Dones Espirituales… Negocien, Parte 2

Miércoles 20 de enero de 2021

Un estudio bíblico por Jack Kelley

(Nota: Si usted todavía no lo ha hecho, le sugiero que lea el artículo Negocien entre tanto que vengo , como una introducción a este estudio.)

Pero la manifestación del Espíritu le es dada a cada uno para provecho. Pero todo esto lo hace uno y el mismo Espíritu, que reparte a cada uno en particular, según su voluntad” (1 Corintios 12:7,11).

Ponga cada uno al servicio de los demás el don que haya recibido, y sea un buen administrador de la gracia de Dios en sus diferentes manifestaciones” (1 Pedro 4:10).

La mayoría de las personas cristianas nacidas de nuevo han escuchado acerca de los dones del Espíritu, pero algunas cosas que hemos oído no son consistentes con lo que la Biblia enseña. El enemigo debe saber cuán poderosas son estas herramientas, porque él ha esgrimido todos sus subterfugios en un esfuerzo para neutralizarlas. En algunas partes la Iglesia ha usado la falsa enseñanza para convencer a las personas que los dones ya no se distribuyen más, mientras que en otras el enemigo ha utilizado manifestaciones falsas para convertir las reuniones religiosas en un show circense. El resultado es que la Iglesia se ha convertido en lo que Pablo dijo que sería; una gente que tiene una forma de piedad pero que niegan el poder de la misma.

La verdad es que a todos nosotros se nos ha dado por lo menos un don espiritual, así que en este estudio vamos a repasar lo que la Biblia dice acerca de ellos y así poder tener una información más exacta de la misma fuente.

¿Cuáles son los dones?

Pablo habló acerca de estos dones del Espíritu en sus cartas a los Romanos, los Corintios, y los Efesios. Él escribió primero 1 Corintios, y 1 Corintios 12:7-11 contiene su primera descripción de los dones que el Espíritu Santo distribuye entre las personas creyentes conforme lo determina hacer, para el bien común de la Iglesia. En estos cuatro versículos él enumeró nueve dones.

Sabiduría… La aplicación de la verdad bíblica a todas las situaciones diarias.

Ciencia… La habilidad de entender las cosas profundas de Dios y los misterios de Su Palabra.

Fe… La habilidad para creer en el poder de Dios que provee sin límites.

Sanidad… Aplicar el poder de Dios para curar dolencias humanas por medio de la oración.

Hacer milagros… Hacer actos sobrenaturales en el poder de Dios.

Profecía… Declarar el propósito de Dios al predecir eventos futuros.

Discernimiento… El entendimiento intuitivo de si algo proviene de Dios o no.

Lenguas… Hablar un lenguaje humano que uno no ha aprendido.

Interpretación de lenguas… Traducir un lenguaje humano que uno no ha aprendido.

 

En Corintios 12:28 Pablo repitió algunos dones de la primera lista y añadió algunos otros.

Apóstol… Alguien que ha sido enviado con órdenes, un delegado.

Profeta… Alguien que puede predecir eventos futuros relacionados con el Reino de Dios.

Maestro… Alguien que enseña cosas relacionadas con los asuntos de Dios y los deberes del ser humano.

Hacedor de milagros… Alguien que puede manifestar el poder sobrenatural de Dios para lograr lo imposible.

Sanidad… Alguien que puede sanar enfermedades, dolencias, etc. por medio de la oración.

Ayuda… Alguien que es diestro para brindarle apoyo y asistencia a quienes están en el ministerio.

Administrador… Alguien que puede organizar y dirigir a otras personas hacia los logros y metas.

Lenguas… Alguien que puede hablar un lenguaje humano que no ha aprendido.

 

Romanos 12:6-8 incluye una lista de 7 dones, y de nuevo, hay algunas duplicidades.

Profecía… Declarar el propósito de Dios al predecir eventos futuros.

Servicio… Ministrando las necesidades de otras personas.

Enseñar… Brindar la instrucción relacionada con los asuntos de Dios y los deberes del ser humano.

Exhortación… Ofreciendo exhortación, ánimo, o consolación.

Dar… Ofrecer ayuda material a quienes la necesitan.

Liderar… Presidir sobre algo, como un protector o un guardián.

Ayudar… Cuidar a los enfermos y a los afligidos.

 

Y en Efesios 4:11 se enumeran cinco dones, la mayoría de ellos son repetición de las otras listas.

Apóstol… Alguien que ha sido enviado con órdenes, un delegado.

Profeta… Alguien que puede predecir eventos futuros relacionados con el Reino de Dios.

Evangelista… Alguien que lleva las buenas nuevas del evangelio.

Pastor… Alguien a quien otras personas le han ha confiado su cuido.

Maestro… Alguien que enseña cosas relacionadas con los asuntos de Dios y los deberes del ser humano.

 

De otros pasajes podemos identificar los siguientes dones adicionales.

