Mateo 24 y el Rapto antes de la Tribulación

Domingo, 16 de marzo de 2014

Un Estudio bíblico por Jack Kelley

Últimamente he estado recibiendo de nuevo preguntas acerca de las distintas posiciones del rapto. Varias de esas preguntas tienen que ver con la afirmación de que en el Discurso del Monte de los Olivos (Mateo 24-25) Jesús en efecto dijo que la Iglesia tendría que pasar por los siete años de la Semana 70 de Daniel incluyendo la Gran Tribulación. En este estudio trataré de mostrar porqué Jesús no pudo haber dicho eso.

Este no será un estudio versículo por versículo del Discurso del Monte de los Olivos, sino más bien un vistazo a los versículos dentro del pasaje que la gente utiliza para respaldar algo diferente al punto de viste pre tribulacional. Si usted desea un estudio versículo por versículo puede consultar mi estudio en cuatro partes titulado “Los Tiempos del Fin Según Jesús” (23 de mayo de 2004).

Es importante empezar cualquier estudio de esta naturaleza con un repaso del contexto general del Discurso del Monte de los Olivos porque ése es el factor más importante para entender qué es lo que Jesús realmente estaba diciendo y a quiénes iba dirigido. También nos ayuda a ver qué está sucediendo en la mente de los discípulos.

El escenario es un par de días antes de la crucifixión. Jesús y Sus discípulos estaban hablando sobre el Monte de los Olivos frente a Betania en donde estaban hospedándose en casa de María, Marta y Lázaro. El sol se estaba poniendo en el cielo de la tarde, emitiendo una luz suave y dorada sobre el Templo blanco y los edificios circundantes. Era una vista muy bella y los discípulos se la hicieron ver al Señor.

En respuesta, el Señor dijo, “¿Ven todo esto? De cierto les digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada” (Mateo 24:2).

Era la segunda vez que ellos habían escuchado a Jesús decir eso. La primera vez fue dos días antes en el día que ahora llamamos Domingo de Ramos cuando Él le dijo a la gente que debido a que no reconocieron el momento de Su visitación, la ciudad sería destruida (Lucas 19:41-44).

Él estaba responsabilizando a la nación por su fracaso en entender Daniel 9:24-27 cuando cerca de seis siglos antes, en ángel Gabriel había identificado un período de 490 años que daría inicio cuando ellos recibirían el permiso para reconstruir Jerusalén, el cual culminaría al final de la era. Gabriel le dijo a Daniel que el Mesías llegaría a los 483 años de ese período (Daniel 7:25). Y así fue, aquí Él estaba de pie en medio de ellos justo a tiempo.

No hay ninguna indicación en el registro bíblico de que Jesús jamás les haya hablado del hecho de que la era venidera de la Iglesia interrumpiría la profecía de Daniel y atrasaría su cumplimiento por cerca de 2000 años. En efecto, por Hechos 1:6 sabemos que 40 días después de la crucifixión ellos esperaban que Él restaurara el Reino a Israel en ese momento.

No fue sino hasta que Jacobo les explicó las cosas unos 20 años después, que ellos entendieron cómo Israel estaba siendo puesto a un lado mientras el Señor tomaba un pueblo para Sí mismo de entre los gentiles (Hechos 15:13-18). Un estudio de las palabras de este pasaje nos revela un indicio del rapto, y un corto tiempo después Pablo fue la primera persona en la Tierra en presentar una enseñanza clara sobre la doctrina del rapto (1 Corintios 15:51-53, 1 Tesalonicenses 4:16-17), al decir que él estaba revelando un secreto al hacerlo (1 Corintios 15:51).

Por consiguiente, en esa tarde en el Monte de los Olivos, todos los discípulos podían haber sabido de seguro que 483 años de los 490 de la profecía de Daniel habían pasado, y que solamente quedaban 7 años restantes, y que Jesús les había dicho que el Templo, y todos sus edificios y ciertamente todo Jerusalén, serían destruidos. Escuchar eso debe de haber sido un golpe para ellos, e impulsó a que cuatro de ellos (Pedro, Jacobo, Juan y Andrés) se le acercaran en privado para que Él se los aclarara.

