La sabiduría de todos los tiempos

Miércoles 31 de mayo de 2023

Un comentario por Jack Kelley

Recientemente fui recordado de un video que vi hace unos años sobre la vida de Abraham. Primeramente fue transmitido en uno de los canales de televisión por cable, y era sorprendentemente fiel a la narración bíblica de la vida de Abraham.

El finado Richard Harris tenía el papel de Abraham y lo mostraba como un hombre de una gran sensibilidad y un deseo de conocer a Dios. Eventualmente él tuvo éxito, porque la Biblia lo describe como un amigo de Dios (Isaías 41:8). No se nos dice por qué Abraham buscó a Dios, ni cómo él llegó a saber que había un Dios. A pesar de que los primeros ancestros lógicamente tenían conocimiento de Él, las personas en tiempos de Abraham no eran seguidores de este Dios. ¿Cómo fue que Abraham lo descubrió?

La cronología de la Creación

Génesis 5 es una cronología de las primeras 10 generaciones de la raza humana. Se da sin ninguna explicación o adorno y abarca un período de tiempo desde Adán hasta Noé. Puesto que esta cronología es específica, el cálculo del lapso de vida de cada hombre es simple, como también lo es el tiempo total desde la creación de Adán hasta Noé – 2006 años. Luego Génesis 6—9 cambia para describir el Diluvio Universal, el cual sucedió 1656 años después de la creación de Adán. El capítulo 10 trata sobre la Torre de Babel.

Luego en Génesis 11:10 la cronología empieza abruptamente con el hijo de Noé, Sem y continúa hasta Abraham (entonces llamado Abram) en Génesis 11:26. Una vez más podemos calcular tanto los lapsos de vida individuales y el tiempo total cubierto por las 10 generaciones. Al unir ambas listas usted puede llegar a un descubrimiento asombroso de que Noé aún estaba vivo cuando Abraham nació y murió cuando Abraham tenía 59 años de edad.

Usted también puede ver que si Adán le relató la historia de su origen a su hijo Set y a su nieto Enós, (pareciera, puesto que el origen de Adán fue bastante único) entonces Enós pudo habérsela contado a Noé. De hecho, 8 de las primeras 10 cabezas de familia aún estaban vivos y sanos durante la mayor parte de la vida de Noé. Solamente Adán y Set habían muerto. Puesto que todos ellos vivían, en general, en los mismos alrededores, Mesopotamia, es probable que todos conocieran la historia de Adán y así la pudieron pasar de una generación a otra.

¿Hola Noé? Soy Abraham

Solamente Noé y sus tres hijos sobrevivieron al diluvio, pero cualquiera de ellos pudo haber hablado con Abraham. De hecho, el hijo de Noé, Sem, aún vivía cuando Isaac, hijo de Abraham, nació, y en realidad sobrevivió a Abraham. (Algunas personas dicen que Sem fue al que llamaron Melquisedec en Génesis 14:18-20, Rey de Salem a quien Abraham dio el diezmo de todo el botín que tomó cuando rescató a Lot.)

La noción de que la historia de la creación nos llegó de fábulas contadas por personas primitivas e ignorantes que se reunían alrededor de fogatas a la intemperie durante las noches, no es tal. La cadena de información desde la Creación hasta Abraham solamente requería tres eslabones; Adán, Enós (nieto de Adán) y Noé. No se trata de estirar mucho la imaginación para concluir que Abram había oído sobre el Creador del Universo por medio de esta cadena para luego salir a buscarlo. Es que en aquellos días había un gran interés en las lecciones del pasado; la sabiduría de todos los tiempos. (Para más detalles vea el artículo De Adán a Abraham. [https://gracethrufaith.com/es/estudios-biblicos-en-espanol/de-adan-a-abraham-2/])

¿Cuál es el punto?

Hoy en día en casi todos los campos, se pone un gran énfasis al nuevo pensamiento. No hay nada malo en eso per se, pero en nuestra búsqueda por “lo último” ¿estaremos perdiendo nuestros conocimientos básicos de la sabiduría de todos los tiempos?

A través de la historia, cada sociedad ha dependido de la sabiduría de sus ancianos para instruir a los jóvenes, garantizando que esta herencia permanezca intacta sin perder las verdades simples. Porque en su mayoría la sociedad occidental ya no venera a sus ancianos ni su sabiduría, vivimos en un mundo revisionista, en el cual aún el pasado se vuelve incierto. (¿Era Colón un tipo bueno o uno malo? ¿Fue real el Holocausto? ¿Quién fue JFK?)

