Domingo, 6 de octubre de 2013
Artículo de fondo por Jack Kelley
Un Estudio Bíblico
(Para aquellos de ustedes que no pudieron asistir a la conferencia Steeling The Mind [Endureciendo la Mente] en Denver, Colorado, EE.UU. el 5 de octubre, les brindo una versión escrita de mi presentación.)
Durante los últimos meses he estado pensando cuánto de lo que voy a decir aún sería profecía al momento de esta conferencia. Pero a hoy aún lo es, así que empecemos.
Mucha de la discusión acerca de Israel en los tiempos finales gira alrededor de la batalla de Ezequiel 38-39. Así que permítanme empezar ofreciéndoles mi opinión del por qué la profecía de Ezequiel no se encuentra al borde de su cumplimiento y no puede ser la próxima batalla en el horizonte de Israel.
Yo creo que tres versículos de Ezequiel 38 respaldan mi conclusión.
(Ezequiel 38:8) “De aquí a muchos días serás visitado; al cabo de años vendrás a la tierra salvada de la espada, recogida de muchos pueblos, a los montes de Israel, que siempre fueron una desolación; mas fue sacada de las naciones, y todos ellos morarán confiadamente.”
(Ezequiel 38:11) “Y dirás: Subiré contra una tierra indefensa, iré contra gentes tranquilas que habitan confiadamente; todas ellas habitan sin muros, y no tienen cerrojos ni puertas.”
(Ezequiel 38:14) “Por tanto, profetiza, hijo de hombre, y di a Gog: Así ha dicho el Señor Omnipotente: En aquel tiempo, cuando mi pueblo Israel habite con seguridad, ¿no lo sabrás tú?”
Este no es el caso hoy día. Bajo ningún estándar de medida, Israel puede ser descrito como que están viviendo en paz. Están rodeados de enemigos que han jurado destruirlos. Se encuentran bajo una amenaza constante de ataque, y han tenido que construir una enorme pared a lo largo de su frontera para poder protegerse. En un día determinado despiertan al sonido de las sirenas y de una lluvia de cohetes, y en vez de ser momentos de descanso con la familia y los amigos, sus celebraciones son especialmente peligrosas. Ellos saben que el día que bajen la guardia, ese puede ser el día que sus enemigos ataquen. Ellos aprendieron eso en el otoño de 1973 cuando durante uno de esos momentos en su historia, ellos bajaron la guardia y casi con aniquilados. Entonces, ¿qué se necesitaría para que estos tres versículos de Ezequiel se hagan efectivos?
Para que Israel crea que está viviendo en paz y no esté sujeto a ningún ataque, primero se requiere que crean que no tienen nada que temer de sus vecinos de alrededor. Estos vecinos actualmente están siendo utilizados por los mayores enemigos de Israel para mantener a Israel al borde de la guerra. Estos tendrían que ser neutralizados para que esa ilusión de paz de produzca.
Zacarías 12-14 es una visión de conjunto de los tiempos del fin que empiezan con dos declaraciones que yo creo que merecen una mirada más cercana en ese respecto.
(Zacarías 12:2) “Convertiré a Jerusalén en una copa que hará tambalearse a todos los pueblos de alrededor.” Observe la frase “los pueblos de alrededor”.
Luego en Zacarías 12:3 el Señor dijo, “Todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella. En aquel día convertiré a Jerusalén en una roca inconmovible para todos los pueblos.” Observe la frase “todas las naciones de la tierra”.
Yo creo que a pesar de que estos dos versículos son adyacentes uno al otro en el texto, están describiendo dos operaciones diferentes que están por lo menos 7 años aparte una de la otra. Primero, los pueblos de alrededor serán enviados tambaleándose, y un tiempo después de eso todas las naciones de la Tierra se vendrán en contra de Jerusalén. Estos dos versículos no son parte del mismo pensamiento y ni siquiera pertenecen al mismo párrafo.
