Domingo, 12 de octubre de 2014
Un comentario por Jack Kelley
¡Miren! Yo incito contra ellos a los medos, pueblo al que no le importa la plata ni se deleita en el oro. Con sus arcos traspasarán a los jóvenes; no se apiadarán del fruto del vientre ni tendrán compasión de los niños. Babilonia, la perla de los reinos, la gloria y el orgullo de los caldeos, quedará como Sodoma y Gomorra cuando Dios las destruyó. Nunca más volverá a ser habitada, ni poblada en los tiempos venideros. No volverá a acampar allí el beduino, ni hará el pastor descansar a su rebaño (Isaías 13:17-20)
Si ustedes han estado siguiendo las noticias en el Medio Oriente, ustedes se han dado cuentas de que los kurdos están pasando por un tiempo difícil últimamente. A pesar de que la mayoría de los kurdos son musulmanes, el Estado Islámico (EI) los considera como idólatras y ha amenazado con exterminarlos. Un ejemplo de su ruego es la ciudad de Kobani cerca de la frontera de Siria con Turquía. Rodeada en tres costados por los guerreros del EI, esa ciudad kurda necesita ayuda desesperadamente. Pero Turquía, cuyo ejército está acampado justo al otro lado del cuarto costado de Kobani, no va a ayudar porque, por motivos que ustedes verán más adelante, a ellos no les agradan los kurdos. Y puesto que los kurdos han estado al lado de Siria en contra del EI otros países no van a ayudar tampoco por temor a que inadvertidamente estén ayudando a Siria. Esta es la última de una serie de luchas que el pueblo kurdo ha soportado en su esfuerzo por reclamar la identidad nacional que ellos tenían en tiempos antiguos.
Los kurdos son los descendientes modernos de los medos, un pueblo indo europeo a quien se le unió los persas en su exitoso esfuerzo para derrocar a Babilonia y establecerse como una potencia mundial en el siglo sexto a.C. Los persas, mientras se unieron a mitad de la campaña militar, eventualmente se hicieron el socio más dominante de la coalición, pero juntos los medos y los persas reinaron durante más de 200 años hasta que Alejandro Magno los derrotó.
El antepasado original de los medos fue Madai, tercer hijo de Jafet, hijo de Noé. Después de la confusión de lenguas en Babel, él migró hacia el norte y el este, a la región entre el mar Muerto y el mar Caspio, en donde Turquía, Siria, Irak, Irán, Armenia y Georgia se unen geográficamente hoy día. Los nativos le llaman a esta área Kurdistán, o la tierra de los kurdos. Mosul, una prominente ciudad en el Kurdistán iraquí, fue conocida en tiempos bíblicos como Nínive. Ustedes pueden recordar cómo los kurdos se defendieron en contra del Estado Islámico en la batalla de la represa de Mosul el verano pasado.
Turquía ha sido un resuelto opositor para que se les otorgue a los kurdos una tierra que sea su patria, porque mucha de la tierra que ocupan se encuentra en Turquía, con otra parte en Irán e Irak también. De hecho, Turquía considera que la tierra ocupada por los kurdos iraquíes le pertenece, incluyendo sus ricos campos petroleros, reclamando que su posesión le fue otorgada desde los días del Imperio Otomano.
¿Cuál es el punto?
El ejército kurdo, llamado Peshmerga (aquellos que se enfrentan a la muerte), es una temible unidad guerrera, y con armamento moderno, suficiente munición, y algún entrenamiento, probablemente se puedan defender en contra del Estado Islámico. Pero están luchando con la falta de esas cosas porque sus vecinos están temerosos de que se puedan volver demasiado poderosos y ganen su larga y dura batalla para recuperar su tierra natal. Esto es algo que nadie más quiere, no importa de cuál lado esté usted. De hecho, World Net Daily informa que Turquía, Irak, Irán, Arabia Saudita, y los EE.UU. han acordado dejar que la ciudad de Kobani caiga en manos del Estado Islámico, poniendo a 160.000 personas kurdas en riesgo de ser masacradas, en lugar de ir en su ayuda. Ellos claramente no quieren un Kurdistán independiente, principalmente porque sus históricas tierras están asentadas sobre ricos yacimientos petrolíferos los cuales Turquía, Irak e Irán quieren para ellos mismos. Se ha informado que estos países están de acuerdo en dejar que el Estado Islámico resuelva su problema del Kurdistán, creyendo que podrán luego enfrentarse al EI.
El propósito de este estudio es mostrar que no importa cuántas sean las probabilidades en su contra, los kurdos no van a desaparecer de la escena mundial. Sabemos esto porque su destino es ser el agente de Dios para la profecía que nunca se ha cumplido del juicio en contra de Babilonia al final de la era.