Muchas de las simples verdades de la vida ya no se transmiten, y sin embargo, siempre se han escrito para edificar vidas exitosas. Fueron primeramente escritas para nosotros en la Biblia, confirmadas en las biografías de personas de éxito, y documentadas por los observadores de la sociedad. Aquí tenemos un ejemplo.

El descubrimiento más grande de nuestra generación

Así fue como los descubrimientos del autor James Allen fueron descritos cuando su libro “As A Man Thinketh” (Como Piensa Un Hombre) fue publicado en el año 1903. ¿Y cuál fue su gran descubrimiento? La realización de que “podemos cambiar nuestras vidas cambiando nuestras actitudes mentales.”

Desde que empezó el estudio del comportamiento humano, los psicólogos han asentido de que los patrones básicos de la vida no son sujetos al cambio sino que estaban ya sea genéticamente predispuestos o se formaron a través de un proceso llamado “acondicionamiento medioambiental” que se llevó a cabo un corto tiempo después del nacimiento y, una vez que este se completa, es irreversible. Allen descubrió que estos patrones no son irreversibles, sino que se pueden alterar a través de la volición (elección) consciente.

Desde entonces, una investigación abundante ha apoyado la conclusión de Allen. De hecho, ahora es de conocimiento común que muchas de las personas más exitosas entre nosotros, en cualquier campo imaginable, no solamente estaban “destinadas” al fracaso, sino que en realidad se encaminaban en esa dirección antes de lograr un gran suceso al hacer un esfuerzo consciente de cambiar su comportamiento cambiando su manera de pensar. Entonces, parece que James Allen estaba en lo correcto. Hoy en día, su libro es llamado un clásico fuera del tiempo, y aún se imprime después de más de 110 años. Pero, ¿fue realmente suyo ese descubrimiento?

Pablo, el científico del comportamiento

Cerca del año 60 d.C. el Apóstol Pablo escribió estas palabras a la iglesia en Éfeso: “Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; ser renovados en la actitud de su mente; y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad.” (Efesios 4:22-24 NVI) Anterior a esto, él le había aconsejado a la iglesia en Roma de no adoptar las costumbres de este mundo sino que se transformen por medio de la renovación de sus mentes (Romanos 12:2). ¿Le suena familiar?

Así que lo que fue declarado como el descubrimiento más grande de nuestra generación hace 100 años era conocido por Pablo casi 1900 años antes, y él lo enseñó a la primera Iglesia. De hecho, Pablo sabía que cada gran verdad tenía que ver con lo que nosotros llamamos el crecimiento personal y desarrollo, y lo enseñó en sus cartas, llamándole las armas espirituales que tienen poder divino para derribar fortalezas (2 Corintios 10:3-5).

Repasemos algunos de ellos porque son especialmente buenos para llevarnos a través de los tiempos difíciles que actualmente estamos viviendo.

El poder del pensamiento positivo (la expectativa positiva)

Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. (Filipenses 4:4-7 NVI).

Aquí tenemos una herramienta relacionada, algunas veces llamada la teoría del desplazamiento. La mente humana, con todo y su poder, tiene una limitación. A nivel consciente la mente solamente puede concentrarse en una cosa a la vez. Entrenando a nuestra mente para que se concentre en pensamientos positivos hace imposible que los pensamientos negativos nos puedan distraer. Pablo lo describió de esta manera.

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto piensen.” (Filipenses 4:8).

Pablo dijo que Dios dispone todas las cosas para el bien de todos los que lo aman (Romanos 8:28) y Jesús prometió que llenaría todas nuestras necesidades si nosotros prometemos buscar Su Reino (Mateo 6:31-33). Por lo tanto, no importa lo que suceda en la vida, los creyentes tienen una causa para regocijarse y darle gracias a Dios. Al entregarle a Él nuestras preocupaciones en oración podemos erguirnos por encima de nuestras circunstancias y poder vivir en paz a pesar de las mismas. Para evitar ser desalentados en momentos de dificultad debemos contar nuestras bendiciones, centrarnos en los aspectos positivos de nuestra vida, y llenar nuestra mente de las promesas de Dios. Vivimos por fe, no por vista (2 Corintios 5:7).

