Negocien entre tanto que vengo

Lunes 18 de enero de 2021

Un estudio bíblico por Jack Kelley

Algunos de ustedes están al tanto de que publicamos “La pregunta de hoy” en Facebook todos los días. Recientemente una de esas preguntas recibió muchos más comentarios que cualquier otra que hayamos publicado en el pasado.

Se trataba de la frustración de una mujer porque en una reciente conversación, sus amistades le confirmaron que creían que el rapto sucedería en cualquier momento, pero luego prosiguieron contándole sus planes para los próximos 10-20 años, lo que esperaban hacer y cuándo se jubilaran, qué tipo de carrera profesional esperaban que sus hijos siguieran, y cómo ansiaban tener nietos y nietas. Ella sintió que esas personas estaban más centradas en sus esperanzas y planes a largo plazo en este mundo.

Yo estuve de acuerdo con ella al decirle que a lo que las personas le prestan atención en sus vidas nos brinda una pista de cuáles son sus intenciones para sus vidas. Cuando las personas pasan mucho tiempo hablando sobre los planes a largo plazo para sus vidas de lo que pasan anhelando el retorno del Señor por la Iglesia y lo que están haciendo por Él mientras esperan, eso nos indica que sus intenciones son permanecer aquí durante un largo rato.

Los comentarios que he recibido en respuesta a esta publicación lo abarcaron todo. Unas pocas personas estuvieron de acuerdo con la persona que hizo la pregunta, pero la mayoría expresó que no hay nada de malo en hacer planes a largo plazo para nuestras vidas porque no podemos saber con exactitud cuándo es que Él viene. Y más de una persona dijo, “No podemos simplemente abandonar nuestras vidas e irnos a acampar a una colina esperándolo a Él.”

Muchas personas citaron la frase “Negocien entre tanto que vengo” de la parábola de las Diez Minas (Lucas 19:11-17) justificando el tener que hacer planes mundanos a largo plazo, pero me pongo a pensar cuántos de nosotros nos damos cuenta del contexto en que el Señor dijo eso.

En la parábola, un hombre noble de nacimiento, iba en un extenso viaje y estaba dejando a sus siervos a cargo de una porción de su riqueza diciéndoles, “Negocien entre tanto que vengo.”

Como ustedes saben, una parábola es una historia celestial puesta en un contexto terrenal en dónde cada personaje es ficticio y representa a uno real. En la Parábola de las Diez Minas el hombre noble representa a Jesús, y Sus siervos somos nosotros

La palabra griega traducida “negocien” en la traducción de la Biblia Reina Valera de Lucas 19:13 puede significar ocuparse en algo, pero en el contexto de la parábola significa “desarrollar una actividad comercial.” En las traducciones al español podemos leer “negocien entre tanto que vengo,” o “entre tanto que regrese.” O sea, “Pongan ese dinero a trabajar hasta que yo vuelva.»

Mientras que hay una cantidad de maneras en las que las diferentes traducciones transmiten esa idea, no pude encontrar una sola que indicara que el hombre noble les estaba diciendo a sus siervos que esperaran sin hacer nada, como en “acampen en una colina.” Tampoco pude encontrar ninguna que dijera que el hombre noble les dijera que hicieran lo que quisieran mientras él se encontraba ausente. Todas transmiten la idea de que él esperaba que ellos velaran por su negocio usando los recursos que él les estaba dejando.

Por consiguiente, la frase “Negocien entre tanto que vengo” no quiere decir que tenemos la libertad de vivir nuestras vidas de acuerdo a cualquier prioridad que nosotros nos hemos establecido mientras esperamos por el rapto. Significa que debemos ocuparnos en el trabajo que Él nos ha dado hasta que Él regrese, y así tengamos algo qué mostrarle. El hecho de que el hombre noble criticó al siervo que guardó el dinero que se le había dado pero no hizo nada para incrementarlo, le da crédito a esta interpretación. Él esperaba, por lo menos, recibir una tasa de interés sobre su capital.

