La doctrina oculta del Rapto

Lunes, 30 de octubre de 2017

Un estudio bíblico por Jack Kelley

Con el correr del tiempo he recibido muchas preguntas parecidas a la siguiente: “¿Por qué cree usted que un suceso tan importante como el Rapto se menciona tan poco y por qué está “oculto” en las Escrituras?”

Es cierto que el Rapto se menciona muy poco, o por lo menos no directamente como tal. De hecho, la palabra griega de la que obtenemos toda la idea del Rapto aparece solamente 13 veces en el Nuevo Testamento y aun así nos llega con rodeos. La palabra griega es harpazo y significa arrebatar o tomar por la fuerza. En la mayoría de las traducciones en español de 1 Tesalonicenses 4:17, se lee “arrebatar”. La raíz de esta palabra es haireo que significa “tomar para uno mismo”. 1 Tesalonicenses 4:17 es en único lugar en que la palabra harpazo se refiere al Rapto de la Iglesia.

Además de eso, rapto es una palabra en español que viene de la traducción de la Biblia en latín de harpazo por lo que no la podemos encontrar en nuestra Biblia. Tendríamos que leer 1 Tesalonicenses 4:17 en latín para encontrarla. (Aparece como rapiemur.) Muchas personas no se dan cuenta de que por muchos miles de años antes de la Reforma, la versión de la Biblia de la Vulgata Latina fue la principal traducción de los textos griegos originales. Ese fue el texto estándar que durante el mayor tiempo se utilizó antes que salieran las demás traducciones de la Biblia.

A pesar de que el concepto del Rapto aparece a través de las Escrituras no fue sino hasta unos 20 años después de la cruz que se le describió con detalles. Por eso fue que Pablo pudo decir que estaba revelando un secreto (Presten atención, que les voy a contar un misterio) cuando lo describió en 1 Corintios 15:51-53. Junto con 1 Tesalonicenses 4:15-17 fue la primera enseñanza clara del Rapto en la historia de la humanidad. Únicamente con el beneficio de la revelación de Pablo es que uno puede buscar en la Biblia y ver las muchas sugerencias del Rapto. (Vea el artículo Referencias sobre el Rapto

Hubo un motivo estratégico para mantener todo esto en secreto antes de la cruz. Pablo habló de ello en 1 Corintios 2:7-8. Al explicar que su mensaje de sabiduría no fue tomado de la sabiduría del mundo, dijo,

Pero hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria

Recuerden, Jesús le llamó a Satanás el príncipe de este mundo (Juan 12:31; 14:30; 16:11). Pablo le llamó el dios de este siglo (2 Corintios 4:4) y Juan dijo que el mundo entero está bajo el maligno (1 Juan 5:19), por eso es que la referencia de Pablo a los príncipes de este siglo no era al Sumo Sacerdote en Jerusalén o a Cesar en Roma. Él estaba diciendo que si Satanás y sus lacayos hubieran comprendido la extensión de las bendiciones que Dios tenía en mente para la Iglesia, habrían hecho todo lo posible por evitar la crucifixión.

La sabiduría secreta de Dios, parte 1

Hay dos facetas de la sabiduría secreta de Dios en cuanto a la Iglesia se refieren. Y como ustedes verán, ambas requieren del más absoluto secreto. La primera es la manera como la Iglesia llegó al mundo.

Antes, ustedes estaban muertos en sus pecados; aún no se habían despojado de su naturaleza pecaminosa. Pero ahora, Dios les ha dado vida juntamente con él, y les ha perdonado todos sus pecados. Ha anulado el acta de los decretos que había contra nosotros y que nos era adversa; la quitó de en medio y la clavó en la cruz. Desarmó además a los poderes y las potestades, y los exhibió públicamente al triunfar sobre ellos en la cruz” (Colosenses 2:13-15).

Un cuarto de siglo después de convertirme en creyente, aun no puedo describir adecuadamente mi reacción inicial cuando escuchaba estos versículos. Toda la vida iba a la iglesia pero nunca había escuchado cosa semejante. El acta de los decretos de todos los pecados de mi vida, pasados, presentes y futuros, fue cancelada en la cruz. Esto anulaba completamente cualquier reclamo que Satanás pudiera tener, o que podría tener, en mi contra. En la cruz él creyó que había derrotado la única esperanza que Dios tenía para la salvación de la humanidad. Pero en lugar de ello, cualquier persona que ahora lo escoja, puede recibir el perdón duradero por sus pecados, uno que no puede jamás ser revocado.