Por el momento, todo lo que sabemos es que Babilonia nunca fue destruida de la manera que Isaías y Jeremías describieron cuando los medos y los persas tomaron el reino de Babilonia en el año 538 a.C. Cuando Darío de Media asumió el trono en Babilonia, lo hizo sin tener que pelear batalla alguna por ese derecho. Un contingente del ejército medo-persa se infiltró en la ciudad después de haber desviado las aguas del Éufrates río arriba. Cuando el nivel del agua llegaba a las rodillas, se arrastraron debajo de las compuertas de bronce para capturar esa imponente fortaleza sin siquiera usar sus lanzas o sus espadas.
(Esto se había predicho 150 años antes en una profecía del Señor en Isaías 44:27—45:3 la cual describe la forma en la que Babilonia sería tomada y aun menciona a Ciro por su nombre. Antes que naciera Ciro fue escogido para ser el que liberara a los judíos de su cautiverio de 70 años en Babilonia.)
Y sin embargo, Jeremías dijo que el ejército de Babilonia sería completamente destruido, cayendo muertos y fatalmente heridos en las calles de Babilonia (Jeremías 51:3-4) y el muro ancho de Babilonia será derribado enteramente, y sus altas puertas serán quemadas a fuego; en vano trabajaron los pueblos, y las naciones se cansaron sólo para el fuego (Jeremías 51:58). El uso del plural para las naciones en este versículo nos da la idea de que muchos países estarán involucrados para construir la ciudad, lo cual es otra insinuación de que Jeremías no estaba hablando sobre la Babilonia de su tiempo, sino de una futura.
Hablando de la destrucción de Babilonia, el Señor hizo que Isaías dijera:
¡Escuchen! Se oye tumulto en las montañas, como el de una gran multitud. ¡Escuchen! Se oye un estruendo de reinos, de naciones que se han reunido. El SEÑOR Todopoderoso pasa revista a un ejército para la batalla. Vienen de tierras lejanas, de los confines del horizonte. Viene el SEÑOR con las armas de su ira para destruir toda la tierra. ¡Giman, que el día del SEÑOR está cerca! Llega de parte del Todopoderoso como una devastación. Por eso todas las manos desfallecen, todo el mundo pierde el ánimo. Quedan todos aterrados; dolores y angustias los atrapan: ¡se retuercen de dolor, como si estuvieran de parto! Espantados, se miran unos a otros; ¡tienen el rostro encendido! (Isaías 13:4-8).
Esto se parece más al armamento del Siglo 21. Se dice que una bomba de neutrones deshará la carne de los huesos mientras la víctima aún se encuentra de pie. Quizás esto fue lo que Isaías vio.
Nunca más
Isaías dijo que Babilonia, después de ser juzgada, nunca más sería habitada, y Jeremías repitió esa promesa siete veces más. Sin embargo, Babilonia ha sido habitada y lo es hoy día. Entonces, debe de haber un papel futuro para la Gran Ciudad, y debe de ser uno muy importante para que amerite seis capítulos de la Biblia. Isaías 13-14; Jeremías 50-51 y Apocalipsis 17-18 todos la mencionan. Isaías 14 nos dice por qué. Es porque el verdadero rey de Babilonia es el mismo Satanás.
Isaías 13-14 es un oráculo en dos capítulos sobre la destrucción de Babilonia, algo de lo cual hemos presentado anteriormente. Pero Isaías 14:4 dice, “Pronunciarás este proverbio contra el rey de Babilonia” y desde allí las cosas se vuelven personales. Isaías 14:12 dice: “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!”, y luego enumera las cinco cosas jactanciosas que pronunció Lucifer en su rebelión en contra de Dios. Eso es solamente uno de los dos vistazos que la Biblia nos ofrece de este misterioso evento que los eruditos creen que precedió a la creación de Adán. El otro se encuentra en Ezequiel 28:12-19 en donde Lucifer es llamado el rey de Tiro. Ambos predicen en su completa derrota.
Existen más buenas razones para creer que la Babilonia que se menciona en estas profecías es una ciudad en Irak, y que será destruida por los medos, o mejor dicho, por sus contrapartes modernos, los kurdos. Los medos son mencionados en Isaías 13:17 y Jeremías 51:11, 28 como que están involucrados en la destrucción de Babilonia que nunca ha sucedido hasta este momento de la historia y que dará como resultado la eterna desolación del centro de operaciones de Satanás en la tierra.
