Domingo, 25 de enero de 2015
Un estudio bíblico por Jack Kelley
Seguidamente encontrarán un corto resumen acerca de la historia y la profecía referente a estos tres vecinos de Israel los cuales siempre terminan del lado equivocado de las cosas en cuanto al Señor concierne.
Edom, Moab, y Amón en la historia
Los pueblos bíblicos llamados por los nombres anteriores, una vez ocuparon el territorio conocido hoy como Jordania, la nación que queda al este de Israel. No hay muchas personas que se dan cuenta que a Edom, Moab y Amón, el mismo Dios les puso ese nombre (Deuteronomio 2:5, 9, 19) de la misma manera como se lo puso a Israel. Y de la misma manera como a Israel se le dijo que quitara de la tierra del oeste del río Jordán a la gente que vivía allí en ese tiempo, a Edom, Moab y Amón les fue dicho que hicieran el mismo servicio a Dios del lado este (Deuteronomio 10:12, 20-22).
Uno de los grupos que ellos eliminaron fue los refaitas (Refaim) un grupo antiguo formado por tribus de gigantes ligeramente relacionadas entre sí quienes con frecuencia se cree que eran descendientes de los nefilin mencionados en Génesis 6. De hecho, cuando los 12 espías israelitas entraron por primera vez en la tierra prometida, informaron haber visto nefilin allí (Números 13:33). Los refaitas eran un pueblo misterioso sobre el cual la Biblia dice muy poco, excepto que a Israel, Edom, Moab, y Amón les fue dada la tarea de destruirlos y tomar su tierra.
Moab y Amón fueron nombrados con el nombre de los hijos incestuosos de la unión de Lot con sus dos hijas. Lot fue un partícipe inconsciente, habiendo sido embriagado por sus hijas, las cuales vieron que al ser embarazadas por su padre era la única forma de poder tener un hijo. Todos los demás hombres que ellas habían conocido habían muerto en la destrucción de Sodoma y Gomorra (Génesis 19:30-38).
El Señor les Dio a los moabitas y a los amonitas la tierra al este de Israel, la cual se extendía desde el río Jaboc en el norte hasta el río Sered en el sur, con las fronteras orientales no definidas.
Edom recibió su nombre de los descendientes del hermano gemelo de Jacob, Esaú. Luego de haber arreglado sus diferencias después de haberse separado por la forma cómo Jacob había engañado a Isaac para que le diera la bendición de Esaú (Génesis 27), retornaron al área cerca de Quiriat-arba (Hebrón) donde Isaac y Rebeca vivían. Después de la muerte de Isaac los dos hermanos lo enterraron y se dividieron la herencia. Al darse cuenta que necesitaban pastizales más grandes para sus rebaños que eran muy numerosos y que por ese motivo ya no podían permanecer juntos, Esaú tomó a sus esposas cananeas y todo lo que poseía y se trasladó a un lugar más distante al país montañoso de Seir, al este y sur del Mar Muerto, justo al sur de Moab e Israel. Más tarde, el Señor le dijo a Moisés que Él le había dado esa tierra a Esaú y sus descendientes (Deuteronomio 2:5).
La relación entre Israel y sus tres vecinos del lado Este nunca fue buena, y pelearon unos con otros con bastante frecuencia. Algunas veces Dios utilizó a Israel para disciplinarlos y otras veces Él los utilizó a ellos para disciplinar a Israel. Bajo el Rey David, Israel conquistó y subyugó a todos ellos durante un tiempo (2 Samuel 8:1-14).
400 años después, los babilonios llegaron como instrumentos del Señor para ejecutar juicio contra Israel. Edom, Moab, y Amón se alegraron con los babilonios e hicieron planes para dividirse la Tierra Prometida entre ellos después que los babilonios se llevaron cautivos a los israelitas. Eso disgustó al Señor e hizo destruir a los babilonios también. Moab y Amón dejaron de existir como naciones en ese tiempo (Ezequiel 25:10).
Edom fue recibido como un aliado en la conquista de Judá por los babilonios, pero Babilonia pronto se volvió en su contra y los conquistó también (Abdías 1:7-9). Dios le devolvió su paga por haber traicionado a Israel (Abdías 1:10-14) con la traición de los babilonios en contra de Edom. Los edomitas fueron destruidos y su tierra fue tomada por los nabateos, una tribu del desierto desde el sur.