¿Cuál es el trabajo que Él nos ha dado?

Así que, hermanos, yo les ruego, por las misericordias de Dios, que se presenten ustedes mismos como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. ¡Así es como se debe adorar a Dios!” (Romanos 12:1).

Romanos 12:1-2 podría llamarse la interpretación de Pablo a la frase “Negocien entre tanto que vengo.” Lo digo así porque la palabra griega traducida “adorar” en Romanos 12:1 no es la que normalmente se usa. De hecho, en realidad significa “servir” y ésa es la forma en que muchas traducciones la interpretan. La traducción Reina Valera le llama “culto racional” o “servicio racional”. En Romanos 12:1 Pablo nos insta a ofrecernos a Dios para llevar a cabo cualquier servicio que Él tiene en mente para nosotros como nuestra respuesta a la misericordia que Él nos ha mostrado. ¿Y cómo es que estamos supuestos a saber qué es? El versículo 2 nos da la respuesta.

Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, para que comprueben cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto” (Romanos 12:2)

¿Sabe usted cuál es la voluntad de Dios para su vida? Nosotros podemos descubrir Su voluntad para nosotros al rehusar aceptar las costumbres de este mundo con su mentalidad de “más grande de esto y más de aquello” y permitir que nuestras mentes sean renovadas y se enfoquen en los planes mucho más significativos que Dios tiene para nuestra vida.

Usted puede descubrir esto en cualquier momento en su vida. En el momento en que usted decide entregarle su vida al Señor y empieza a buscar Su voluntad para usted, Él se encontrará con usted en donde usted está. El único cambio radical que usted tendrá que hacer es en el área de sus prioridades. Dios tiene que reemplazarlo(la) a usted o a cualquier cosa que usted pueda tener en el presente como su posición número 1. Pero aún entonces, Él sabe que usted tiene una familia y responsabilidades financieras y no espera que usted abandone eso.

Recuerde, en la primera Iglesia no había puestos pagados. Todas las personas eran voluntarias, y trabajaban para ganarse su sustento. Aún hoy en día hay un sinnúmero de pastores que tienen dos vocaciones, ministros al margen de la iglesia, misioneros, etc. quienes se ganan su propio sustento en la vida, y sin embargo, consideran el trabajo que hacen para el Señor su acto razonable de servicio como la prioridad número 1.

Recuerde, los campos para las misiones no se encuentran en lugares distantes. Están a nuestro alrededor. Hay personas en todos lados que necesitan alimento, techo y vestido. Hay personas enfermas que necesitan una visita de consuelo, personas solas que necesitan alguien con quien hablar, ministerios que necesitan del servicio voluntario, y la lista continúa. Algunos son aún los misioneros en nuestras propias congregaciones. Además, también hay dos clases de misioneros; los que van y los que envían a los que van.

Dotados para el servicio

Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Hay diversidad de actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo. Pero la manifestación del Espíritu le es dada a cada uno para provecho” (1 Corintios 12:4-7).

Pero todo esto lo hace uno y el mismo Espíritu, que reparte a cada uno en particular, según su voluntad (1 Corintios 12:10-11).

Las diez minas que el hombre noble le entregó a cada siervo pueden representar los dones del Espíritu que a todos se nos han dado y que nos permiten lograr la voluntad del Señor para nosotros. Y de la misma manera como el hombre noble esperaba que sus siervos pusieran a trabajar lo que él les había entregado, así mismo el Señor espera que nosotros pongamos los dones que Él nos ha dado a trabajar para Él. Escuche estas palabras que Él pronunció:

Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Tampoco se enciende una lámpara y se pone debajo de un cajón, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en casa. De la misma manera, que la luz de ustedes alumbre delante de todos, para que todos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre, que está en los cielos” (Mateo 5:14-16).

¿Conoce usted los dones espirituales que Él le ha dado para ayudarlo(a) a lograr Su voluntad en la vida suya? Todos los tenemos, usted lo sabe. Solamente debemos descubrirlos y ponerlos en uso. Eso sucederá cuando buscamos Su voluntad para nuestra vida.