A pesar de que muchas son las naciones que estarán involucradas, solamente los medos son mencionados por su nombre, y tanto Isaías como Jeremías estaban hablando de ellos en referencia a la ciudad en el moderno Irak. Refiriéndose al momento como “El Día del Señor”, Isaías llamó a Babilonia “hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos” (Isaías 13:19). (Los caldeos eran la gente de las regiones del sur quienes fundaron y controlaban el imperio babilónico. Hay personas que creen que Kuwait es la nación que hoy día ocupa la tierra de los caldeos, y que ese fue el motivo por el que Sadam Hussein reclamó Kuwait en la invasión que ocasionó la primera guerra del Golfo.)
Jeremías fue un poco más lejos. Él utilizó dos criptogramas (palabras codificadas) para autenticar su descripción, también dentro del contexto de los últimos tiempos. Existen varios ejemplos en los escritos del Antiguo Testamento, del uso de escritos codificados. Típicamente lo que se hace es sustituir la última letra del alfabeto de 22 letras por la primera, la vigésimo primera por la segunda, la vigésima por la tercera, y así sucesivamente.
Los dos criptogramas de Jeremías se encuentran en Jeremías 51:4 en donde la codificación de Leb Kamai corresponde a Caldea, y en Jeremías 51:41 en donde Seshak es la codificación para Babilonia. Yo creo que él hizo eso para que quedara indiscutiblemente claro que se estaba refiriendo a una versión de la Babilonia bíblica de los tiempos finales. Cómo es que Satanás va a restablecer esta ciudad, que en el presente es toda ceremonial, a ser la capital del mundo al final de los tiempos, es un asunto de mucha especulación, algo de lo cual contiene un grado de escepticismo. Pero por el momento lo que sabemos de Isaías, Jeremías y Juan es que así será.
Digo esto porque algo del lenguaje que Juan utiliza en Apocalipsis 17-18 casi de seguro lo tomó de Isaías y de Jeremías. En Isaías 13:21-22 Babilonia es llamada una habitación de chacales, búhos y hienas, palabras que en el hebreo describen a demonios y a animales impuros. Compare eso con Apocalipsis 18:2, Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible.
O qué decimos de Isaías 47:7-9, en donde el Señor acusa a Babilonia diciendo, “Para siempre seré señora…; no quedaré viuda,” y dijo que ella sería destruida en un momento, en un solo día. Compare eso con Apocalipsis 18:7-8, “Porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto; por lo cual en un solo día vendrán sus plagas.”
Jeremías le llamó a Babilonia una copa de oro en la mano del Señor, la cual embriagó a toda la tierra. Él dijo que las naciones bebieron de ese vino y enloquecieron, y que caería de un momento a otro (Jeremías 51:7-8). Compare eso con Apocalipsis 17:4 y 18:3. Y la mujer… tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación… Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación. Estos tres profetas estaban hablando del mismo lugar, y estaban describiendo algo que todavía no ha sucedido.
Las personas que dicen que la restauración de Babilonia requerirá billones de dólares y tomará muchos años en hacerlo, todavía no han considerado que su preparación se ha estado llevando a cabo desde hace varios años. Por ejemplo, si ustedes se fijan cuidadosamente en las dimensiones y capacidad de la embajada estadounidense en Bagdad, se darán cuenta con la facilidad en que podría convertirse en el centro de operaciones de un gobierno mundial. Con un complejo de edificaciones que cubren un área de 42 hectáreas, es la embajada más grande y costosa del mundo, y es casi tan grande como la ciudad del Vaticano. Babilonia queda a una hora de distancia en automóvil.
Además, uno de los palacios de Sadam Hussein queda en la cima de un monte con vista a la antigua Babilonia y ha sido completamente restaurado como un hotel y destino turístico. Fácilmente podría albergar al anticristo y su séquito. Y, además, hay varias instalaciones militares cercanas. En resumen, preparar a Babilonia para que se convierta en la capital del mundo no tomaría tanto tiempo como muchas personas creen. Y recuerden, esta es la ciudad de Satanás en la Tierra. Por consiguiente, debemos darnos cuenta de que también habrá un poder sobrenatural trabajando en el proceso de reconstrucción
Pero esto es lo que se lleva este comentario. Por medio de los kurdos, los medos han salido de la historia y han entrado en el escenario mundial una vez más, y así, otro de los participantes en el escenario de los últimos tiempos, está tomando su lugar. Un día, pronto, el rey de los medos volverá a dirigir un gran ejército en contra de Babilonia, y esta vez su destrucción será completa, y las palabras del Señor se cumplirán. Ya casi se escuchan los pasos del Mesías. 12/10/14