“Porque un NIÑO nos es NACIDO, hijo nos es dado”
Lunes 5 de diciembre de 2022
Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
Por tanto, el Señor mismo les dará señal: La virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel (Isaías 7:14).
En el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos (Isaías 9:1-2).
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite.
Sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo del SEÑOR Todopoderoso hará esto (Isaías 9:6-7).
El Nacimiento de Jesús fue predicho
Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo; bendita eres tú entre las mujeres.
Pero ella, cuando lo vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que soy virgen?
Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios (Lucas 1:26-35).
Los comentaristas liberales, y otras personas que no toman seriamente la Biblia, con frecuencia tratan de infundir dudas de la validez de la profecía de Isaías sobre el nacimiento virginal, diciendo que la palabra hebrea más clara para virgen es betulá. En Isaías 7:14 se utiliza una palabra diferente, almá. Esta palabra también significa virgen, pero al mismo tiempo se refiere a una mujer de edad casadera. Ellos alegan que el fracaso de Isaías en utilizar la palabra más específica, puede significar que él en realidad no estaba profetizando un nacimiento virginal. Como anticipando eso, Isaías incluyó una refutación. Es simple porque aparece en Isaías 8, pero primero veamos alguna perspectiva.
Las profecías a largo plazo generalmente contienen lo que se llama un cumplimiento doble. El primer cumplimiento es parcial y confirma la certeza del segundo cumplimiento, el final. Por ejemplo, Jesús dijo, “Yo he venido en nombre de mi Padre, y ustedes no me reciben; si otro viniere en su propio nombre, a ése sí recibirán” (Juan 5:43). Él estaba hablando sobre la aparición futura del anticristo, el impostor que Israel aceptará como su mesías al final de la era por haberlo rechazado a Él, su verdadero Mesías, en aquel entonces. Pero en Su juicio, Pilato ofreció soltar a un prisionero en honor a la pascua. Él les preguntó que escogieran entre Jesús y Barrabás, y la muchedumbre escogió a Barrabás (Mateo 27:15-23). (Es interesante ver que Barrabás significa “hijo de un padre.”) Esto fue un cumplimiento parcial que confirma el cumplimiento final.
Puesto que solamente habría un solo nacimiento virginal, el cual no se repetirá nunca más, la profecía de Isaías tenía que expresarse en el contexto más amplio para poder acomodar un cumplimiento parcial, y es por eso que Isaías utilizó la palabra almá en vez de betulá. La esposa de Isaías fue quien proveyó el cumplimiento parcial (Isaías 8:3). ¿Y cómo lo sabemos? El Señor se refirió al hijo que ella tuvo como Emanuel (Isaías 8:8) a pesar de que Él le dijo que también le pusiera el nombre ceremonial de Maher-salal-hasbaz.
Pero pensemos sobre esto. Dentro del contexto de Isaías 7, el nacimiento virginal tenía la intención de ser una señal importante para Israel. ¿Qué tipo de señal sería decir, “Una mujer de edad casadera dará a luz”? Eso sucede todos los días.
Y todavía existe más evidencia sobre la validez de esta profecía también. 600 años más tarde, mucho después que Isaías y su familia habían desaparecido de la escena, sus escritos fueron traducidos al griego por 70 eruditos hebreos importantes. Cuando llegaron al pasaje que conocemos como Isaías 7:14 escogieron la palabra griega pardsénos que la Biblia solamente describe como alguien que no ha tenido experiencias sexuales. Ellos esperaban un nacimiento virginal y 150 años después lo tuvieron.
Y finalmente, la única forma como Jesús podía tener un reclamo legal al Trono de David era por ser un descendiente biológico del Rey David y de su línea de sucesión real, pero sin llevar la maldición de sangre que Dios había pronunciado sobre la descendencia real seis siglos antes (Jeremías 22:28-30).
José era un descendiente de David a través de Salomón, que era la línea real. Pero como todos los demás descendientes de Salomón, él también llevaba la maldición que lo descalificaba, junto a todos sus descendientes biológicos, para ser rey de Israel. María descendía también de David, pero a través del hermano de Salomón, Natán, cuya descendencia no había sido maldecida, pero cuyos descendientes tampoco calificaban para ser reyes.
Nacido de María, Jesús era un descendiente biológico de David. Como hijo adoptivo de José, Él estaba en línea para ser Rey de Israel, pero no llevaba la maldición. En resumen, Jesús es el único hombre nacido en este mundo desde el año 600 a.C. que está legalmente calificado para servir como Rey de Israel, y solamente porque no tiene un padre terrenal. (Lea el artículo “La Virgen María Tuvo un Bebé Varón” (2 de julio de 2003), para tener los detalles de esta increíble historia.)