Celibato (1 Corintios 7:7-8)… La habilidad de abstenerse de tener relaciones sexuales.

Hospitalidad (1 Pedro 4:9-10)… Proveer alegremente comodidad y sustento a los invitados.

Martirio (1 Corintios 13:3)… Entregar la vida por la fe.

Misionero (Efesios 3:6-8)… Ir entre las personas no salvas, compartiendo las buenas nuevas.

Pobreza voluntaria (1 Corintios 13:3)… Vivir en el nivel mínimo sostenible para ayudar a los pobres.

Puesto que todos estos son dones del Espíritu Santo, es importante aplicarles un componente sobrenatural a sus descripciones. Ejercer nuestros dones para Su propósito dará como resultado una actuación que excede la capacidad humana normal de una manera que es obvia para los demás. Ya sea que es la enseñanza, el cuidado de los enfermos, hacer que otras personas se sientan confortables, o viendo que las cosas corran suavemente, el poder del Espíritu Santo será un obvio incremento en nuestras capacidades, produciendo un resultado que excede las expectativas normales.

¿Por qué se nos dan los dones?

Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno de ustedes es un miembro con una función particular” (1 Corintios 12:27).

En 1 Corintios 12:12-27 Pablo comparó la Iglesia con un cuerpo humano. Él dijo que un cuerpo humano tiene muchas partes, cada una de las cuales tienen un propósito único. El cuerpo necesita de todas sus partes para lograr su propósito que es el de funcionar adecuadamente. Si tuviera muchas partes de un solo tipo o si le faltaran otras no podría funcionar de la manera que está supuesto a hacerlo.

La Iglesia es un cuerpo espiritual, el cuerpo de Cristo. También tiene muchas partes y las necesita a todas ellas para lograr su propósito para poder funcionar adecuadamente. Nosotros somos las partes del cuerpo de Cristo. Cada uno de nosotros tiene un propósito único. Y puesto que la Iglesia es un cuerpo espiritual, el Señor nos ha dado los dones del Espíritu los cuales nos facultan para lograr nuestro propósito que es que la Iglesia funcione adecuadamente.

¿Quién recibe qué?

Pero todo esto lo hace uno y el mismo Espíritu, que reparte a cada uno en particular, según su voluntad” (1 Corintios 12:11).

Esta salvación fue anunciada primeramente por el Señor, y los que la oyeron nos la confirmaron. Además, Dios la ha confirmado con señales y prodigios, y con diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo, según su voluntad” (Hebreos 2:3-4).

Pablo dijo que el Espíritu Santo distribuye Sus dones a cada persona creyente según Su voluntad, y el escritor de Hebreos lo confirmó. Pero Pablo también dijo que nosotros debemos ansiosamente procurar mejores dones (1 Corintios 12:31) y específicamente mencionó el don de profecía (1 Corintios 14:1). Obviamente no tendría sentido que todas las personas tuvieran el mismo don, pero Pablo no dijo nada de estar limitado a una sola persona.

De sus descripciones, usted puede ver que muchos de los dones tienen una aplicación secular así como también una espiritual. De hecho una de las indicaciones a seguir para descubrir el don que usted tiene es mirar a cuáles cosas en esta lista a usted más le gustaría hacer o las que puede hacer muy bien. De esa manera usted podría tener un vistazo de su don espiritual. Si eso es así, poniéndolo a trabajar para el Señor le añadiría el poder del Espíritu Santo para hacer algo en lo que usted es bueno para lograrlo.

El Espíritu Santo no nos da dones en las áreas en las que no tenemos ninguna aptitud o interés, así que ya sea que estamos trabajando para ganarnos la vida o trabajando para el Señor, seremos más productivos y nos sentiremos más llenos cuando nuestras responsabilidades se encuentran dentro del áreas de nuestro don. Y cuando estamos aplicando nuestro don a Su obra generalmente eso será visto como si nuestras aptitudes naturales e intereses están siendo realzadas a un nivel sobrenatural.

Es importante recordar que igual a nuestra salvación, nuestro don es algo que no merecemos y que no ganamos. Lo que sea que logramos con él es hechura del Señor, no nuestra. El consejo de Pablo de que debemos procurar mejores dones (1 Corintios 12:31) no puede tomarse solamente con el propósito de atraer la atención hacia nosotros, o para elevarnos, sino que debe ser en buscar el propósito para el cual ese don tiene la intención de ser, que es el funcionamiento adecuado del cuerpo de Cristo, para Su gloria.

¿El Espíritu Santo todavía hace eso?

El amor jamás dejará de existir. En cambio, las profecías se acabarán, las lenguas dejarán de hablarse, y el conocimiento llegará a su fin. Y es que sólo conocemos y profetizamos de manera imperfecta, pero cuando venga lo perfecto, lo que es imperfecto se acabará” (1 Corintios 13:8-10).

