Domingo, 29 de septiembre de 2013
Un Artículo de Fondo por Jack Kelley
Las naciones estarán angustiadas y perplejas por el bramido y la agitación del mar (Lucas 21:25).
Y decían a los montes y a las peñas: Caigan sobre nosotros, y escóndannos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie? (Apocalipsis 6:16-17).
Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios (Apocalipsis 15:1).
Durante veinte siglos varias formas de la frase “La Ira de Dios” daban la idea de que ese era el período de los juicios de los tiempos finales que inmediatamente precedían la Segunda Venida. Pero recientemente esa frase ha empezado a significar diferentes cosas para diferentes personas. Al mismo tiempo frases como la Ira del Cordero, la Ira del Hombre, y la Ira de Satanás también se han metido en la discusión. Adicionalmente, algunas personas han empezado a hablar de un período de juicio al que llaman la Ira de Dios el cual no se menciona en la Biblia. Estas personas dicen que este juicio empieza justo después de la Segunda Venida. Otras aun han dicho que la Ira de Dios se refiere al castigo eterno que sigue después del Milenio.
Entonces, ¿Qué es la Ira de Dios?
Por las citas anteriores de Apocalipsis nos damos cuenta de que la Ira de Dios es un período de juicio que comienza durante los juicios de los sellos de Apocalipsis 6 y termina con los juicios de las copas de la ira de Apocalipsis 16—18. Cuando alguna forma de esta frase aparece en el Nuevo Testamento casi siempre es una referencia a los juicios de los tiempos finales.
Si ese es el caso, ¿qué son estos otros llamados períodos de ira que escuchamos?
La Ira del Cordero viene de Apocalipsis 6:16. El siguiente versículo, Apocalipsis 6:17 nos dice que también es la Ira de Dios, lo cual tiene sentido porque en Juan 10:30 Jesús dijo, “El Padre y yo somos uno”.
La Ira del Hombre es una frase que no aparece en la Biblia, pero algunos comentaristas la han usado para describir lo que tradicionalmente se le ha llamado los primeros cuatro juicios de los sellos de Apocalipsis 6, también conocidos como los Cuatro Jinetes del Apocalipsis. De nuevo, esto es parte de la Ira de Dios. Los cuatro jinetes simbolizan la aparición inicial del anticristo y sus esfuerzos para ganar el control de todo el mundo por medio de la conquista (Apocalipsis 6:2).
La Ira de Satanás viene de la Biblia Versión Reina Valera 1960 de Apocalipsis 12:12 en donde a Satanás se le describe como que tiene gran ira porque ha sido expulsado del cielo y sabe que le queda poco tiempo para lograr su meta de conquistar la Tierra. Su expulsión del cielo sucederá al comienzo de la Gran Tribulación, un corto tiempo antes de que los juicios de las copas de la ira completen la Ira de Dios que se desata en contra de sus seguidores. Entonces ustedes pueden ver que Satanás no es el autor de esta serie final de juicios sino que es el objetivo de ellos. La palabra griega usada para la ira de Satanás es timos y mientras que algunas veces también se refiere a la ira de Dios, orgé es la palabra que con más frecuencia se usa para la Ira de Dios. La diferencia en las dos palabras como se usan aquí es que la ira de Dios es la causa del castigo mientras que la ira de Satanás es la reacción al castigo.
El juicio que inmediatamente le sigue a la Segunda Venida lo describe Mateo 24:45—25:46. Aquí se determinará quiénes de entre los sobrevivientes de la Gran Tribulación serán bienvenidos en el Reino Milenial en la Tierra. Todos los sobrevivientes incrédulos serán removidos del planeta en ese momento. La Segunda Venida, los juicios de Mateo 24—25 y las preparaciones para el Reino se completarán durante los primeros 75 días después que ha terminado la Gran Tribulación (Daniel 12:12) los cuales nunca se refieren como el tiempo de la Ira de Dios.
Lo mismo es cierto con el juicio del Gran Trono Blanco de Apocalipsis 20:11-15. Al final del Milenio los incrédulos muertos de todas las épocas serán reunidos para su juicio final. Cualquier persona cuyo nombre no se encuentra en el Libro de la Vida será lanzada en el Lago de Fuego para el castigo eterno. Al Lago de Fuego nunca se le refiere como la Ira de Dios.
De estos y otros pasajes podemos seguramente concluir que las referencias en el Nuevo Testamento de la Ira de Dios de manera abrumadora describen un período específico de juicio sobre el mundo después del Rapto, empezando al comienzo de la Semana Setenta de Daniel y terminando justo antes de la Segunda Venida. Su Ira consiste de tres series de juicios que tienen nombre y posiblemente uno adicional que no tiene nombre.
Tres Series De Juicios
A la primera serie de juicios con nombre se le llama los juicios de los Sellos porque suceden cuando Jesús abre siete sellos de un libro que el Padre le ha dado. Se describen en Apocalipsis 6 como un período de tiempo que empieza con la percepción de que la paz ha llegado a la Tierra y termina con la realidad de que la Ira de Dios ha empezado. Al escribir sobre este tiempo Pablo dijo, “Que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán” (1 Tesalonicenses 5:3). Los primeros seis juicios de los Sellos traerán guerra, hambre, plagas y muerte a una cuarta parte del mundo junto con el martirio masivo de los creyentes de después del Rapto.