Aún tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; porque nada hay imposible para Dios.
Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra.
Y el ángel se fue de su presencia (Lucas 1:36-38).
Elisabet tenía seis meses de embarazo cuando María concibió. Puesto que Juan el Bautista, hijo de Elisabet, nació en el mes de Marzo, un embarazo normal de nueve meses haría que su concepción fuera en Junio. Elisabet habría tenido seis meses de embarazo a finales de Diciembre, que fue cuando María concibió, colocando así el nacimiento del Señor en el mes de Septiembre, seis meses después del de Juan. (Lea el artículo “Feliz Cumpleaños Jesús” [30 de junio de 2003], para el apoyo bíblico de este punto de vista.)
El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.
Y pensando él en esto, un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu esposa, porque lo que ella ha engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: Una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.
Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su esposa. Pero no se unió a ella hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS (Mateo 1:18-25).
En aquellos días un desposorio era legalmente vinculante como un matrimonio, pero no permitía un contacto no supervisado entre la novia y el novio, para evitar la tentación de que pudieran consumar su relación antes de tiempo. José sabía que no era el padre del bebé, pero al acusar a María de infidelidad habría arruinado toda la vida de ella y podría ocasionar su ejecución, ya que el sexo fuera del matrimonio era castigado con la muerte. Un desposorio solamente podía ser terminado con un divorcio, así que ese fue el remedio que José buscó. Jesús es el nombre en griego para el hebreo Yeshua que significa “Dios trae Salvación”. A pesar de que en todo el sentido de la palabra, Él era “Dios con Nosotros” (Emanuel), solamente es a través de Él que “Dios trae la salvación” (Jesús).
El Nacimiento de Jesús
Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad (Miqueas 5:2).
En aquellos días se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad (Lucas 2:1-3).
Cirenio fue gobernador en los años 6 al 4 a.C. y de nuevo en los años 6 al 9 d.C. A él le toco tomar el censo las dos veces que estuvo en ese puesto. Este se realizó durante su primer término. (Hechos 5:37 se refiere al segundo censo.) Es importante observar que los caminos en el área de Jerusalén/Belén se volvían intransitables después del otoño debido a las tormentas del invierno, por eso es muy poco probable que él haya requerido que todas las personas viajaran a finales de diciembre. El momento más probable fue a principios del otoño.
Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón (Lucas 2:4-7).
Los pañales, como se conocen ahora, en ese entonces eran unos trapos confeccionados con la ropa usada de los sacerdotes. Generalmente esta ropa era cortada en tiras con las que se hacían las mechas para quemar el aceite en las grandes menoras de cuatro brazos que estaban en los patios de Templo durante la Fiesta de los Tabernáculos. Estas lámparas gigantescas eran tan altas que los sacerdotes tenían que subir el aceite en cubetas en escaleras de 10 metros de alto para mantenerlas encendidas, y se dice que la luz de estas menoras iluminaba toda la ciudad. Esta ropa de lino fue el primer vestido terrenal que adornó a nuestro Sumo Sacerdote, la Luz del Mundo.
Los pastores y los ángeles
Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No teman; porque les doy buenas noticias que son de gran gozo para todo el pueblo: que les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto les servirá de señal: Hallarán al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre (Lucas 2:8-12).
De nuevo, el clima de invierno cerca de Jerusalén habría obligado a los pastores a abrigarse y no estar en campo abierto después de finales de octubre. Los animales que se estaban cuidando pertenecían a los rebaños del Templo, corderos que habían sido cuidadosamente criados durante muchos años para que estuvieran libres de cualquier mancha o defecto. Estos eran los animales que los peregrinos que venían de lejos compraban para hacer los sacrificios durante los días santos, en vez de arriesgarse a traer su propio cordero. Estos corderos servían para ese único propósito. Nacieron para morir por los pecados de la gente. Por eso es adecuado que los pastores fueran los primeros en enterarse del nacimiento del Cordero que nacía para morir por los pecados de la humanidad (Juan 1:29).
Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
Cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado.
Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho (Lucas 2:13-20).
Tradicionalmente, el nacimiento de un primogénito era ocasión para una gran celebración en Israel. El primogénito era el heredero, y asumía la continuidad de la familia. Los padres que podían, contrataban músicos que desfilaran por las calles cantando, danzando y anunciando gozosamente al recién llegado a toda la gente.
María y José estaban a varios días de su casa y de su familia y no tenían dinero para pagar los músicos, pero el Dios del Universo se encargaría de eso. Abriendo los Cielos, Él hizo que Su coro angelical cantara alabanzas debido a este evento único y bendito.
Concluiremos este estudio en la Parte 2 la próxima semana. Feliz Navidad. 07/12/13