Lunes 9 de enero de 2023
Nadie mira un árbol que crece en la hendidura de una roca sobre el desierto y le llama una obra del diablo, pero muchos lo elogian como un milagro de la creación de Dios
Un estudio bíblico por Jack Kelley
Crecí en un ambiente secular, y con eso quiero decir que mientras pertenecía a una iglesia denominacional, y asistía todos los domingos al servicio religioso, la noción de un creyente vuelto a nacer y lleno del Espíritu, me era totalmente extraño. Después de mis estudios y un tiempo en la Marina, terminé uniéndome al negocio de mi familia en donde me encontré intentando motivar a nuestra fuerza de ventas para obtener mayores niveles de producción. Un amigo me vendió un programa de auto-desarrollo y pronto me vi comprando más para nuestra fuerza de ventas. El resultado fue que las ventas se dispararon cuando la gente se dio cuenta que podían hacer las cosas mucho mejor, tanto para ellos como para nosotros, al activar más su desconocido potencial para el éxito. Más tarde me uní a la firma de mi amigo en la cual me convertí en socio de una de las más exitosas organizaciones en la emergente industria del desarrollo humano antes de fundar mi propia firma de entrenamiento y consultoría. Durante todo este tiempo pude ver a miles de vidas ser cambiadas para mejor.
Los verdaderos cristianos no hacen eso
Cuando me volví en un “verdadero” cristiano muchos de mis amigos cristianos a quienes yo consideraba con más experiencia y que asumí eran más versados que yo, empezaron a mirar con recelo mi involucramiento en el auto desarrollo, catalogando que esas cosas eran influencias de la nueva era y paganas. Y ciertamente mucho de lo que pasa como auto desarrollo está peligrosamente cercano a eso. Como resultado, abandoné el producto más lucrativo que mi firma podía ofrecer, un proceso de auto desarrollo al que llamé “El Logro Más Alto”. En este escribí que nuestro Creador nos había dado a cada uno de nosotros el potencial para el éxito, el cual iba más allá de nuestros sueños, y que era nuestra responsabilidad utilizarlo lo más que pudiéramos como una expresión de gratitud.
Y sin embargo, en mis estudios me mantenía encontrando pasajes bíblicos que pacerían alentarnos a lograr más de nuestro propósito con el objeto de glorificar a Dios. Me pareció que en su enfoque del auto desarrollo, los humanistas seculares parecía que hubieran secuestrado principios bíblicos para luego editarlos, eliminando a Dios de ellos, para hacerlos más digeribles a los incrédulos. Este enfoque funciona porque los principios bíblicos son sólidos. Como la gravedad, funcionan aun si uno no cree en Aquel que los ha ordenado. El resultado peligroso es que estos principios que han sido dados por Dios y se encuentran contenidos en Su Palabra, ahora son utilizados con mayor frecuencia por los incrédulos para glorificar al hombre, y en algunos casos aun a otros dioses.
Hemos tirado al bebé junto con el agua de la tina
La reacción de un amplio espectro de la comunidad cristiana ha sido condenar estos principios como si fueran del diablo, y debido a eso, hoy día muchos creyentes viven una vida patéticamente derrotada la cual no solamente no glorifica a Dios, sino que en realidad sirve como ejemplo para alejar a las personas de Él. El rechazo a esta porción de la Palabra de Dios generalmente nace de la ignorancia del creyente promedio de la Biblia, debido en parte a la pobre enseñanza (tanto en calidad como en cantidad) que muchos de ellos reciben. Al no estar familiarizados con todo el consejo de Dios, asumen que Sus principios para una vida abundante en realidad fueron desarrollados por los humanistas, y aun por los paganos, para alejarlos de Él. De manera errónea llegan a la conclusión que Su promesa de “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10), se refiere al Milenio.