El séptimo Sello no es un juicio en sí mismo sino que introduce una segunda serie de juicios con nombre, llamados los Juicios de las Trompetas (Apocalipsis 8:4—9:21). Cuando siete ángeles suenan sus trompetas por turno, el sonido de cada trompeta introduce otro juicio. Esta serie de juicios combinará ataques naturales y sobrenaturales sobre la humanidad y para cuando hayan terminado, una tercera parte de los bosques de la tierra y los campos se habrán quemado, una tercera parte de las criaturas marinas habrá muerto, una tercera parte del suministro de agua potable de la Tierra se habrá contaminado, y una tercera parte de la gente que sobrevivió a los juicios de los sellos, habrá muerto.
Después del juicio de la sexta Trompeta un evento sin nombre llegará a la Tierra. A una señal de un ángel fuerte siete truenos emitirán sus voces, y a pesar de que a Juan se le prohibió decirnos lo que dijeron, los eruditos especulan que eso puede ser un juicio no anunciado de alguna clase (Apocalipsis 10:1-4).
Al sonido de la Séptima Trompeta se anunciará el comienzo del reinado de Cristo sobre el Planeta Tierra (Apocalipsis 11:15-18). Una guerra en el Cielo tendrá como resultado la expulsión permanente de Satanás y sus ángeles (Apocalipsis 12:7-12). Habiendo sido confinado a la Tierra, Satanás morará dentro de su hombre, el anticristo, y hará que este anuncie desde el Templo en Israel que él es Dios (2 Tesalonicenses 2:4). Jesús dijo que esto dispararía la Gran Tribulación, el peor desastre que el mundo jamás habrá sufrido, ni antes ni después. Él advirtió que el pueblo judío que viva en Israel en ese momento, huya a los montes para salvar sus vidas (Mateo 24:15-21).
Esto se llevará a cabo a la mitad de la Semana Setenta de Daniel y en este punto la fuerza total de la ira de Dios será descargada sobre Satanás y sus seguidores durante la serie final de juicios (Apocalipsis 16—18). A estos se les llama los juicios de las Copas de la Ira porque se simbolizan por unos ángeles que derraman las siete copas de la Ira de Dios sobre la tierra. El poder de estos juicios y la devastación que causan está más allá de cualquier descripción. Jesús estaba en lo correcto al decir que si Él no le ponía fin a estos juicios, en el momento asignado, ningún ser humano sobreviviría (Mateo 24:22).
Yo creo que uno de los efectos de estos juicios será el de completar la fase de demolición para la restauración de la Tierra, sobre la cual habló Jesús en Mateo 19:28, la confirmó Pedro en Hechos 3:21 y Juan la describió en Apocalipsis 21:1. Por ejemplo Apocalipsis 16:16-21 habla sobre los peores terremotos que el mundo habrá sentido causando que todas las montañas caigan, las islas desaparezcan, y las ciudades de las naciones se destruyan, mientras que granizos de 45 kilogramos caen como bombas sobre la Tierra. Créanme cuando les digo que ustedes no le desearían esto ni a su peor enemigo.
La mayor parte de la población restante del mundo morirá durante este tiempo, pero debido a esto la Tierra estará lista para ser restaurada a la condición que estaba cuando Adán fue creado. Esto sucederá al momento de la Segunda Venida (Hechos 3:21).
¿Qué Será De Nosotros?
Pablo dejó en claro que la Iglesia no estaría presente en la Tierra en ningún momento durante estos juicios. En 1 Tesalonicenses 1:10 él escribió que Jesús nos rescatará de la ira venidera. (La palabra griega traducida de este versículo se refiere tanto al tiempo como al lugar de la ira venidera, así que no estaremos presentes cuando eso suceda, ni estaremos presentes donde suceda). Él hará esto porque Dios no nos ha puesto para sufrir la ira sino para recibir la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo (1 Tesalonicenses 5:9).
Si usted cree que es una persona pecadora, pero que Dios envió a Su Hijo a morir por sus pecados, y si usted ha aceptado Su muerte como pago por todo el castigo de sus pecados, entonces usted no tendrá que enfrentarse a estos juicios. Un día pronto, usted desaparecerá con el resto de nosotros y estará en el Cielo con el Señor mientras todo esto sucede en la Tierra.
Usted se dará cuenta de que su decisión en creer lo que el Señor hizo por usted fue el momento determinante de su vida y entenderá que eso le hizo una de las personas máximas ganadoras en el mundo. Usted se dará cuenta de que eso fue lo que Dios siempre quiso que usted hiciera y sabrá por qué los Ejércitos Celestiales han explotado en júbilo celebrando su llegada a la presencia del Señor. Si usted escucha con cuidado ya casi se oyen los pasos del Mesías. 28/09/13.