Nadie sabe el día y la hora

La mayoría de las personas no tienen idea de que el Señor pronunció esta frase en referencia a Su 2da Venida, y nunca en referencia al rapto. Aun así, nadie sabe exactamente cuándo sucederá el rapto. Pero la Biblia nos brinda una cantidad de señales en cuanto a la llegada del fin de la era, y nos dice que el rapto será antes de ese final. Y por primera vez en la historia, cada una de esas señales está visible hoy en día.

Pablo dijo que el venidero Día del Señor no debe de tomarnos por sorpresa porque nosotros somos hijos de la luz (1 Tesalonicenses 5:4-5). Eso significa que se nos ha dado toda la información (luz) que necesitamos saber para el tiempo y el momento de Su llegada. Las únicas personas que pueden ser tomadas por sorpresa son las que no están familiarizadas con las profecías de los tiempos del fin, ya sea por accidente o por diseño. En todas palabras, las personas que dicen que no podemos saber la cercanía del rapto simplemente no han hecho ningún esfuerzo para informarse.

Lea lo que el Señor le dijo a la generación que no estaba esperándolo la primera vez que Él vino.

Al llegar la noche, ustedes dicen: ‘Va a hacer buen tiempo, porque el cielo está rojizo.’ Por la mañana, ustedes dicen: ‘Hoy habrá tempestad, porque el cielo está rojizo y nublado.’ ¡Bien que saben distinguir el aspecto del cielo, pero no pueden distinguir las señales de los tiempos!” (Mateo 16:2-3).

Y no es que ellos no pudieran saber que Él venía, porque sus Escrituras contenían cientos de profecías acerca de Su primera venida, muchas de las cuales señalaban al tiempo de ellos. Fue que Su llegada se hizo cada vez menos importante para ellos que el conocer cómo estaría el clima de cada día, así que ellos no se molestaron en aprender sobre la misma. El señor podría decirle lo mismo a la mayor parte de la Iglesia hoy.

Algunos eruditos le llaman a lo que está sucediendo en nuestro tiempo la convergencia de las señales. Eso quiere decir que no tenemos solamente unas pocas señales que se están mostrando, lo cual en sí mismo sería emocionante. Significa que todas las señales que se nos dijo que esperáramos ahora pueden encontrarse y todas están convergiendo en un punto no muy lejano. Ninguna generación desde Su primera venida puede decir eso.

¿Quiere decir eso que no puedo tener una vida propia?

A decir verdad, la Biblia nunca nos prometió una vida propia. De hecho, la misma dice, “Nosotros no somos dueños de nosotros mismos. Hemos sido comprados a un precio” (1 Corintios 6:19-20). Pero Dios nunca obliga a ninguno de Sus hijos a hacer algo. La única condición para nuestra salvación es “creer en Aquel que Él envió” (Juan 8:28-29). De tal manera que usted sí puede tener una vida propia. Si todo lo que usted quiere es tener su póliza de “seguro de incendio” pagada, usted lo hizo al convertirse en una persona creyente (Efesios 1:13-14) Y aún si usted no hace nada por el Señor y todas sus pobras son quemadas en el fuego del juicio, usted mismo(a) todavía será salvo(a), pero apenas como escapando de las llamas (1 Corintios 3:15).

En Romanos 12:1 Pablo dijo “Así que, hermanos, yo les ruego, por las misericordias de Dios…” Él no nos lo ordenó ni nos lo mandó, él nos rogó. Aún el Espíritu Santo es nuestro consolador solamente, no nuestro comandante. Nadie le va obligar a usted a hacer algo.

En lugar de ello, lo que eso significa es que usted puede tener una mejor vida de la que ha planificado tener. Jesús dijo, “Yo he venido para que tengan vida, y la tangan en abundancia” (Juan 10:10). En primer lugar, cuando usted le entrega su vida al Señor, Él verá que todas sus necesidades sean satisfechas, para que usted no tenga que preocuparse de lo que puede depararle el mañana (Mateo 6:31-34). Él verá que todos las cosas sean para el bien suyo (Romanos 8:28). Él le devolverá a usted proporcionalmente lo que usted le ha dado (Lucas 6:38). Él le enriquecerá en todo para que usted a su vez sea generoso(a) en cada ocasión (2 Corintios 9:11), y usted estará guardando incontables tesoros en el cielo (Mateo 67:19-21) también.

