Domingo, 15 de noviembre de 2015
Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
He recibido muchas preguntas acerca de la relación entre Dios y Satanás, la mayoría de las cuales provienen de personas que quieren saber cómo es que Dios puede tolerar a Satanás ante Su presencia, y en lo que yo pueda decir, la Biblia no nos brinda ninguna explicación para ello. Todo lo que sabemos es que Satanás se presenta regularmente ante el Señor para acusarnos y continuará haciéndolo hasta que finalmente sea expulsado del Cielo al inicio de la Gran Tribulación (Apocalipsis 12:10-11).
Preguntas como la anterior son motivadas por simple curiosidad y son entendibles. Para nosotros eso es un misterio, y siempre queremos resolver los misterios. Pero recientemente también he empezado a recibir algunas preguntas que claramente son generadas por frustración y aún por ira. Todas estas preguntas apuntan a toda la muerte y destrucción por las que Satanás es responsable, agregándoles los incontables millones de personas que se han perdido por causa de él. Estas personas preguntan, “¿Por qué Dios simplemente no lo destruyó cuando se rebeló y así salvó a la humanidad de tanto sufrimiento?”
Otras personas preguntan ¿por qué Dios creó a Satanás en primer lugar, conociendo que se convertiría en maldad? Podría habernos librado de mucho dolor y penalidades si no lo hubiera hecho.
Para mí este tipo de preguntas es un ejemplo del barro cuestionando al alfarero, como si estas personas están enojadas con Dios por haberle permitido a esa clase de adversario permanecer en nuestras vidas cuando fácilmente pudo haberse deshecho de él. Eso implica que Dios nos hace sufrir innecesariamente, lo cual sabemos que es contrario a Su carácter. Pero antes de entrar en una posible contestación (sobre la cual nadie de seguro sabe la respuesta) repasemos los antecedentes que se nos han dado acerca de nuestro viejo enemigo.
Cómo has caído del cielo, oh Lucifer
Nuestro primer vistazo de Satanás fue cuando se apareció en el Paraíso en la forma de una “serpiente” (encantador en hebreo) para engañar a nuestros padres originales. Pero de Isaías 14:12-20 y Ezequiel 28:11-19 podemos reconstruir un perfil de su origen, caída y destino.
El nombre Lucifer (lucero de la mañana –NVI – o Lucero, hijo de la mañana – VRV 1960) viene de Isaías 14:12. Es una palabra en latín traducida “Lucifer” en la vulgata latina, que significa el reluciente, tomada de la frase helel ben shakar en la versión hebrea de este versículo. Helel en hebreo tiene mismo significado que en latín, y proviene de la raíz que significa jactancioso, y ben shakar significa hijo de la mañana. Algunas veces de manera incorrecta se le traduce como estrella de la mañana, que es un título realmente reservado para Jesús (Apocalipsis 22:16). Más comúnmente se le conoce como Satanás, de una palabra hebrea que significa adversario.
Ezequiel 28:12-14 indica que él es un ser creado, “el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura” y ungido (elegido) como el querubín grande y protector del monte santo de Dios. Combinando los pasajes de Ezequiel y de Isaías podemos deducir que él era el principal de la congregación de seres angelicales, a cargo de guiarlos en la adoración al Todopoderoso, y jefe guardián de Su Trono.
La parte “presuntuosa” de su nombre llegó a ser cuando se halló maldad en él (Ezequiel 28:15). Excesivamente orgulloso de su belleza y sabiduría, se rebeló en contra de Dios y pronunció sus infames cinco “Yo haré, seré.”
“[Yo] Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, [Yo] levantaré mi trono, y en el monte del testimonio [Yo] me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes [Yo] subiré, y [Yo] seré semejante al Altísimo” (Isaías 14:13-14).
Él pudo convencer a un tercio del ejército celestial de unírsele (Apocalipsis 12:4) y organizó una rebelión sin éxito en contra de Dios. En su subsiguiente juicio él perdió la más alta posición de la jerarquía angelical y su destino final fue así determinado (Ezequiel 28:16) a pesar de que por motivos no revelados a nosotros, la ejecución de su sentencia ha sido atrasada hasta el final de la era. Mientras tanto, a pesar de que está claramente identificado como el adversario de Dios, aún es tratado como un dignatario por el ejército celestial.
“Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda” (Judas 9).
Así es como todo empezó
A pesar de que nadie lo sabe de seguro, siempre me ha gustado la opinión de Hal Lindsey. En uno de sus libros (no recuerdo cual) Hal especuló que en su juicio Satanás le lanzó dos acusaciones a Dios con lo cual se inició todo: “Tú no eres justo y no tienes amor.” Por supuesto que Dios sabía que eso iba a suceder, y según Hal Él estaba preparado con una respuesta en cuatro partes para esta acusación.
1. Él creó al hombre, un ser vastamente inferior a los ángeles pero compartiendo con ellos las propiedades del intelecto, agencia (poder de elección) y vida eterna, y le dio el dominio sobre el Planeta Tierra.