Hoy día, algunas partes de la Iglesia enseñan que los dones del Espíritu fueron quitados después del tiempo de la Iglesia Apostólica, usando el pasaje anterior para justificarlo. En mi opinión esa posición es incorrecta, basada en la interpretación de este pasaje.

Las personas que niegan que los dones todavía sean dados dicen que 1 Corintios 13:8-10 se refiere a la conclusión del canon del Nuevo Testamento. Esas personas dicen que los dones fueron para el tiempo cuando la Iglesia no había terminado de completar la palabra de Dios y que los apóstoles tenían que depender de los dones espirituales para edificar la Iglesia.

Pero Pablo prosiguió diciendo que “ahora vemos con opacidad, como a través de un espejo, pero en aquel día veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero en aquel día conoceré tal y como soy conocido” (1 Corintios 13:12). La primera vez cuando esta declaración será cierta, será justo después del rapto cuando estaremos ante el Señor en nuestros cuerpos perfeccionados. Ese es el momento cuando Juan dijo que seremos como el Señor porque lo veremos como Él es (1 Juan 3:2). Aquí es dónde la perfección llegará, y puesto que ya no los necesitaremos, entonces será cuando nuestros dones cesarán.

Piénselo. ¿Cuántos de nosotros, teniendo en nuestras manos el Nuevo Testamento completo, hemos visto al Señor cara a cara, y hemos conocido todo acerca de Su plan para el ser humano, de la manera como Él conoce todo sobre nosotros? Insistir que estos dones han cesado es una posición que no tiene mérito, y extrañamente nunca se escuchó en la Iglesia antes de los primeros años de los 1900, justo cuando el movimiento pentecostal nació y los dones del Espíritu estaban reemergiendo.

¿Cómo puedo descubrir mi don?

Recientemente un visitante al sitio web preguntó, “¿Por qué tenemos que descubrir cuál es nuestro don espiritual? ¿Por qué Dios simplemente no nos lo dice?”

Anteriormente dije que una de las indicaciones a seguir para descubrir su don es fijarse en lo que a usted le gusta hacer más o en lo que usted es muy bueno haciendo. También hemos visto que Dios hizo que los escritores del Nuevo Testamento incluyeran una lista de los dones espirituales en la Biblia. De tal manera que si usted compara la lista de dones con una lista de las cosas que usted hace muy bien o que disfruta haciendo, tendrá una indicación en cuanto a cuál podría ser su don espiritual. Así que en ese caso, Dios le ha dado a usted alguna dirección.

Pero el camino verdadero para descubrirlo se encuentra en Romanos 12:1-2.

Así que, hermanos, yo les ruego, por las misericordias de Dios, que se presenten ustedes mismos como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. ¡Así es como se debe adorar a Dios!

Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, para que comprueben cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto.

Una vez que abandonamos las costumbres espiritualmente arruinadas de este mundo y nos volvemos a Dios, Él inicia un proceso de renovación en nuestras mentes, abriéndolas a Su manera, y ayudándonos a ver lo que realmente Él quiere para nosotros.

Eso no requiere de un cambio radical en nuestras circunstancias actuales, sino solamente en nuestra perspectiva. Dios nos encontrará exactamente en dónde estamos. Él sabe que tenemos responsabilidades y obligaciones, pero Él no tiene la intención de que seamos una clase de persona durante seis días a la semana y otra el séptimo día. En otras palabras, Él sabe que estamos en el mundo, solamente que Él no quiere que seamos del mundo. Él odia vernos encerrados en una prisión de nuestra propia hechura, persiguiendo sueños vacíos, cuando Él está a nuestro lado sosteniendo las llaves para una verdadera libertad y plenitud.

Y todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no como para la gente, porque ya saben que el Señor les dará la herencia como recompensa, pues ustedes sirven a Cristo el Señor” (Colosenses 3:23-24).

Simplemente al cambiar nuestra perspectiva acerca de para quién realmente estamos trabajando, podemos empezar a ver las maneras de servirlo a Él sin importar quiénes somos. Cuando nos volvemos a Él, Él se volverá a nosotros (Santiago 4:8) y nos empezará a mostrar todas las cosas maravillosas que Él quiere para nosotros, incluyendo el don especial que Él nos ha dado para ayudarnos en el camino.

No es coincidencia que la lista de dones que Pablo enumera en Romanos 12 se encuentre inmediatamente después de su advertencia de ofrecernos como sacrificios vivos. Los dones son dados para un propósito y hasta que estemos listos para lograr ese propósito, realmente no tenemos ninguna necesidad para ellos. Es por eso que él no solamente nos dice lo que son.

Si usted es una persona creyente nacida de nuevo, por lo menos tiene un don espiritual. Y ahora usted ya tiene un mejor entendimiento de lo que son los dones espirituales, y si usted todavía no sabe cuál es el suyo, ya tiene una forma para descubrirlo. Eso es lo que la Biblia dice. 15/03/15