Así que como usted puede ver, ni acampando en una colina para esperar, ni seguir con su vida mientras lo hace, es el enfoque bíblico correcto. Negociar entre tanto que Él viene es estar involucrados en la conducta del negocio al que Él nos ha llamado.

Pensamientos finales

Para terminar, me recuerdo de mi paráfrasis favorita de Santiago 2:17 en donde el apóstol escribió, “Lo mismo sucede con la fe: si no tiene obras, está muerta.” La versión que me gusta dice, “Si lo que usted dice que cree no resulta en acción, quizás no lo cree realmente.” Si usted no está añorando el rapto ni está involucrado(a) en la obra del Señor mientras lo espera, quizás usted realmente no cree que Él venga pronto.

Cuando se lo mira estrictamente desde una perspectiva humana, el rapto de la Iglesia es el evento más increíble en la historia. La resurrección de las personas creyentes es el cumplimiento de una promesa que fue dada en la cruz, que es la entrega de la bendición más grande jamás otorgada a la humanidad. Y entre las personas creyentes resucitadas, ningún otro grupo ha sido, ni lo será, bendecido tan ricamente como la Iglesia. Pablo dijo que Dios está haciendo eso para mostrar en los tiempos venideros las abundantes riquezas de Su gracia y Su bondad para con nosotros en Cristo Jesús (Efesios 2:7).

Pero encima de todo eso, Él ha elegido una generación de la Iglesia para que pase directamente de mortal a inmortal sin experimentar la muerte. Esta generación estará en la Tierra en nuestros cuerpos mortales, llenos de pecado, para luego en un abrir y cerrar de ojos ser transformados directamente en una versión perfecta e inmortal de nosotros mismos. De inmediato seremos transportados al hogar que Él nos ha estado preparando durante los últimos 2000 años para empezar una vida con Él la cual literalmente está más allá de nuestra imaginación. Y eso puede suceder en cualquier momento ahora.

¿Pero, qué si no sucede hoy? Yo era un consultor de negocios cuando me convertí en creyente hace 30 años. Uno de los servicios que yo brindaba era ayudar a personas individuales y a empresas a identificar y lograr metas a largo plazo. Siguiendo mi propio ejemplo, yo tenía archivos repletos de planes a cinco años para mi persona y mi empresa, los cuales fielmente seguía cada mes y los completaba actualizándolos anualmente.

Yo había sabido acerca del rapto en los primeros años de ser creyente y, como la mayoría de las personas, me emocioné de inmediato. Cuando sentí que el Señor me decía que pusiera a un lado los planes para mi vida y en lugar de ello siguiera el camino que Él me había trazado, yo pensé, “¿Por qué no? De todas maneras no estaremos aquí por mucho tiempo.” Decidí dejar de hacer mis propios planes para el futuro, y empecé a permitirle a Él implementar Su plan en su lugar. Más tarde me di cuenta que eso es lo que Él quiso decir en Mateo 16:24-25.

Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.”

Eso sucedió hace 30 años, y desde entonces no he vuelto a hacer planes para el futuro ni para mí ni para alguien más. La vida que tengo hoy no se compara con la que había planeado para mi vida. Pero es más emocionante y más satisfactoria que cualquier cosa que pudiera haber imaginado. Todavía veo el rapto como un evento de “en cualquier día” y estoy listo para irme en el instante que oiga la trompeta. Pero también me doy cuenta de que si no sucede hoy, el plan del Señor que se está desarrollando en mi vida es lo mejor que jamás me pudo haber sucedido, porque estoy negociando entre tanto que Él viene. Ya casi se escuchan los pasos del Mesías. 22/02/15