Yo creo que Zacarías 12:2 preparará el escenario para Ezequiel 38 y el comienzo de la Semana Setenta de Daniel, mientras que Zacarías 12:3 sucederá al final de la Semana Setenta de Daniel, justo antes del retorno del Señor.
Entre estos dos versículos habrá un tiempo de más de siete años de guerras casi continuas en el Medio Oriente. El tiempo no nos permite entrar en ningún tipo de detalle para describir completamente este período, así que me voy a concentrar solamente en dos profecías, Isaías 17 y el Salmo 83.
Estas dos profecías proveen el comentario sobre Zacarías 12:2, los eventos que envían a los enemigos que rodean a Jerusalén tambaleándose. Son también las dos profecías que están a la vanguardia en el pensamiento de todos aquí en esta noche.
Isaías 17
La mayoría de nosotros está de acuerdo que Isaías 17 fue dado como una profecía para nuestros días. Pero yo creo que como otras profecías de los tiempos finales, combina un cumplimiento histórico parcial con un cumplimiento futuro completo. Cuando este tipo de cumplimiento escenificado es el caso, el cumplimiento parcial confirma que el cumplimiento total también sucederá. Yo no creo que Dios deje algo hecho a la mitad.
Isaías 9:6-7 es un buen ejemplo de eso.
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo del Señor Todopoderoso hará esto.
El Hijo nació, el Hijo fue dado, y los títulos que ven aquí los usan muchas personas en referencia al Señor. Pero Él nunca dirigirá un gobierno, no tenemos paz sin límites, y él nunca se sentó en el trono de David. Sin embargo, el hecho de que la primera parte de la profecía se ha cumplido es una confirmación de que eventualmente toda la demás se cumplirá.
Así mientras nos movemos a través de Isaías 17 veremos partes de la misma que se han cumplido en la historia y partes que aún están en el futuro.
Isaías empezó su ministerio en el año 740 a.C. Fue contemporáneo de Amós, Oseas, y Miqueas. Murió en el año 681 a.C. cuando, según la tradición judía, fue aserrado en dos partes. Hebreos 11:36-37 parece confirmar eso.
Hablando de los grandes hombres y mujeres de la fe, el escritor dijo,
Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados. (Hebreos 11:36-37).
En Mateo 23:37 el Señor se quejó por la forma cómo Israel trató a los profetas de Dios y Él estaba justificado en hacerlo. En general ellos no fueron bien tratados del todo, y algunos aún fueron ejecutados. No era un oficio al cual una persona normal aspiraría tener. Pero solamente Isaías fue aserrado en dos.
Ahora leamos Isaías 17.
Profecía sobre Damasco
(Isaías 17:1-2) Miren, Damasco dejará de ser ciudad, y será un montón de ruinas. Las ciudades de Aroer están desiertas, dejadas a los rebaños; dormirán allí, y no habrá quien los espante.
Debido al lenguaje, es obvio que esta profecía fue parcialmente cumplida cuando los asirios derrotaron a los arameos y destruyeron su capital, Damasco, en el año 732 a.C. A este día Damasco se cree que es la ciudad más antigua del mundo continuamente habitada, con una historia de 5000 años. Su población actual es cerca de 2 millones, y sin embargo, Isaías 17:1 indica que un día dejará de existir. Así que esa parte definitivamente es aún profecía.
Algunas personas creen que la frase “las ciudades de Aroer” se refiere a un área al oriente del río Jordán cerca del río Arnon, el cual fluye desde el este hacia el mar Muerto al sur de Jordania. Sin embargo, la Enciclopedia Judía afirma que esta frase probablemente se tradujo incorrectamente porque la distancia de Damasco al río Arnon es demasiado grande (casi 500 kilómetros). Mientras ellos dicen que es posible que hubiera otro Aroer cerca de Damasco, lo más probable es que este pasaje debe de traducirse “las ciudades de allí deben quedar desiertas.” Para mí eso tiene más sentido.
