Los tiempos del fin según Zacarías. Conclusión

Miércoles 27 de abril de 2022

Un estudio bíblico por Jack Kelley

CAPÍTULO 14. El Señor Viene y Reina

El día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos. Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad” (Zacarías 14:1-2).

Cuando da inicio la batalla final, los ejércitos del anticristo atacarán y por un corto tiempo van a controlar la Santa Ciudad. Ese será un tiempo terrible para los que no han obedecido las advertencias previas del Señor para huir al desierto. Perderán sus posesiones las cuales serán entregadas a sus enemigos frente a sus propios ojos

Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. Y ustedes huirán al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huirán de la manera que huyeron por causa del terremoto en los días de Uzías rey de Judá; y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos” (Zacarías 14:3-5).

Cuando todo pareciera que está perdido, el Señor descenderá al Monte de los olivos, al mismo lugar que El dejó cuando ascendió al cielo, hace unos dos mil años Y cuando Io hace, un terremoto hará que el Monte de los Olivos se parta en dos formando un profundo valle que correrá hasta el Mediterráneo al oeste y hasta el Mar Muerto al este. Se ha podido determinar, según los mapas geológicos de la zona, que existe una falla con la que se puede trazar la ruta de este futuro terremoto. La falla correrá en medio del Monte del Templo actual, justo al oeste del Monte de los Olivos, causando que el Monte, las mezquitas del Domo de la Roca y Al Aqsa, y la mayor parte de la Vieja Ciudad de Jerusalén, desaparezcan dentro de este valle.

El retomo del Señor causará la derrota inmediata de Sus enemigos, después de lo cual, El hará Su entrada triunfal en la ciudad seguido por Sus legiones de guerreros santos.

Y sucederá que en ese día no habrá luz clara, ni oscura. Será un día, el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche; pero sucederá que al caer la tarde habrá luz. Sucederá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno. Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre” (Zacarías 14:6-9).

Según Ezequiel, el agua que llenará este nuevo valle que se ha formado para crear un gran río, se origina debajo del Futuro Templo, localizado unos pocos kilómetros al norte de Jerusalén. Al unir Ezequiel 47 con este pasaje, un creciente número de eruditos han llegado a la conclusión de que el próximo Templo será construido justo al norte de Jerusalén, y no sobre el actual Monte del Templo.

En su visión, Ezequiel vio que el agua fluía debajo del costado sur del Templo y Zacarías muestra que así será después del día del retorno del Señor. Puesto que el terremoto habrá sepultado el presente Monte del templo más temprano durante ese mismo día, es fácil poder ver cómo todo esto se une. De cualquier manera, cuando toda esta agua que brota en cascadas fluye hacia este valle, la mitad de ella se dirige al este, hacia el Mar Muerto, y la otra mitad hacia el oeste, hacia el Mar Mediterráneo, anegando para siempre todo el escombro que queda del actual Monte del Templo.

En el lenguaje del momento, el agua que corre se decía que tenía vida porque tenía una voz (como el murmullo del arroyo) y también porque nutría la vida, mientras que una poza de agua estancada hacía que todo dentro de ella muriese. El baño de la purificación (mikvah) debía tomarse en agua viva. La inmersión en el mikvah producía la purificación ceremonial del pecado y simbolizaba la nueva vida. El bautismo cristiano se originó de esta tradición judía. Jesús comparó el Espíritu Santo con el agua viva (Juan 7:37-39), en que Él es la fuente de nuestra nueva vida, purificándonos y nutriéndonos, y en Ezequiel 47, esta agua de vida que brota debajo del Templo refresca el Mar Muerto permitiendo que los peces puedan reproducirse allí de nuevo, y que los árboles frutales puedan crecer en sus riberas.

Este también será el día del cumplimiento para Filipenses 2:9-11: “Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para gloria de Dios Padre”.

Pero eso no es todo. El Salmo 2 y el 110 también verán su cumplimiento junto con otra cantidad de profecías, cuando el Mesías-Rey tome posesión de lo que Él pagó con Su sangre, el Planeta Tierra. En el proceso la topografía de la tierra que rodea Jerusalén será cambiada para siempre.

Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén; y ésta será enaltecida, y habitada en su lugar desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta primera, hasta la puerta del Angulo, y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey. Y morarán en ella, y no habrá nunca más maldición, sino que Jerusalén será habitada confiadamente” (Zacarías 14:10-11).

El Arabá contiene el Río Jordán y el Mar Muerto, y continúa hasta el Mar Rojo. Este es el lugar más bajo de la tierra, casi 400 metros bajo del nivel del mar, en el Mar Muerto. El área al sur de Jerusalén será bajada para emparejarse a esta otra, mientras que la ciudad en sí será elevada. Y, finalmente, por primera vez en miles de años, Jerusalén será segura, a¡ fin una Ciudad de Paz.

Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca. Y sucederá en aquel día que habrá entre ellos gran pánico enviado por Jehová; y trabará cada uno de la mano de su compañero, y levantará su mano contra la mano de su compañero. Y Judá también peleará en Jerusalén. Y serán reunidas las riquezas de todas las naciones de alrededor: oro y plata, y ropas de vestir, en gran abundancia. Así también será la plaga de los caballos, de los mulos, de los camellos, de los asnos, y de todas las bestias que estuvieren en aquellos campamentos” (Zacarías 14:12-15).

¡Esta es una sombra de “Los Cazadores del Arca Perdida”! Una bomba de neutrones licua la carne dejando intacto lo sólido, como estructuras, edificios y aparentemente, los esqueletos. Algunas personas han estimado que unos 400 millones de combatientes se reunirán para la batalla de Armagedón, sin contar los animales. Quizás esto es lo que produce el volumen de líquido necesario para formar un río de sangre de 385 kilómetros de largo y 1,30 metros de profundidad, como lo menciona Apocalipsis 14:20.

Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Y sucederá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. Y si la familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no habrá lluvia; vendrá la plaga con que Jehová herirá las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Esta será la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las naciones que no subieren para celebrar la fiesta de los tabernáculos.

En aquel día estará grabado sobre las campanillas de los caballos: SANTIDAD A JEHOVÁ; y las ollas de la casa de Jehová serán como los tazones del altar. Y toda olla en Jerusalén y Judá será consagrada a Jehová de los ejércitos; y todos los que sacrificaren vendrán y tomarán de ellas, y cocerán en ellas; y no habrá en aquel día más mercader en la casa de Jehová de los ejércitos” (Zacarías 14:16-21).

También sabemos por Ezequiel 45:21-25 que tres de las siete fiestas levíticas se celebrarán en el Milenio: La Pascua (sin el cordero), los Panes sin Levadura, y los Tabernáculos. Todas las naciones de la Tierra, habiendo sido repobladas por los creyentes de la tribulación los cuales perdieron el Rapto pero sobrevivieron la gran tribulación, estarán obligadas a observar estas tres fiestas El Señor morará entre Su pueblo, y Su ciudad volverá a ser la Santa Ciudad. Y, finalmente, la orden que se le dio a Josué de destruir a todos los cananitas se habrá cumplido.

En este corto resumen de Los Tiempos del Fin, Zacarías nos ha revelado una gran cantidad de información. Estos tres capítulos nos han dado una pincelada de:

  1. Una confederación de naciones se alinea en contra de lsrael.
  2. El Tiempo de Angustia para Jacob (la gran tribulación).
  3. La conversión nacional de lsrael.
  4. La presentación y aceptación de Jesús como el Mesías que había sido rechazado.
  5. El Día Nacional de Expiación.
  6. La purificación de sus corazones.
  7. La purga de la tierra de los ídolos y falsos profetas.
  8. El éxito parcial de la invasión a Jerusalén.
  9. La aparición del Mesías con Sus santos.
  10. La victoria del Pueblo de Dios.
  11. Una Tierra Santa cambiada y renovada.
  12. El establecimiento del Reino Milenial.
  13. El castigo de las naciones.
  14. La celebración de las fiestas del Reino
  15. La completa restauración del pueblo de Dios a una Nación Santa.

Ningún otro profeta del Antiguo Testamento nos brinda tanto detalle sobre el Fin de la Era en una descripción tan corta, como lo hace Zacarías. No fue sino hasta el Libro de Apocalipsis, escrito 600 años después, que pudimos tener una presentación tan clara sobre esto.

Si usted escucha con cuidado, casi se puede escuchar los pasos del Mesías. 03/07/200