Entonces, Edom, Moab, y Amón dejaron de ser naciones cerca del mismo tiempo en que Judá fue llevado a Babilonia. Después de 70 años de cautiverio, Israel fue restablecido. En Jeremías 48:47 el Señor prometió que un día restauraría los tesoros de Moab también, y en Jeremías 49:6 el Señor le hizo la misma promesa a Amón. Pero Él no le hizo esa clase de promesa a Edom.
Edom, Moab, y Amón en los Tiempos del Fin
Edom, Moab, y Amón se mencionan en el Salmo 83:6-7 entre la lista de participantes en un esquema para destruir a Israel y borrar su nombre de la mente de las personas. Según la mayoría de los registros, esta batalla nunca ha sucedido y lo más probable es que sea uno de los próximos eventos en el horizonte profético. La oración del salmista es que el Señor los haga perecer en desgracia.
Edom, Moab, y Amón también se mencionan en la profecía de Daniel 11:41. Hablando del anticristo y su conquista del medio oriente en los tiempos finales, Daniel dijo, “Invadirá la tierra gloriosa, y muchas provincias serán conquistadas, aunque Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón lograrán escapar.”
La Tierra Gloriosa es Israel, y el momento de esta profecía es durante la Gran Tribulación. El hecho de que Edom, Moab y los líderes de Amón serán liberados de manos del anticristo nos indica que él habría intentado conquistarlos pero no tuvo éxito. Basados en las condiciones existentes en el mundo hoy día podríamos interpretar esta profecía como que se refiere a Jordania. Pero todo eso puede cambiar con la batalla del Salmo 83 cuando Edom, Moab, y Amón podrían caer bajo el control de Israel otra vez. Eso es lo que le impedirá al anticristo poder conquistarlos, o ¿es que hay más que eso?
Apocalipsis 12:13-17 nos dice que después que Satanás queda confinado a la Tierra, perseguirá a “la mujer”, lo cual es simbólico de Israel. Pero a la mujer se le dará las alas de la gran águila, las cuales le permitirá volar al desierto a un lugar preparado para ella, en donde será mantenida por un tiempo, tiempos y medio tiempo, lo cual significa 3 1/2 años, que es el tiempo que dura la Gran Tribulación. Esto concuerda con Mateo 24:15-21 en donde el Señor le advirtió al remanente creyente de Israel de huir a los montes para escapar de la Gran Tribulación. Las montañas más cercanas a Jerusalén se encuentran en Moab y Edom.
Y, con respecto al momento de la 2da Venida, Isaías escribió,
¿Quién es éste que viene de Edom? ¿Quién viene de Bosra, vestido de rojo? ¿Quién es el que marcha con gran poder, envuelto en tan hermoso vestido?
«Soy yo, el que habla con justicia; el que es grande para salvar.»
¿Y cómo es que tu vestido es rojo? A juzgar por tus ropas, ¡pareciera que estuviste pisando uvas en un lagar!
«Yo solo he pisado la uvas del lagar. De los pueblos, ninguno estaba conmigo. En mi enojo, aplasté esas uvas; en mi furor las pisoteé, y su sangre me salpicó la ropa y me manché mis vestiduras. Y es que sólo pienso en el día de la venganza; ¡ha llegado el año de mi redención!
Miré, y no había quien me ayudara. Me sorprendió no contar con ningún apoyo. ¡Fue mi brazo el que me dio la victoria! ¡Fue mi enojo lo que me sostuvo! En mi enojo aplasté a los pueblos; ¡los embriagué con mi furor, y derramé su sangre por el suelo!» (Isaías 63:1-6)
La capital de Edom era Bosra. El nombre puede significar aprisco o fortaleza. Con frecuencia se asocia con la ciudad abandonada de Petra, la cual queda a unos 30 kilómetros de distancia.
Al combinar estas profecías vemos al anticristo, ahora habitado por Satanás, que está determinado a eliminar del mundo al pueblo de Dios de una vez por todas. Haciéndole caso a la advertencia del Señor de hace 2000 años, el remanente de creyentes huye a los montes de Edom en donde se localiza la ciudad de Petra, la cual ha estado vacía durante siglos, como si hubiera estado preparándose para eso. La frase “las dos alas de la gran águila” es un recordatorio de Éxodo 19:4 en donde el Señor usó la misma frase para describir la forma cómo Él liberó a Israel de los egipcios. Esto implica la misma clase de ayuda sobrenatural, como cuando Satanás escupió agua como un río para destruir a la mujer. Pero el Señor abrirá la tierra para que se trague el agua y la mujer se salve. Eso enfurecerá a Satanás, pero dejará ir a la mujer y se volverá en contra de los demás seguidores de Jesús (Apocalipsis 12:15-17).
