Lunes 29 de junio de 2020
Un comentario por Jack Kelley
“A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por centinela del pueblo de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano. Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida” (Ezequiel 33:7-9).
Ezequiel 33:7-9 nos dice que el Señor asignó a Ezequiel para ser un centinela sobre Israel, el cual en ese tiempo solamente consistía del Reino del Sur. (Esto confirmó su declaración anterior a ese efecto en Ezequiel 3:17). Dios también había dicho que los profetas que Él había enviado al Reino del Norte con anterioridad, también eran Sus centinelas (Oseas 9:8). Observe que los centinelas también eran profetas que Dios había asignado para que le hablaran a Israel en Su nombre.
Estos son los únicos dos lugares en donde Dios habla de asignar un centinela para advertirle a la gente sobre las consecuencias de su pecaminosidad, y ambas se encuentran en el Antiguo Testamento y tuvieron la intención de ser para Israel. Y solamente a Ezequiel se le responsabilizó personalmente de transmitir esa advertencia.
Solamente hay una mención de un centinela en el Nuevo Testamento (Juan 10:3) en donde se le llama portero. Su tarea era abrir la puerta del redil comunitario de las ovejas para que los pastores pudieran recuperar sus ovejas. No era un vigía ni un “centinela en la pared”.
Un portero también se menciona en Marcos 13:34. Aquí el Señor les estaba diciendo a las personas creyentes que estarán en la Tierra al momento de la Segunda Venida, que estuvieran despiertas y alertas. El guarda-puerta o portero no tenía que alertar a las personas sobre los eventos inminentes en cualquiera de estos dos casos.
Resumiendo, yo creo que Ezequiel 33:7-9 tuvo la intención de ser específicamente para Ezequiel como profeta de Dios a Israel. No tuvo la intención de ser aplicado a la Iglesia hoy día.
Pero eso no quiere decir que Dios ha dejado a la Iglesia en la oscuridad en cuanto a Su plan se refiere. De hecho, Pablo específicamente dijo que no debemos estar en la oscuridad concerniente a las cosas que se avecinan (1 Tesalonicenses 5:4). Es que la Iglesia era algo que la gente en tiempos de Ezequiel no tenía. Nosotros tenemos la Palabra de Dios completa la cual contiene todo lo que necesitamos para saber en dónde nos encontramos en la cronología de Dios.
Por consiguiente, a pesar de que periódicamente yo hago comparaciones entre los eventos presentes y la profecía bíblica, no me veo a mí mismo, ni tampoco a nadie más vivo hoy como un “centinela en la pared” asignado por Dios. Como Iglesia no necesitamos profetas/centinelas especialmente asignados para que nos adviertan de lo que viene. Cada uno de nosotros está supuesto a ser su propio centinela al estudiar Su palabra. Esta es la manera cómo salimos de la oscuridad (ignorancia espiritual) hacia la luz (conciencia espiritual). No seremos tomados por sorpresa sino que veremos las señales del venidero Día del Señor por lo que son y así podremos animarnos unos a otros porque no estamos puestos para la ira sino para recibir la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo (1 Tesalonicenses 5:8-11).
Si no es una cosa, es otra
Con esto en mente, veamos algunas de las cosas que la Biblia nos dice acerca de los tiempos en que vivimos.
Jesús usó el simbolismo de una mujer en proceso de parto al referirse a la Segunda Venida. Los dolores de parto empiezan con mucha antelación para alertar a la mujer sobre la cercanía del nacimiento de su hijo. Jesús dijo que de la misma manera guerras, hambre, terremotos, y pestilencia nos alertarían sobre la cercanía de Su venida (Mateo 24:4-8, Lucas 21:11). En ambos casos, el aumento en la frecuencia e intensidad de las ocurrencias señalaría el movimiento hacia la culminación del evento. Después de años de negación, muchas personas concuerdan en que las señales que Jesús identificó son evidentes a nuestro alrededor y están aumentando rápidamente tanto en frecuencia como en intensidad.