Una lección de la creación
Pero examinemos la creación de Dios para ver la lección que nos enseña. En toda la creación todo ser viviente, ya sea planta o animal, se esfuerza para lograr su máximo potencial. Usted no podrá encontrar un árbol que solamente crece hasta la mitad de su tamaño normal para luego dejar de hacerlo, o una vaca que solamente da una porción de la leche que puede producir. No existen los leones, ni tampoco los salmones, ni siquiera las petunias que sean perezosos. Cada criatura que Dios ha creado está predispuesta a lograr su destino y a luchar con cada gramo de su fuerza para hacerlo. Nadie mira un árbol que crece en la hendidura de una roca sobre el desierto y le llama una obra del diablo, pero muchos lo alaban como un milagro de la creación de Dios.
Solamente a la humanidad se le ha dado que elija en conformarse con menos de lo que nuestro Creador quiere para nosotros, y solamente son las personas las que son enseñadas a hacer eso para evitar ofender a Dios. ¿Pero qué es lo que Dios nos ha mostrado? Abraham el padre del pueblo judío, fue hecho uno de los hombres más ricos de su época al estar de acuerdo en seguir a Dios. Al revelarse a la humanidad, Dios escogió a Israel para mostrar las bendiciones que acompañan el tener una relación de pacto con Él, y en tiempos de David y Salomón Israel fue la nación más rica y poderosa de la tierra. Aun hoy día existe una porción desproporcionada de la riqueza intelectual y financiera del mundo, en manos del pueblo que Dios eligió como Suyo.
Cuando los EE.UU. se llamaron a sí mismos cristianos y se apuntaron a lo que hoy día ha sido etiquetado como la obra ética protestante, fue bendecido sobre todas las naciones de la tierra, logrando cosas que ninguna otra nación pudo llevar a cabo, y el “ingenio Yankee” fue considerado como que igualaba a cualquier reto. Este país fue más rico, y su nivel de vida más alto y sus hijos más brillantes que cualquier otro.
Sin embargo, lenta pero continuamente, ese país ha sacado a Dios de la ecuación que hizo que su sociedad fuera grande, y cuando lo hace, la gente abandonó Sus principios también. Muchas personas ahora se vuelven al gobierno como la fuente de bendición, mientras otras se miran a sí mismas. Y así el enemigo ha falsificado los principios bíblicos y los está haciendo trabajar para su gloria, mientras que aquellos de nosotros que seguimos al Señor tenemos que darnos cuenta que al seguir estos mismos principios manifestaremos bendiciones más allá de lo que podamos imaginar, y así glorificar al verdadero Autor de nuestro éxito.
Y ahora, escuchen la Palabra del Señor
1.- Deléitate asimismo en Mí, y te concederé las peticiones de tu corazón (Salmo 37:4).
2.- Estudia Mi Palabra día y noche y cítala con frecuencia. Haz todo lo que te dice y serás préspero y exitoso (Josué 1:8-9).
3.- Confía en Mí y deja de hacer las cosas a tu manera. Dame el crédito y Yo te mantendré en el camino recto y angosto. Hónrame con tu riqueza, y tu cuenta bancaria rebosará. (Proverbios 3:5-6, 9-10).
4- Dame la décima parte la cual me pertenece, y Yo abriré las ventanas de los Cielos y derramaré tantas bendiciones sobre ti que no las podrás soportar (Malaquías 3:10).
5.- Da y te será dado. Una buena medida apretada y sacudida y rebosante caerá en tu regazo. Porque con la medida que tú uses te será medido (Lucas 6:38).
6.- Cambie su actitud (Efesios 4:23).
7.- Practique el pensamiento positivo (Filipenses 4:8-9).
8.- Descubra el poder de las metas personales (Filipenses 3:13-14).
9.- El poder de la visualización (2 Corintios 4:17-18).
10.- Afirmación o Convencimiento (Filipenses 4:4, 13).
11.- Regocíjate en Mí siempre. No temas por nada, ora por todo, y sé agradecido en todo, y Yo te daré la paz que sobrepasa todo entendimiento humano (Filipenses 4:4-7).
12.- Usted será enriquecido en todo para que pueda ser generoso en cada ocasión (2 Corintios 9:11).
13-. Entonces recordarán Quién les dio la habilidad para lograr su riqueza (Deuteronomio 8:18).
Este es el destino que usted tiene por delante. Lógrelo y usted le dará el honor más grande e inimaginable a Aquel Quien hizo todo eso posible.