Esto nos ayuda a entender cómo Edom, Moab, y Amón pueden escapar de las garras del anticristo. El Señor ha elegido Petra como la ciudad de refugio en donde él protegerá a Su pueblo a través de la Gran Tribulación. Al hacerlo, Él se asegurará que toda el área permanezca fuera del alcance de Su enemigo. Eso también explica por qué, cuando Él retorne, Él primero va a ir a Edom para liberarle el camino a Su pueblo para que retorne a Jerusalén (Isaías 63:1-6).
Edom, Moab, y Amón en el Milenio
En varias de nuestras visitas a Israel cruzamos hacia Jordania cerca de Jericó. Utilizamos su ciudad capital, Aman, como nuestro centro de operaciones, desde el cual visitamos otros sitios del país. Aman es una ciudad moderna con 4 millones de habitantes, la cual siempre encontramos muy hospitalaria.
Nuestros destinos siempre incluían las ruinas de Gerasa. Gerasa era una ciudad prominente de Decápolis en tiempos del Señor (Mateo 4:25), y se encuentra a una distancia de unos 50 kilómetros de Aman. Viajando por la antigua tierra de los amonitas, encontramos que había lugares muy bellos, con valles verdes y numerosas villas.
Siempre pasamos un día en Petra, también. Viajamos hacia el sur desde Aman a través de la ribera oriental del Mar Muerto, por la antigua ciudad de Moab hacia Edom. Conforme viajábamos hacia el sur nos llegamos al desierto, pero está muy lejos de ser una tierra infértil. La carretera era ancha y con buen mantenimiento, con tráfico poco o moderado en ambas direcciones, y así pasamos por varias villas con paradas placenteras antes de llegar a Petra.
Pero todo eso cambiará el día que Dios haga caer Su venganza sobre las tierras al este del río Jordán y sur de Israel.
Cuando Él termina con ellas, Moab y Amón se parecerán a Sodoma y Gomorra.
“Han llegado a mis oídos las ofensas de Moab y los insultos con que los hijos de Amón han deshonrado a mi pueblo. Sé que se han engrandecido sobre su territorio. Por lo tanto, vivo yo, que a Moab le pasará lo que a Sodoma, y a los hijos de Amón lo que a Gomorra. Será un campo de ortigas y de minas de sal, ¡de perenne destrucción! El remanente de mi pueblo los saqueará, y tomará posesión de sus territorios” (Sofonías 2:8-9).
Aquí tenemos otra insinuación de que Moab y Amón volverán a estar bajo el control de Israel.
Y Edom recibirá una porción extra de la ira del Señor.
“Mi espada se embriagará en los cielos, y mi sentencia caerá sobre Edom, sobre el pueblo que he decidido exterminar. La espada del Señor está llena de sangre; está empapada de la grasa y de la sangre de los corderos y de los machos cabríos, y de la grasa de los riñones de carneros. En Bosra se ofrecen sacrificios en honor del Señor; ¡en Edom hay una gran matanza! Entre los animales sacrificados hay búfalos, toros y becerros; ¡el país se empapa de sangre, y el suelo queda saturado de grasa!
Ciertamente ha llegado el día de la venganza del Señor; ¡ha llegado el año de darles su merecido a los que pelean contra Sion! Sus arroyos se convertirán en brea; su polvo en azufre, y su tierra en brea encendida. No se apagará de noche ni de día, ni su humo dejará de subir; por siempre será asolada, y nadie volverá jamás a pasar por ella. Los pelícanos y los erizos se adueñarán de ella, y la habitarán las lechuzas y los cuervos; la medirán con cordeles de destrucción, y con plomadas de asolamiento” (Isaías 34:5-11).
El lenguaje descriptivo de Isaías muestra imágenes del mismo infierno y eso ha hecho que muchos comentaristas sugieran que Edom es el lugar del lago de fuego, en donde las personas incrédulas de todas las épocas pasarán la eternidad en tormento.
De lo anterior podemos ver que no será por ninguna consideración a Edom, Moab, y Amón que Dios los protegerá del anticristo, sino por la necesidad de preservar al remanente de Israel. Después de la 2da Venida las tierras natales de estos tres antagonistas de Israel serán tierras áridas para siempre.
Edom, Moab, y Amón se presentan como testigos del terrible fin que le espera a los países que se posicionan en contra de Dios y de Su pueblo. Ciertamente, ¡Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo! (Hebreos 10:31). 25/01/15