de la claridad de los pasajes que he citado. Tomen, por ejemplo, el hecho de que Enoc, quien tiene una gran similitud con la Iglesia, desapareció antes del diluvio universal; que los ángeles no pudieron destruir a Sodoma y Gomorra hasta que Lot y su familia salieran a un lugar seguro; y que Daniel no estuviera presente en la historia del horno ardiente, que es un modelo de la Gran Tribulación.
Cuando el Señor describió Su venida en Lucas 17:26-29, Él dijo que sería como fue en los días de Noé (algunos serán preservados a través de los juicios que la acompañan) y como sucedió en los días de Lot (algunos serán tomados antes de ellos). ¿Y qué de la promesa que Jesús le hizo a la Iglesia de Filadelfia, de que nos guardará de la “hora” de la prueba que viene sobre el mundo entero (Apocalipsis 3:10)?
Pero al pedírseme que cite versículos que no requieran ningún conocimiento previo, yo he escogido dos que son los más claros para mí, 1 Tesalonicenses 1:9-10 e Isaías 26:19-21. Y de esta manera, por el testimonio de dos testigos, uno en el Antiguo Testamento y el otro en el Nuevo Testamento, podemos ver la separación física de los creyentes de los incrédulos que precede el tiempo del juicio. Y por el testimonio de dos testigos, una cosa es establecida como cierta (Deuteronomio 19:15). Por supuesto que algunas personas no serán convencidas hasta que les mostremos un versículo que diga que el Rapto precede la Gran Tribulación, con esas mismas palabras. Obviamente, ese versículo no existe. Yo creo que tendremos que esperar y explicárselos en nuestro viaje hacia las nubes. 19/08/2006
Título Original: Defending the Pre-Trib Rapture (Again)
Traducido por Walter Reiche B.