(Isaías 17:3-5)
Y cesará el socorro de Efraín, y el reino de Damasco; y lo que quede de Siria será como la gloria de los hijos de Israel, dice el Señor Todopoderoso. En aquel tiempo la gloria de Jacob se atenuará, y se enflaquecerá la grosura de su carne. Y será como cuando el segador recoge la mies, y con su brazo siega las espigas; será también como el que recoge espigas en el valle de Refaim.
Este segmento habla sobre la derrota de Aram en el año 732 a.C. y la destrucción de Samaria, la capital del Reino del Norte, 10 años más tarde (722 a.C.). Damasco continuó existiendo como parte del imperio asirio y aún la tenemos hoy en día, pero las ruinas de Samaria acaban de ser excavadas del suelo arenoso de Israel.
La reubicación sistemática de la clase gobernante a los distintos lugares en el imperio asirio también está a la vista aquí, simbolizado por el enflaquecimiento de la grosura de la carne de Jacob. Esta era la política estándar de Asiria. Apartando a los líderes de su gente se reducía la probabilidad de una posterior rebelión entre las naciones que había conquistado. Jacob y Efraín son nombres alternos para el Reino del Norte.
(Isaías 17:6). Y quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden el olivo; dos o tres frutos en la punta de la rama, cuatro o cinco en sus ramas más fructíferas, dice el Señor Dios de Israel.
No toda la gente fue dispersada. Los granjeros fueron dejados para cuidar los cultivos y preparar la cosecha para sus nuevos gobernantes. Se les unieron refugiados que fueron traídos de otras partes de Asiria y sus descendientes combinados fueron conocidos como los Samaritanos en tiempos de Jesús.
(Una rápida lectura de 2 Crónicas 11:16 muestra que las personas fieles de las 10 tribus del norte se trasladaron al sur al tiempo de la guerra civil que dividió la nación después de la muerte del Rey Salomón 150 años antes. De allí en adelante, todas las 12 tribus estaban representadas en el Reino del Sur de Judá, por lo que las 10 tribus del norte no se perdieron totalmente. El Señor siempre ha preservado un remanente de creyentes de todas las Tribus de Israel.)
(Isaías 17:7-9) En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel. Y no mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a los postes de Asera, ni a las imágenes del sol. En aquel día sus ciudades fortificadas serán como los frutos que quedan en los renuevos y en las ramas, los cuales fueron dejados a causa de los hijos de Israel; y habrá desolación. Simplemente no hay motivo para creer que los asirios se volvieron a Dios después de su conquista de Aram y de Israel. Y lejos de abandonar sus ciudades debido a los israelitas, fueron los israelitas quienes fueron derrotados y dispersados.
Yo creo que la frase “a causa de los hijos de Israel” nos dice que el ataque aún futuro sobre Damasco que lleva a su destrucción y el abandono de las ciudades fuertes de Siria será por Israel, no por alguien más, y dará como resultado el eventual retorno de los sobrevivientes de su Dios. Para mí este es un cumplimiento más posible que el ataque que casi se llevó a cabo recientemente.
(Isaías 17:10a) Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te acordaste de la roca de tu refugio.
Génesis 10:22-23 nos da una interesante percepción sobre la condición espiritual de los hombres que fueron los patriarcas de los pueblos asirio y arameo. Veamos.
Los hijos de Sem fueron Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. Y los hijos de Aram: Uz, Hul, Geter y Mas (Génesis 10:22-23).
Asur fue el padre de los asirios, y su hermano Aram fue el padre de los arameos. Como pueden ver, ambos fueron hijos de Sem, uno de los hijos de Noé. Estos nacieron después del diluvio. El hijo de Aram, Uz, es el fundador tradicional de Damasco. (El escenario para Job, el libro más antiguo de la Biblia, es la tierra de Uz.)
Siendo un descendiente directo de Sem, el conocimiento de Dios en la memoria de estos patriarcas no puede ser cuestionado. No es que sus descendientes nunca lo conocieron, sino que lo habían olvidado y abandonado a favor de los dioses caananitas de la región.