De particular importancia es la mención del Señor sobre el aumento del odio hacia el pueblo judío conforme se acerca el fin, lo cual dará como resultado que sean odiados por todas las naciones (Mateo 24:9). ¿Quién puede negar que estamos viendo un aumento dramático en el antisemitismo como una tendencia general en el mundo, así como el abandono de las posiciones pro Israel que han tenido las naciones que tradicionalmente han sido amigas de Israel.
Pablo añadió otras señales que indicarían que el fin de aproxima.
“Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostatarán de la fe y escucharán a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1).
Cuando miro el estado actual de lo que pasa por el cristianismo hoy día, me convenzo que Pablo estaba realmente usando sus cartas a Timoteo para advertirnos a nosotros también, y no solamente a Timoteo.
Para mí, mucho del movimiento de la “iglesia emergente” ha abandonado los fundamentos de nuestra fe en un esfuerzo para atraer a todos mientras no se ofenda a nadie, convirtiendo los servicios del domingo en espectáculos de variedades de moda y equivocando los números de la asistencia y los balances bancarios como un éxito evangelístico. Últimamente aún ha habido una mezcla del cristianismo y del Islam en el “Crislam” en otro intento de hacer un llamado a todos sin ofender a nadie.
“También debes saber que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos, y que habrá hombres amantes de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, envanecidos, que amarán los deleites más que a Dios, que parecerán muy piadosos, pero negarán la eficacia de la piedad; evítalos” (2 Timoteo 3:1-5).
Hay personas que regularmente me comentan sobre la naturaleza mezquina de algunas personas que frecuentan los foros cristianos. Preguntan si esas personas realmente son creyentes. Los insultos personales y los juicios que emiten en contra de las personas que tienen opiniones diferentes deja pensando a una persona razonable. Yo les digo que mientras menos confían en sus creencias esas personas son más abusivas en defender esas creencias. Si usted posee un conocimiento limitado usted se ver obligado a recurrir a los ataques personales en respuesta a las preguntas.
Se dice que cada día hay más personas creyentes que nacen de nuevo, en su mayoría en China, India y África. ¿Están estos nuevos convertidos en esos países en desarrollo respondiendo ante la construcción de grandes campus en sus ciudades, y la llegada de músicos profesionales y miembros del elenco para entretenerlos? No. Todas esas personas se reúnen en secreto en establos, cuevas y bosques, generalmente sin un liderazgo profesional de ninguna clase, y responden a las señales y prodigios conforme el Espíritu Santo se mueve poderosamente entre ellos. ¿En dónde están los milagros en la iglesia emergente? ¿O es que ellos están solamente practicando una forma de piedad mientras niegan su eficacia?
“Porque vendrá un tiempo en que no soportarán la sana doctrina, sino que aun teniendo comezón de oír se amontonarán maestros conforme a sus propios malos deseos, y apartarán de la verdad sus oídos y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4:3-4).
Uno de los grandes mitos de la iglesia hoy día es el “inclusivismo” el cual es enseñado en algunas denominaciones liberales. Afirma que son muchos los caminos para la vida eterna y mientras que las personas sean sinceras en sus creencias, sin importar a quién adoran como Dios, podrán encontrar su camino a la salvación.
Pero Jesús dijo, “Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Pues estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la encuentran” (Mateo 7:13-14). “Yo soy la puerta; el que por mí entra, será salvo” (Juan 10:9). “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Eso a mí me suena muy exclusivo.
Otra forma es la elevación de sueños, visiones y mensajes proféticos por encima de la palabra escrita como la fuente preferida de información concerniente a los planes de Dios. Es cierto que Pedro habló de sueños, visiones y mensajes proféticos como señales de que los últimos días están sobre nosotros (Hechos 2:17-18). Pero estos tuvieron la intención de respaldar la palabra escrita, no reemplazarla.