Al comparar la profecía de Daniel con lo que el Señor les había venido diciendo repetidamente, es que empezaron a entender que Jesús estaba por morir, y entonces las preguntas que le hicieron tenían que ver cuándo es que el Templo y la ciudad serían destruidos, cuál sería la señal de Su (segunda) venida, y del final de la era, por lo cual yo creo que ellos se referían al cumplimiento de la profecía de Daniel (Mateo 24:3).

Estos eran hombres judíos hablando con el Mesías Judío acerca del futuro de Israel y en Su respuesta que abarca dos capítulos, Jesús se refirió repetidamente a Israel, pero en gran medida nunca mencionó una sola palabra acerca de la Iglesia Gentil, o de la cantidad de tiempo que pasaría antes de que se completaran los últimos siete años.

Después de algunas observaciones generales acerca de cosas que sucederían, Jesús les dio un resumen del futuro.

Entonces los entregarán a tribulación, y los matarán, y serán aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Pero el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:9-14).

No solamente no hay mención alguna de la Iglesia en este resumen, sino que varias de las cosas que Él dijo ni siquiera son relevantes para la iglesia. Su intención fue para Israel. Por ejemplo, es Israel el que siempre ha sido odiado por todas las naciones debido a Él, es Israel el que ha experimentado muchos rechazos de la fe judía, es Israel el que tiene que permanecer fiel hasta el final para ser salvo, y es Israel a quien se le prometió un Reino en la Tierra como testimonio a todas las naciones.

¿Qué señal habrá de tu venida?

Empezando en Mateo 24:5, Jesús dio la primera señal específica de Su venida y una vez más se relaciona a Israel. La abominación desoladora de la que Él habló requiere de un Templo, lo cual indica una presencia nacional de Israel en la tierra prometida con la gente adhiriéndose a su relación de Antiguo Pacto con Dios. Ahora sabemos que eso no ha sido posible durante casi 2000 años, pero ellos no tenían idea de ello.

Las personas a quienes Jesús les dijo que huyeran cuando vieran la abominación estarían viviendo en Judea, que es históricamente el área alrededor de Jerusalén. Se les dijo que oraran para que su huida no fuera en invierno, cuando el clima en Jerusalén puede ser malo, o en un día Sabbath, porque a los judíos que guardan el pacto se les prohíbe específicamente viajar en un Sabbath (Mateo 24:15-20).

Jesús dijo que la abominación desoladora sería la señal del inicio de la Gran Tribulación (Mateo 24:21). Este es el tiempo que Jeremías 30:1-11 nos dice que sucederán dos cosas: todas las naciones entre las cuales los judíos fueron esparcidos serán destruidas, e Israel será purificado para prepararlo para el Reino prometido (Jeremías 30:11).

Jeremías le llamó a eso el tiempo de angustia para Jacob (Jeremías 30:7), el cual es el nombre en el Antiguo Testamento para la Gran Tribulación, y dijo que el resultado es que David será su rey (Jeremías 30:9) algo que todavía no ha sucedido.

En ningún lado encontramos a la Iglesia a la vista aquí y de hecho tanto Pablo (Romanos 5:9, 1 Tesalonicenses 1:10) como Jesús (Apocalipsis 3:10) prometieron que la Iglesia no estaría presente durante ese tiempo.

Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (Mateo 24:30-31).

Algunas personas alegan que esta es una descripción del rapto pero si eso fuera cierto violaría el contexto judío del pasaje sin ninguna explicación o justificación. Eso también hace que el Rapto pase de ser un evento sin ninguna señal y en secreto, a uno que no puede suceder sino hasta que todo el mundo lo pueda ver, y hasta que la Segunda Venida esté en proceso de efectuarse. Eso significaría que mientras que todo el mundo está de pie observando a Jesús descender del cielo en poder y gran gloria, de un momento a otro Él va a recoger a la iglesia y retornar al cielo sin completar Su viaje a la tierra.

Eso también violaría Su promesa, hecha personalmente y también a través de Pablo, de que Él nos guardaría de la hora de la prueba que viene sobre los moradores de todo el mundo, librándonos del tiempo y del lugar de la ira de Dios.