(Isaías 17:10b-11) Por tanto, sembrarás plantas hermosas, y plantarás sarmiento extraño. El día que las plantes, las harás crecer, y harás que su simiente brote de mañana; pero la cosecha será arrebatada en el día de la angustia, y del dolor desesperado.
Actualmente Siria es casi totalmente musulmana. Hasta que no se vuelvan a su Hacedor y Salvador ninguno de sus planes y esquemas a la larga prosperarán, no importa lo prometedores que parezcan al principio.
(Isaías 17:12-14) ¡Ay! multitud de muchos pueblos que harán ruido como estruendo del mar, y murmullo de naciones que harán alboroto como bramido de muchas aguas. Los pueblos harán estrépito como de ruido de muchas aguas; pero Dios los reprenderá, y huirán lejos; serán ahuyentados como el tamo de los montes delante del viento, y como el polvo delante del torbellino. Al tiempo de la tarde, he aquí la turbación, pero antes de la mañana el enemigo ya no existe. Esta es la parte de los que nos aplastan, y la suerte de los que nos saquean.
Habiendo conquistado la mayor parte del Medio Oriente incluyendo a los arameos y al Reino del Norte, los asirios pusieron su mirada sobre el Reino del Sur, Judá. En el año 701 a.C. el rey de Asiria, Senaquerib, trajo sus tropas literalmente casi frente a las puertas de Jerusalén, tan cerca estaban que sus comandantes podían hablarles a los defensores judíos.
Isaías 37:36-37 Y salió el ángel del Señor y mató a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, todo era cuerpos de muertos.
En la noche antes del ataque, el Señor envió Su ángel al campamento asirio en el Monte Escopus para derrotar él solo al ejército asirio. Antes del amanecer habían empacado y huido, terminando así con 44 años de conquista. Esta vez en la historia de Israel, se ve un paralelo con el punto de vista judío de los tiempos finales, en que Senaquerib es visto por ellos como un tipo de anticristo, mientras que Ezequías, Rey de Judá en ese momento, es un modelo del Mesías.
Pero observen que Isaías habla de muchas naciones que están furiosas en contra del pueblo de Dios, no solamente los asirios, dirigiéndonos a mirar la derrota de Senaquerib como un cumplimiento parcial de la profecía de Isaías.
La frase “como bramido de muchas aguas” generalmente se usa para describir el sonido de fuertes voces y hoy en día muchas naciones están alborotadas. El grito de sentimientos anti israelitas se puede escuchar alrededor de todo el globo. Las varias conferencias de “paz” en el Medio Oriente casi que han dejado a Israel para que se defienda sola en contra de una presión casi irresistible para negociar su propia existencia. Debido al alboroto presente en Siria y la llegada de tantos extremistas musulmanes allí, todo el Medio Oriente puede explotar en llamas.
Veamos ahora el otro comentario sobre Zacarías 12:2, y ese es el Salmo 83.
Salmo 83
Como mencioné, yo creo que los vecinos de al lado de Israel tienen que ser neutralizados antes que Israel se vuelva en una nación pacífica y sin temores. Por consiguiente yo no creo que la frase “y muchas naciones contigo” de Ezequiel 38:6 puede ser usada para incluirlos, como algunos comentaristas insisten en hacerlo. Estas personas dicen que es una frase “todo incluido” que está supuesta a incluir a Líbano, Hezbolá, los palestinos, Hamás, u otros, pero yo no lo acepto por varias razones.
Primero, los nombres en la lista del Salmo 83 todos tienen su contraparte en nuestros días. Segundo, ninguna batalla como esa jamás ha sucedido en el pasado, y tercero, algunas de las mismas palabras escritas allí han sido proclamadas públicamente por los actuales enemigos de Israel.
Asaf, autor del Salmo 83, era un levita, y uno de los principales músicos durante el tiempo del Rey David (1 Crónicas 16:5). Hoy en día le llamaríamos un ministro de música. 2 Crónicas 29:30 nos dice que él era también un “vidente”. Eso significa que él tenía visiones del futuro. La palabra hebrea traducida “vidente” viene de una raíz que significa “profetizar”. Esto lleva a la creencia del punto de vista de que el Salmo 83 es una profecía, quizás el resultado de una de las visiones de Asaf.