Debido al mal uso de los dones espirituales, un creciente número de personas cristianas creen que el momento de la ira de Dios realmente será un tiempo de gloria para las personas creyentes que están preparadas espiritualmente, un tiempo para la “manifestación de los hijos de Dios.” Esas personas no creen que Jesús venga a llevarse Su Iglesia al Cielo. En vez de eso ellas creen que la Iglesia es la que va a crear el cielo aquí y cuando esté listo llamaremos al Señor para que venga a gobernarnos. Al depender principalmente en esos sueños y visiones, están reescribiendo el plan de Dios para el fin de la era, haciéndolo en una elevación humana hacia la divinidad centrada en el ser humano. Pero Dios dijo que Su palabra es lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino (Salmo 119:105) y no nuestros sueños y visiones. La advertencia de Pablo de “examinar las Escrituras diariamente para ver si esas cosas son ciertas” (Hechos 17:11), parece que ha sido olvidada.
Esos ejemplos de la falsa enseñanza en la Iglesia fueron predichos por Pablo como parte de la apostasía que precederá el Día del Señor (2 Tesalonicenses 2:3).
… o es otra
En artículos anteriores he señalado las similitudes entre las profecías islámicas de al-Madi y las profecías bíblicas del anticristo. Por ejemplo, ambas muestran a un líder que sale a escena durante un tiempo de gran confusión en la Tierra. Ambos lo muestran como un hombre que inicialmente aparecerá como un pacificador que tendrá un reinado de siete años, dirigirá una religión mundial y un gobierno mundial, y afirmará que tiene orígenes sobrenaturales. Ambas profecías culminan en una batalla entre el bien y el mal la cual trae el juicio final de la Tierra. Es como si estuvieran señalando a la misma persona. La diferencia es que en el Islam él es el tipo bueno, mientras que la Biblia lo llama el maligno.
Tome a este líder carismático (en sentido secular) político y religioso con su poder sobrenatural, añádale la creencia popular pero incorrecta de que Dios y Alá son el mismo, y que el Islam es una religión de paz, y luego réstele el espíritu de discernimiento que desaparecerá con la Iglesia y usted puede darse cuenta cómo este líder islámico podrá unir a un mundo aterrorizado al borde del desastre.
“Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo” (Apocalipsis 13:8).
La llegada del Madi/anticristo será un tiempo de gran emoción, porque la gente de todos lados creerá que el salvador del mundo ha llegado a traerles la paz que tanto han deseado. Todos se maravillarán ante el poder y la presencia de su seudo salvador. “Pues a pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón se llenó de oscuridad” (Romanos 1:21).
“De repente, cuando la gente diga: «Paz y seguridad», les sobrevendrá la destrucción, como le llegan a la mujer encinta los dolores, y no escaparán” (1 Tesalonicenses 5:3). Pero, ah, pronto se darán cuenta de que es un impostor y que están atrapados en el período de tiempo más mortífero de la historia, un tiempo en el que la mitad de ellos morirá.
Pero espere, todavía hay más
Hasta este punto hemos visto las señales que tienen un ritmo indeterminado de aceleración de las cuales solamente podemos hacer observaciones generales. ¿La Biblia nos da algo más específico que podamos ver?
La primera señal clara que Jesús les dio a Sus discípulos cuando le preguntaron acerca de los tiempos del fin, fue la abominación desoladora puesta en el Lugar Santo (Mateo 24:15). Unos pocos años después de Su muerte y resurrección el Templo fue destruido. Un corto tiempo después de eso la nación dejó de existir del todo. Para poder tener la abominación desoladora, debe de haber un Templo, y para poder tener un Templo debe de haber una nación con personas judías en Israel que guardan el pacto. Estas condiciones no se han cumplido desde el año 70 d.C.