Las personas que ven el rapto aquí alegan que la Iglesia es “los elegidos” de quienes el Señor estaba hablando. Pero yo no estoy de acuerdo. A través del Antiguo Testamento, Israel es llamado el elegido de Dios y puesto que Israel fue el tema de su discusión, lo más seguro es que ellos eran los que el señor tenía en mente. También, según Daniel 12:2-3 la resurrección de Israel se llevará a cabo en la Segunda Venida haciendo posible así que Mateo 24:31 se esté refiriendo a los santos del Antiguo Testamento que están siendo recogidos para recibir sus cuerpos resucitados.

Finalmente, no hay mención alguna de que la Iglesia sea “los elegidos” en los Evangelios, y en la única vez que el Señor mencionó la Iglesia del todo (Mateo 16:18 y Mateo 18:17) él no utilizó ninguna forma de la palabra griega para “elegidos”. La primera descripción clara de la Iglesia como los elegidos no aparece sino hasta Romanos 8:33, carta que Pablo escribió más de 20 años después. En mi opinión, pensar que los discípulos estarían entendiendo que el Señor se estaba refiriendo a la Iglesia en Mateo 24:22 y Mateo 24:31 es una suposición injustificada. Y recuerden, los discípulos se le acercaron para que les aclarara las cosas, y no para confundirlos más.

Hasta el momento en Su respuesta a los discípulos el Señor nos ha dado una visión de conjunto de los tiempos finales (Mateo 24:3-14) y luego un orden cronológico más detallado, la abominación desoladora, la Gran Tribulación, y la Segunda Venida (Mateo 24:15-31).

¿Y del fin de la era?

Comenzando en Mateo 24:36 Él empezó describiendo las cosas que sucederían después de Su retorno las cuales señalarán que el fin de la era ha llegado para responder a la última pregunta que ellos le hicieron. Sabemos esto debido a la manera específica con la cual Él identificó el día de Su retorno como “el día y la hora” (Mateo 24:36) y “la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:36, 39). Él estaba hablando sobre el día de Su retorno.

Algunas personas dicen que nadie estará comiendo y bebiendo, o casándose y dándose en casamiento antes de la Segunda Venida como lo hacían en los días de Noé. Estas personas dicen que los efectos tan terribles de la Gran Tribulación harían eso imposible. Por consiguiente Mateo 24:36-39 tiene que estar refiriéndose al rapto. Pero yo creo que estas personas no están entendiendo el punto. Primero que todo, la gente siempre ha encontrado una forma para socializar y casarse en el peor de los tiempos. Pero creo que lo más importante del punto del Señor aquí era que así como la gente no tenía idea de que el mundo se acabaría en los días antes del diluvio, nadie sabrá que el mundo está por acabarse en los días antes de la segunda venida.

Y observen que el Señor comparó “los días antes del diluvio” en tiempos de Noé con “la venida” del Hijo del Hombre, en vez de con los días antes de Su venida. El peor tiempo que jamás haya llegado sobre la humanidad habrá terminado. La tendencia natural del ser humano después de una catástrofe es creer que las cosas retornarán a la normalidad, pero cuando realmente vean al Hijo del Hombre venir en las nubes con poder y gran gloria, finalmente se darán cuenta de que las cosas nunca volverán a ser las mismas. Es por eso que lamentarán cuando lo vean venir (Mateo 24:30).

Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada” (Mateo 24:40-41).

Estos versículos generalmente se utilizan para respaldar un rapto después de la Gran Tribulación. Además del hecho que verlos de esa manera viola el contexto y la cronología del mensaje del Señor, así como Su promesa a la Iglesia, aquí no hay  ningún problema de traducción. La palabra griega traducida “tomado” significa “recibir a uno mismo” y una forma de esta palabra provee la pista del rapto que mencioné en Hechos 15:13-18 en donde se traduce “tomará a sí mismo” (Hechos 15:14). Literalmente significa “tomar con el propósito de llevárselo.” Antes que el Señor se vuelva a Israel para cumplir con las 7 semanas faltantes de la profecía de Daniel, Él tomará a Sí mismo un pueblo de entre los gentiles y nos llevará con Él.