Permítanme explicar aquí que este conocimiento no me inspiró a salir a pecar deliberadamente sin tener un gran temor por las consecuencias. Y tampoco lo será para ningún otro verdadero creyente. Aquellas personas que se oponen al concepto de la seguridad eterna sobre la suposición de que únicamente el miedo a perderse hará que nos comportemos bien, no están entendiendo el asunto. Además, era nuestro comportamiento el que causó nuestro problema del pecado, pero es el comportamiento del Señor lo que nos sanó. Y todo lo que tenemos que hacer ahora es creer y recibirlo.

Pero no, lo que esto hizo para mí fue producir una acción de arrodillarme al darme cuenta de que nunca habría sido digno de esta clase de regalo y me produjo una determinación de pasar el resto de mi vida tratando de vivir con lo que ya había obtenido (Filipenses 3:20). A los ojos de Dios yo era ahora perfecto (Hebreos 10:14), una nueva creación (2 Corintios 5:17). Había sido adoptado en la propia familia de Dios (Gálatas 4:4-5) y se me ha garantizado un lugar en Su Reino (Efesios 1:13-14). Yo quería asegurarme de que Él no lamentaría haber hecho todo eso.

Esta garantía de la salvación se basa totalmente en nuestra creencia que Colosenses 2:13-15 es cierto y fue un alejamiento radical de lo que los enemigos de Dios esperaban de Él ya que fueron tomados totalmente por sorpresa. Antes de la cruz el perdón solamente cubría los pecados cometidos en el pasado. Tan pronto como una persona pecaba de nuevo después del Día del Perdón, volvía a estar en deuda y Satanás tenía un nuevo reclamo en su contra. Para alejar el castigo por sus pecados, era necesario sacrificar a animales inocentes en su lugar, pero eso tampoco lo liberaba. Solamente le otorgaban un atraso temporal en la ejecución del castigo (Hebreos 10:3).

Pero cuando Satanás vio la larga lista de nuestros pecados siendo clavada en la cruz frente a sus propios ojos, y escuchó a Jesús clamar “Totalmente pagado” (Juan 19:30) supo que lo que creyó que sería su victoria final resultó ser su derrota completa.

A pesar de que con una visión normal podemos mirar hacia el Antiguo Testamento y ver las pistas de lo que Dios haría en la Iglesia, nadie antes de la cruz pudo verlo. Los judíos no lo vieron, y ciertamente los gentiles tampoco, ni aun Satanás. Y en lugar de una transición agradable y ordenada de la Ley a la Gracia, el reloj de la Era de la Ley se detuvo abruptamente siete años antes de llegar a su final previamente anunciado (Daniel 9:24-27). Las ceremonias religiosas de los judíos que antes eran obligatorias de un momento a otro carecían de sentido. Una cultura sumergida en la ley religiosa y sus prácticas se volvió obsoleta, y pronto sería dispersada. Por la primera y única vez en la historia las puertas del cielo se abrieron de par en par para cualquier persona que quisiera entrar, con la única condición de creer que Jesús murió por sus pecados y resucitó de nuevo (Romanos 10:9).

La sabiduría secreta de Dios, parte 2

La segunda faceta de la sabiduría secreta de Dios será la forma cómo la Iglesia será removida de este mundo. En un momento en que nadie será capaz de determinarlo por adelantado y sin previo aviso, la Iglesia simplemente desaparecerá de la faz de la tierra para siempre, dejando a un mundo incrédulo en un caos total. Debido a que el nacimiento de la Iglesia tomó por sorpresa a Satanás, los detalles que rodean la salida de la Iglesia deben quedar en la más absoluta oscuridad. Después de todo él es un hábil estudiante y ha tenido 2000 años para repasar lo poco que la Biblia tiene que decir sobre el Rapto. No podría ser tomado tan de sorpresa una segunda vez.