Por consiguiente, el renacimiento de la nación fue la primera señal importante de que el fin estaba sobre nosotros. Pero Israel todavía no es una nación con gente que guarda el pacto, y no lo será sino hasta después de la batalla de Ezequiel 38 (Ezequiel 39:22). Producto de esa batalla surgirá un pacto de siete años, con lo cual arrancará el reloj de la faltante Semana 70 de Daniel (Daniel 9:24-27). En ese momento es que ellos construirán un templo. A mitad de la Semana 70 sucederá la abominación desoladora y dará inicio la Gran Tribulación (Daniel 9:27, Mateo 24:15). 1260 días después terminará y un corto tiempo después de eso, en un día y hora que nadie conoce por adelantado (Mateo 24:36, Mateo 24:42,44, Mateo 24:50, Mateo 25:13) el Señor retornará para establecer Su Reino. En Mateo 24:34 Jesús insinuó que todas esas cosas sucederían dentro del lapso de vida de las personas que nacieran cuando aparezca la primera señal, el renacimiento de Israel.
El Rapto de la Iglesia
En Hechos 15:13-18 Jacobo dijo que Israel estaba siendo puesto a un lado mientras el Señor tomaba de entre los gentiles un pueblo para Su nombre. Después Él reedificaría el tabernáculo caído de David, que es una referencia al Templo. La palabra griega traducida “tomar de entre” literalmente significa “sacar del tiempo y del lugar”. La Iglesia será llevada del tiempo y del lugar de la reconstrucción del Templo antes que eso suceda.
Pablo, quien escuchó a Jacobo decir eso en el Concilio de Jerusalén, lo confirmó en su carta a los Romanos. Él dijo que Israel había sido endurecido en parte (en contra de Dios) hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles. Después de eso Israel será salvo (Romanos 11:25-26). La palabra griega traducida “la plenitud” o “el número completo” indica un número específico o predeterminado. “Entrar” es llegar al destino programado, como cuando un barco o un tren “entra” a su destino. Pablo estaba diciendo que la Iglesia tiene un número predeterminado y cuando ese número se alcance entonces entraremos a nuestro destino programado. Jesús dijo que nuestro destino programado es la casa de Su Padre (Juan 14:2-3). Después de eso Él se volverá a Israel otra vez. El Templo será reconstruido y los restantes siete años de la profecía de las Setenta Semanas de Daniel, conocidos como el tiempo de la Ira de Dios, se cumplirá. Durante ese tiempo Israel será purificado en preparación para la Era del Reino.
Esas dos declaraciones confirman que el rapto de la Iglesia sucederá antes de la restauración del pacto de Israel con Dios, el cual sucederá 7 años antes que el Señor retorne para establecer Su Reino en la Tierra.
No es necesario un centinela
Para terminar, yo les aconsejo a todas las personas que dejen de estar viendo las noticias en las cadenas noticiosas y en vez de ello escanee una amplia gama de medios de comunicación, extranjeros y nacionales, para obtener un entendimiento más completo del estado del mundo. Entonces, conforme usted se familiariza más con estos y otros pasajes de las Escrituras, usted puede obtener una perspectiva sobre los eventos actuales que quienes no son conocedores simplemente no pueden tener. Usted descubrirá que literalmente usted puede tener su Biblia en una mano y una muestra de las noticias mundiales en la otra y se dará cuenta cómo es que se están desarrollando.
Durante Su primera venida, Jesús acusó a los líderes religiosos de ese día de poder predecir mejor el clima que lo que podía reconocer de las señales de Su venida (Mateo 16:2-3) a pesar de que esas señales estaban claramente identificadas en sus Escrituras. Como usted puede ver, lo mismo se puede decir de la mayoría de nuestros líderes hoy día. Pero debido a que nosotros tenemos la Palabra de Dios completa, no necesitamos depender de nadie más para que nos diga en dónde nos encontramos en el cronograma de Dios. Ya casi se escuchan los pasos del Mesías. 14/06/15