Así que leamos el Salmo 83.
(Salmo 83:1-4) Oh Dios, no guardes silencio; no calles, oh Dios, ni te estés quieto. Porque rugen tus enemigos, y los que te aborrecen alzan cabeza. Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente, y han entrado en consejo contra tus protegidos. Han dicho: Vengan, y destruyámoslos para que no sean nación, y no haya más memoria del nombre de Israel.
¿Les suena familiar? Estas palabras con frecuencia están incluidas en los discursos de los enemigos de Israel hoy día.
(Salmo 83:5-8) Porque se confabulan de corazón a una, contra ti han hecho alianza las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas, Moab y los agarenos; Gebal, Amón y Amalec, los filisteos y los habitantes de Tiro. También el asirio se ha juntado con ellos; sirven de brazo a los hijos de Lot.
El lenguaje está presente en las noticias de primera plana y los países alineados en contra de Israel en este Salmo habitaron las tierras de los actuales vecinos de Israel.
Edóm estaba en la tierra que hoy día se le llama en desierto an-Nafud. Se extiende a través de Arabia Saudita del norte, el sur de Jordania, el sur de Israel, hasta la península de Sinaí.
Moab y Amón fueron parte de lo que es Jordania, representados por los palestinos.
(El mismo proceso que llevó al renacimiento de Israel como la tierra natal judía también formó a Jordania como la tierra natal Palestina. Hoy día cerca de un tercio de la gente que vive en Jordania se identifica como palestinos. En lo personal yo no creo que Jordania esté involucrada oficialmente. Pero tampoco creo que el gobierno prevenga a la población palestina de unirse en el ataque.)
Algunas personas han intentado unir a los Agarenos con Egipto, diciendo que eran los descendientes de Agar. Recuerden, ella era una mujer egipcia esclava que Abraham y Sara adquirieron allí y que fue la madre de Ismael.
Otros eruditos dicen que el nombre “agarita” e “Ismaelita” son sinónimos. Si eso es así, esto los alinea con las tribus del desierto de Ismael en vez de con Egipto y los sitúa en el desierto al este y al sur de Israel.
(Es importante ver que la gente del desierto de hoy día, llamados Beduinos, no le deben su lealtad a ningún país y no reconocen las fronteras de ninguno. Recientemente se han alineado con varios grupos musulmanes, todos opuestos tanto a Israel como a Egipto. De hecho, los beduinos del Sinaí están en la actualidad en guerra con Egipto.)
Gebal (también llamado Biblos) y Tiro son ciudades que se pueden encontrar en el moderno Líbano, hogar de Hezbolá.
Los amalecitas vivieron en el desierto de sur de Israel y Filistea se estableció en Gaza, en la frontera sur de Israel, en donde Hamás actualmente reina.
Asiria casi rodeaba a Israel y la frase “los descendientes de Lot” es otra referencia a Jordania. Recuerden, Moab y Amón eran hijos producto de la unión incestuosa de Lot y sus dos hijas. Ellos y sus familias se establecieron en la tierra que el Señor les dio al este del río Jordán (Deuteronomio 2:9), tierra hoy día conocida como Jordania.
Entonces, aquí tenemos a todos los vecinos de a la par de Israel.
(Salmo 83:9-12) Hazles como a Madián, como a Sísara, como a Jabín en el arroyo de Cisón; que perecieron en Endor, fueron hechos como estiércol para la tierra. Pon a sus capitanes como a Oreb y a Zeeb; como a Zeba y a Zalmuna a todos sus príncipes, que han dicho: Heredemos para nosotros las moradas de Dios.
Madián fue derrotado por una fuerza ampliamente superada bajo el comando de Gedeón. Ese fue otro caso que el Señor hizo que los enemigos de Israel se volvieran unos contra otros produciendo que se derrotaran a sí mismos. Jueces 7 registra eso.