El poder de una meta personal

Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14)

Nuestra meta es vivir cada día de una manera que agrade a Dios, expresando nuestra gratitud por el regalo gratuito de la salvación, pero con frecuencia fracasamos en lograrlo. Afortunadamente, las misericordias de Dios son nuevas cada mañana (Lamentaciones 3:22-23). No importa lo mal que tropezamos ayer, una simple oración de confesión limpia el pizarrón y es como si nunca hubiera sucedido (1 Juan 1:9). Cada día trae una oportunidad fresca para vivir lo que ya hemos alcanzado (Filipenses 3:16) El pasado es el pasado y nada podemos hacer para cambiarlo. Con la ayuda de Dios podemos olvidar los fracasos pasados, y concentrarnos en el increíble futuro que nos espera como una motivación para mantenernos intentándolo.

El poder de la visualización

Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” (2 Corintios 4:17-18)

Este mundo es temporal y está rápidamente llegando a su fin. Es el próximo el que importa porque es el permanente. Sin tomar en cuenta lo que suceda hoy, al final del día estaremos un día más cerca de la herencia eterna la cual está más allá de la comprensión humana. Unas pocas horas de tiempo y el día de hoy ha terminado, pero nuestra herencia es eterna y no se nos puede quitar (Juan 10:27-30). Debemos dejar de preocuparnos tanto por esta vida y empezar a pensar más acerca de la grandeza de cómo será la próxima, y visualizarnos allí. El espíritu Santo nos ayudará.

Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu (1 Corintios 2:8-10).

El poder de la afirmación o de la auto expresión

Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:12-13)

Bienaventurados somos los que se nos ha dado todo porque no tenemos que preocuparnos por nada. Afirmaciones como esta adaptación de las Bienaventuranzas (Mateo 5:3-12) se han descrito como declaraciones hechas en tiempos de duda que de otra manera serían ciertas. Los versículos bíblicos hacen las mejores afirmaciones porque sabemos que no son ilusiones mentales sino son las mismas promesas de Dios. Pablo sabía que sin importar su situación terrenal, el Señor le había dado la fortaleza para soportar y por consiguiente él siempre podía estar satisfecho. Repitiendo Filipenses 4:13 cuando estemos desanimados eso nos recuerda que la promesa es también para nosotros.

Cuando se trata de la psicología del comportamiento, Pablo era más grande que Sigmund Freud, Carl Jung, B. F. Skinner, Abraham Maslow y todos los demás combinados. Cuando se trata de escritos de motivación, derrumba a Norman Vincent Peale, Robert Shuller, Dale Carnegie, Napoleon Hill, y a cualquier otro que usted pueda nombrar. No es de sorprendernos que Pablo iniciara tantas iglesias. No es de sorprendernos que él fuera totalmente odiado por sus enemigos.

¿Por qué el gran secreto?

Hoy en día estos principios bíblicos han sido secuestrados por los humanistas seculares y aún los proponentes de otras “religiones”, quienes de forma engañosa los reclaman como suyos. Eliminan a Dios de la ecuación, promoviendo la supremacía del espíritu humano o el logro de algún tipo de deidad personal colocándolos en lugar de Dios. Con frecuencia obtienen gran fama y fortuna por compartir sus “secretos”, omitiendo cualquier mención de su origen verdadero.

Por ignorancia bíblica, la Iglesia generalmente ignora o aún le teme a estas verdades. Y sin embargo, aún con Dios fuera del cuadro estas personas les han ayudado a obtener gran éxito a incontables seguidores. ¿Cuánto más poderosos podrían llegar a ser si utilizaran estas verdades para el propósito que Dios deseaba? ¿Cuántas vidas derrotadas serían cambiadas? ¿Cuántas personas creyentes que están oprimidas y esclavizadas podrían ser liberadas?

Por cierto, ¿de quién fue esta idea?

Pero, ¿de dónde obtuvo Pablo su conocimiento, su entendimiento acerca del liderazgo motivacional? Escuchémoslo de sus propias palabras: “Pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo” (Gálatas 1:12)

Anteriormente Jesús había dicho: Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia (Juan 10:10) Luego le dio a Pablo las herramientas que necesitamos para hacer esta declaración una realidad-

Claramente, la intención del Señor fue que nosotros usemos estas verdades para escapar de la prisión que nuestra mente ha construido con las experiencias de nuestra vida. Por una buena razón es que la Biblia es llamada el Manual del Propietario para la Raza Humana. Esto es ciertamente la Sabiduría De Todos Los Tiempos. 21/11/11.