Así que la palabra “tomado” en Mateo 24:40-41 no es un problema, pero la palabra traducida “dejado” significa “poner a un lado” y generalmente se utilizaba en el contexto de un divorcio.

En vez de ser una descripción del rapto, en donde la enseñanza definitiva de Pablo nunca mencionó a personas incrédulas, y menos su destino, estos dos versículos son un resumen del juicio de las Ovejas y las Cabras (Mateo 25:31-46). Ambos se llevan a cabo después de la Segunda Venida y ambos involucran el destino final de las personas creyentes y las no creyentes que sobrevivirán a la Gran Tribulación y vivirán para ver el retorno del Señor. Las personas creyentes serán recibidas en el reino pero las incrédulas serán apartadas a un lugar de castigo eterno.

El Señor terminó Su explicación de las cosas que marcarán el final de la era con varias parábolas que describen los juicios que Él conducirá después de Su retorno. Yo dediqué un estudio completo sobre el tema de estas parábolas que ustedes pueden leer en mi publicación en dos partes titulada “Para Comprender las Parábolas del Discurso del Monte de los Olivos” (16 de agosto de 2008). Para el propósito de este estudio solamente repasemos las pistas en cuanto a su momento para ayudarnos a ver que las mismas no pueden ser para la iglesia.

Mateo 24:29 empieza “E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días” y se refiera al final de la Gran Tribulación. Mateo 24:30 señala a la Segunda Venida, con más detalles comprendidos en Mateo 24:36-44 incluyendo las primeras advertencias de que la gente de la Tierra no sabrá por adelantado ni el día ni la hora exactos de la Segunda Venida. Yo creo que esto se debe al hecho de que tanto el sol como la luna se habrán oscurecido (Mateo 24:29).

Mateo 24:45-51 contiene la parábola del siervo fiel y el infiel y describe cómo el Señor tratará con ellos “cuando retorne”. Termina con otra advertencia de que la gente no sabrá por adelantado ni el día ni la hora de Su retorno (Mateo 24:50).

Mateo 25:1-13 es la parábola de las diez vírgenes (damas de honor). La frase inicial empieza con “entonces”. Todo desde Mateo 24:30 hacia adelante ha sido acerca de la Segunda Venida, así que la frase “entonces” se refiere al momento después de la Segunda Venida. Hay muchas otras razones porqué esta parábola no puede ser acerca de la Iglesia las cuales están detalladas en el estudio referido anteriormente. Como las otras, esta parábola termina con una advertencia similar acerca del día y la hora desconocidos de la Segunda Venida (Mateo 25:13).

Mateo 25:14-30 es la Parábola de los Talentos. Con la palabra inicial “porque” sabemos que el Señor se estaba refiriendo al mismo momento que las parábolas anteriores.

Y Mateo 25:31-46 que es la Parábola de las Ovejas y las Cabras, nos da la indicación más clara del momento. Empieza con “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él…” Como lo señalé antes, este es el juicio de los sobrevivientes de la tribulación, algunos de los cuales serán creyentes y serán bienvenidos al Reino Milenial, mientras que otros serán llevados al castigo eterno (Mateo 25:46).

La Iglesia es la Novia de Cristo, el grupo más grandemente apreciado en la historia de la humanidad, y con el que Jesús está más cercano. Fracasar en mencionarlos aún una sola vez en Su discusión de apertura de los tiempos finales solamente se puede explicar por el hecho de que en todo el Discurso del Monte de los Olivos, el enfoque del Señor fue Israel y no la Iglesia. Por consiguiente, cualquier intento de usar este pasaje como referencia al rapto de la Iglesia requiere que se tomen ciertas porciones del mismo fuera de contexto, y en algunos casos aún sería necesario hacer una reinterpretación del texto también. El Rapto pre tribulacional de la Iglesia permanece siendo la única posición que es consistente con una interpretación literal de las Escrituras. Ya casi se escuchan los pasos del Mesías. 16/03/14