Jabín fue un rey cananeo y Sísara era el comandante de su ejército. El Señor atrajo al ejército cananeo a una trampa y los israelitas lo derrotaron. Jueces 4 es la referencia.
Oreb, Zeeb, Zeba y Zalmuna eran líderes del ejército madianita quienes fueron ejecutados por Gedeón y los israelitas en Jueces 7-8.
(Salmo 83:13-18) Dios mío, ponlos como torbellinos, como hojarascas delante del viento, como fuego que quema el monte, como llama que abrasa el bosque. Persíguelos así con tu tempestad, y atérralos con tu torbellino.
Llena sus rostros de vergüenza, y busquen tu nombre, oh Señor. Sean afrentados y turbados para siempre; sean deshonrados, y perezcan. Y conozcan que tu nombre es el Señor; tú solo Altísimo sobre toda la tierra
Asaf no puede resistirse diciéndole al Señor exactamente cómo le gustaría que fueran tratados los enemigos de Israel. Su oración fue para que los actuales enemigos de Israel fueran sonoramente derrotados como lo fueron los madianitas y los cananeos, y sus ejércitos dispersados y sus líderes ejecutados.
Si este es el caso, Israel se hará más grande, no más pequeño, con la discusión sobre la propiedad de Gaza, la Ribera Occidental y los Altos del Golán que llegará a su fin. Israel será más fuerte, no más débil, y su reputación militar ampliamente realzada. La tierra dividida ya no estará dividida, y Jerusalén permanecerá como una ciudad unida. La pared de seguridad tan controversial podría ser derribada, ya que las fronteras de la tierra en todos los tres costados se considerarán seguras y la amenaza de ataques terroristas habrá disminuido. En la mente de la mayoría de la gente, 60 años de guerras finalmente habrán terminado. Será la oportunidad perfecta para que Israel sea atraído a un sentido falso de seguridad y de convertirse en un pueblo pacífico y confiado viviendo en una tierra sin murallas como los versículos de Ezequiel lo requieren. Esta es una condición crítica que debe de cumplirse antes de la batalla de Ezequiel, y el cumplimiento del Salmo 83 recorrería un largo camino para hacerlo.
Conclusión
Las conversaciones actuales que se están llevando a cabo en el Medio Oriente pueden dar como resultado un arreglo temporal, o no. Solamente el tiempo lo dirá. Pero de una cosa podemos estar seguros, estas profecías se cumplirán, si no hoy entonces en otro día pronto. Los líderes y aún las naciones vienen y se van pero la Palabra de Dios es eterna.
Todos los profetas concuerdan en que Israel está por pasar por un tiempo terrible en los años venideros. Entre ahora y la Segunda Venida, por lo menos media docena de guerras se pelearán para el control del único lugar en la Tierra que Dios ha reclamado como Suyo (2 Crónicas 6:5-6).
Uno de los nombres en el Antiguo Testamento que Dios le dio a los juicios de los tiempos finales es “tiempo de angustia para Jacob”. Viene de Jeremías 30:4-11. En los versículos 10-11 Él dijo,
Porque yo estoy contigo para salvarte, dice el Señor, y destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo
Aquí podemos ver el propósito doble de la Gran Tribulación; destruir completamente a todas las naciones entre las cuales Dios esparció a su pueblo, y disciplinarlos en preparación para su futura Era del Reino.
En Ezequiel 36:22 Él dijo que no los va a salvar porque ellos se lo merecen, sino porque Él prometió hacerlo.
Y en Jeremías 31:35-36, Él repitió esa promesa en los términos más claros posibles:
Así ha dicho el Señor, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; el Señor Todopoderoso es su nombre:
Si faltaren estas leyes delante de mí, dice el Señor, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente.
Cuando todas las llamas del Medio Oriente se extingan y el humo se aclare todavía habrá una nación llamada Israel. El Dios del Universo lo ha proclamado. Ya casi se escuchan los pasos del Mesías. 05/10/13.