Siendo un estudioso de la profecía sabe por lo menos lo que nosotros sabemos acerca de los tiempos finales. (Por favor recuerden esto. No es que Satanás no conozca el plan de Dios, sino que él cree que podrá derrotar el plan de Dios.) Él sabe que el Rapto precederá los juicios de los tiempos finales, y que sucederá cuando la Iglesia cumpla con el número requerido, y que solamente Dios conoce ese número. Y eso es todo. Por eso es que su única esperanza es prevenir que la Iglesia alcance ese número de creyentes lo más que pueda. Y debido a que él no conoce ese número de creyentes, es que está totalmente desequilibrado. Si él conociera cuándo es que la Iglesia partiría podría planear algún tipo de contraataque. Pero ya que no lo sabe, está obligado a permanecer reactivo, sin poder descansar, nunca sabiendo cuándo sonará el silbato y el partido terminará. Yo creo que ese es el verdadero propósito de Dios en mantener el Rapto en secreto.

Cuando Dios se lleve a la Iglesia fuera de este mundo, habrá otro cambio abrupto cuando la Era de la Ley retorne por los últimos siete años. Una vez más el centro de todo será Israel. Habrá un Templo con sacrificios y todas las ceremonias relacionadas. Y excepto por todas las personas que ya no están, será como si la Era de la Iglesia nunca existió. Y por favor entiendan que aun cuando el Nuevo Pacto le llega a Israel no será igual a como lo era con la Iglesia. Un Templo, los sacrificios de animales, los días santos obligatorios, y el sacerdocio levítico continuarán a través de la Era del Reino, o Milenio.

Es que queda claro que la Era de la Iglesia no tenía la intención de ser el paso siguiente en la progresión del plan de Dios, sustituir lo que era antes, o quizás ser sustituida por lo que vendría después. Fue un cambio completo y radical de la norma que una vez la completó y nunca más se repetirá. Solamente habiendo conocido nada más que la Era de la Iglesia, nosotros no podemos apreciar lo único que somos. Pero como escribió Pablo, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús (Efesios 2:7).

Aquí, allá, o en el aire

Para resaltar lo único que es la Iglesia, su salida tendrá que ser aún más dramática, aún más revestida de misterio de lo que fue su nacimiento. Pronto, pero muy pronto, en un día que nadie pudo haber predicho por adelantado, los creyentes escucharán una orden sonora, “¡Sube acá!” (Apocalipsis 4:1), acompañada por la trompeta de Dios. De inmediato, los espíritus de los creyentes muertos recibirán nuevos cuerpos resucitados y los que están vivos serán transformados de mortales a inmortales. Todos juntos recibiremos al Señor “en el aire” habiendo desaparecido de la tierra “en un abrir y cerrar de ojos” (1 Tesalonicenses 4:16-17; 1 Corintios 15:51-53) y luego seguiremos a la casa de Su Padre (Juan 14:2-3).

Esto siempre me ha intrigado. La palabra griega para aire se refiere al espacio entre el Cielo y la Tierra llamado la atmósfera. Entonces, nosotros no nos vamos directamente al Cielo, como tampoco el Señor baja hasta la Tierra, como sí lo hará en Su Segunda Venida. En lugar de eso, el encuentro será en la atmósfera.

La atmósfera fue creada en el segundo día de la creación cuando Dios formó la expansión para separar el agua de abajo (el mar) del agua de arriba (el toldo de vapor de agua que rodeaba la Tierra hasta el diluvio universal). Dios le llamó cielo o firmamento (Génesis 1:8). A diferencia de los demás días de la Creación, el segundo día no fue declarado bueno. Algunos eruditos han especulado esto porque los espíritus de los demonios de inmediato lo habitaron. Esto puede ser el por qué Pablo también se refirió a Satanás como el príncipe de la potestad del aire (Efesios 2:2).

Si este es el caso, entonces significa que Dios va a sacudir fuertemente a Satanás una vez más, y esta vez será al reunir de repente a la Iglesia raptada frente a sus narices sin ningún aviso. Todas las listas de pecados que Satanás vio clavadas en la cruz hace 2000 años estarán representadas por cada feliz e hilarante creyente en una grandiosa muestra final de victoria antes de volar a nuestras mansiones en el cielo. ¿Ya ustedes se han podido dar cuenta porqué ese momento exacto debía mantenerse en secreto? Nosotros no quisiéramos echar a perder la sorpresa. Ya casi se escuchan los pasos del Mesías. 02/10/10