2. Él le dio a las personas un juego de reglas con las que debían vivir, y ordenó que la obediencia a estas era un requisito para la vida. Cualquier violación de estas reglas (pecado), aun solamente aquellos cometidos con la mente, serían castigados con la muerte. No había ningún vacío legal, nadie podría escapar del juicio. Justicia perfecta.
3. Después Él envió a Su Hijo para vivir una vida en total obediencia a estas reglas, la única persona que pudo hacerlo jamás, otorgándole el derecho de gobernar el universo y recibirlo en todo lo que vale como Su herencia.
4. Finalmente, Él ofreció la vida de Su Hijo para comprar un perdón para todos los pecados de la humanidad, decretando que solamente por aceptar Su muerte como pago de nuestros pecados, nosotros podríamos vivir en la presencia de Dios para siempre y compartir de esa herencia como Sus hijos adoptivos. Amor perfecto.
¿Qué le puede usted decir a eso?
La reacción de Satanás fue robar de inmediato el control del Planeta Tierra al engañar a Adán y Eva a que creyeran que serían “como Dios” (Génesis 3:5). Este engaño hizo que ellos desobedecieran el único mandamiento que Dios les había dado y por eso es que Satanás se hizo el dios de este siglo (2 Corintios 4:4), y el príncipe de este mundo (Juan 12:31, 14:30, 16:11), haciendo que todo el mundo esté bajo su control (1 Juan 5:19).
Esto fue confirmado durante la tentación en el desierto cuando, en un intento de torcer el plan de Dios de salvar a la humanidad, Satanás le ofreció a Jesús los reinos de la tierra si Jesús lo adoraba en vez de obedecer a Dios.
“Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos” (Lucas 4:5-7).
Jesús no discutió la declaración de Satanás, ya que la habría expuesto como falsa, sino que rehusó desobedecer a Dios.
Pero el engañador se había engañado a sí mismo. Demasiado orgulloso para disculparse con Dios, él cree que lo puede derrotar (otro tonto alarde), a pesar de que su propia derrota fue claramente determinada en la cruz (Colosenses 2:15). Mientras que en la actualidad la Iglesia frena su autoridad sobre la tierra (1 Tesalonicenses 2:5), después que nos vayamos él quedará libre para hacer lo peor en un desesperado esfuerzo para mantener el control. Pero eso no será suficiente, y habiendo sido finalmente expulsado del Cielo (Apocalipsis 12:7) será derrotado (Apocalipsis 19:19-21), atado en el abismo por 1000 años (Apocalipsis 20:1-3), y finalmente lanzado al lago del fuego eterno (Apocalipsis 20:10).
De nuevo, ¿Cuál fue la pregunta?
Regresemos a la pregunta original. Puesto que Dios conoce todas las cosas por adelantado, ¿por qué creó a Satanás y lo elevó a esa posición tan exaltada? Él sabía que Satanás se volvería tan malvado, entonces, ¿por qué Dios hizo eso?
Esta es una muy buena pregunta y nunca he visto una buena respuesta para contestarla. La Biblia tampoco lo explica. Entonces, acá les brindo mi respuesta por lo que la misma pueda valer. Ya que Dios conocía cada detalle antes de que cada uno de ellos se materializara, todo debe de ser parte de Su gran esquema. Nada ha sido una sorpresa para Él, nada se ha hecho para que lo piense de nuevo o lo adapte a las circunstancias. Todas las cosas han servido a Su propósito.
¿Y cuál es ese propósito? Revelar Su carácter al ejército angelical a través de Su interacción con nosotros. Mostrar que Él es absolutamente recto, absolutamente justo y absolutamente amoroso, todo al mismo tiempo.
“Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor” (Efesios 3:10-11).
Recuerden, Él creó un juego de leyes que fueron absolutamente justas, a pesar de que después de haber adquirido nuestra naturaleza pecaminosa, nadie las puede guardar. A pesar de que el castigo por siquiera una violación de las mismas era la muerte, Él no permitió ninguna excepción ni exención. Luego Él se convirtió en un hombre y llevó sobre Sí mismo el castigo de todos los pecados de la humanidad, muriendo en nuestro lugar. Finalmente, Él permitió que cada persona eligiera por ella misma aceptar Su remedio o no, diciéndonos por adelantado tanto el beneficio de aceptarlo como el castigo por rechazarlo.
Él nos habló sobre ello, lo escribió en las estrellas, envió los profetas para enseñarnos, y todo lo documentó en Su Palabra de tal forma que es imposible que una persona no se dé cuenta. Él puso el deseo de conocerle en nuestros corazones y dijo que toda aquella persona que pida recibirá, que busque encontrará, y que toca la puerta se le abrirá (Mateo 7:7-8).
En resumen, no sabemos cómo es que Dios puede tolerar la presencia de Satanás ni porqué le permite permanecer entre nosotros. Pero sí sabemos que hizo todo consistente con Su carácter para hacer posible que nosotros pudiéramos vencer a nuestro adversario y encontrar nuestro camino de vuelta a nuestro Creador. Selah 14/04/12.