Domingo, 18 de mayo de 2014
Un estudio bíblico por Jack Kelley
Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación (Génesis 2:2-3).
Estos dos versículos son muy diferentes a como se describen los días anteriores en la narración de la creación. Todos ellos incluyen la frase “Y fue la tarde y la mañana el día…”. Pero esto no ocurre para el día séptimo. También la palabra hebrea traducida para reposar es Shabát, de la cual se deriva la palabra Sabbath. Esta palabra aparece 71 veces en la Biblia, 47 veces de las cuales se traduce “cesar”. Solamente aparece 11 veces como reposar.
¿Alguna vez terminará este día?
Obviamente, el día séptimo tuvo un comienzo y un fin, como todos los días antes y después de este. Pero el hecho de que no se le mencione en el texto de la narración de la creación, nos indica que en un sentido espiritual este día nunca ha terminado. No hay ningún día octavo de la creación. Dios nunca ha vuelto a hacer la obra de la creación y es por eso que la palabra que también significa cesar se utilizó para describir Su reposo Sabático.
Ahora bien, no me acusen de estar promoviendo la teoría del “Gran Relojero” para la creación. Esta dice que Dios creó el mundo y todo lo que existe en él, para luego ponerlo en movimiento, y ha estado allí sentado desde entonces solamente observando cómo camina. Veamos qué es lo que Dios ha estado haciendo desde que Él dejó de crear. Comenzaremos en el Evangelio de Juan.
Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo (Sabbath). Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo (Sabbath), sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.
Jesús les respondió de esta manera: De cierto, de cierto les digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente (Juan 5:16-19).
Esto nos dice que tanto el Padre como el Hijo tienen tanto que hacer que trabajan todos los días, aun durante el Sabbath. Así que no han estado sentados ahí esperando. Ambos han estado trabajando todos los días desde entonces para hacer eso.
Pero ese no es el punto. El punto es este. Desde el final del sexto día, Dios nunca ha vuelto a retomar la obra de la Creación. En cuanto a la creación se refiere, Él nunca ha cesado su reposo sabático.
Lo que es externo y físico en el Antiguo Testamento se convierte en interno y espiritual en el Nuevo Testamento.
En Números 15:32-36 leemos sobre un hombre que fue encontrado recogiendo leña en un Sabbath. Eso era una violación del mandamiento, pero los israelitas no sabían qué hacer con él. Cuando le preguntaron a Dios Él les dijo que lo llevaran fuera del campamento y lo apedrearan hasta que muriera. Dios tomaba muy en serio el no hacer ningún trabajo durante un Sabbath.
Pero cuando llegamos al Nuevo Testamento encontramos que el mandamiento de descansar durante el Sabbath es el único de los 10 Mandamientos que específicamente no se repite. De hecho las referencias más frecuentes del cuarto mandamiento en el Nuevo Testamento, se relacionan con las frecuentes y descaradas violaciones que el Señor comete sobre el mismo. En seis ocasiones distintas, el Señor defiende el trabajo durante un Sabbath, cada vez mostrándoles a los líderes religiosos del momento que sus reglas para guardar el Sabbath fueron hechas por el hombre, y eran arbitrarias y contrarias al propósito de Dios. Por ejemplo, los sacerdotes en el Templo profanaban cada Sabbath trabajando (Mateo 12:5), y a la gente se le permitía darles de beber a sus animales (Lucas 13:15) o rescatarlos de un peligro (Mateo 12:11), pero no se les permitía sanar a una persona (Lucas 13:14).
En Romanos 14:5 Pablo enseñó que nosotros tenemos el derecho ya sea de considerar a un día más santo que otro, o considerarlos todos iguales, basados en nuestras convicciones personales. Y en Colosenses 2:16-17 él dice que no le permitamos a nadie juzgarnos referente a días de fiesta, luna nueva o días de reposo (Sabbath). Él dice que estas cosas son una sombra de las cosas que han de venir, que la realidad se encuentra en Cristo.
De alguna manera el mandamiento del Sabbath estaba supuesto a enseñarnos algo sobre nuestra relación con Jesús. Entonces, encontremos cuál es.
Dios creó los Cielos y la Tierra. Estos no hicieron nada para ayudarlo, Él lo hizo todo. Al final de seis días, Él reposó (cesó) de Su trabajo porque lo había terminado. Él nunca volvió a retomar ese trabajo de la creación. Él hizo el séptimo día, un día sin fin, santo. No hubo tal octavo día. Luego Él creó un recuerdo. Desde ese momento en adelante el séptimo día fue un día de reposo durante el cual no se permitía hacer ningún trabajo para recordarnos que cuando Su trabajo fue terminado, Él reposó.
Puesto que nosotros estamos atrapados en la dimensión del tiempo, no podemos tener ningún día sin fin. Por eso es que cuando Dios formó nuestro calendario Él hizo que cada séptimo día fuera santo, y luego el calendario empezaba de nuevo. Nunca ha habido un octavo día. Esto fue para ayudarnos a ver que el séptimo día, el día de reposo, nunca termina. Para resaltar la importancia de esto, Él hizo que el trabajo durante el séptimo día fuera castigado con la pena de muerte.
Pero la humanidad no ha entendido el asunto. Hemos creído que se trata de no trabajar durante el Sabbath cuando en realidad se trata de reposar cuando el trabajo está terminado. Y esto se relaciona de la manera siguiente con Jesús.
Jesús vino a la tierra con una obra que hacer. Era morir por los pecados de las personas para que pudiéramos ser redimidos y vivir para siempre con Él (Juan 1:29). Él nos estaba haciendo una nueva creación (2 Corintios 5:17). Nosotros no hicimos nada para ayudar, Él lo hizo todo. Cuando Él murió en la cruz, Su trabajo terminó. Por eso es que Sus últimas palabras antes de morir fueron “consumado es” (“Todo se ha cumplido”). Luego inclinó Su cabeza y entregó Su Espíritu (Juan 19:30).
Él ya nunca tuvo que volver a hacer la obra de redención, puesto que con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados (Hebreos 10:12-14). Cuando Él ascendió a los cielos, se sentó a la derecha del Padre. La obra de redención de nuestra nueva creación había sido terminada, así que Él dejó de trabajar. Por eso es que muchos teólogos se refieren a la obra de redención del Señor como Su obra “completa en la cruz.
¿Cuál es nuestro trabajo?
Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Jesús les respondió: Esta es la obra de Dios, que ustedes crean en el que él ha enviado (Juan 6:28-29).
Jesús perdonó todos nuestros pecados en la cruz (Colosenses 2:13-15) y por consiguiente, él lo salvó a usted completamente. Hebreos 7:25 confirma que Él puede hacerlo. Según 2 Corintios 1:21-22 Dios ha aceptado la responsabilidad de mantenerlo a usted salvo. Él ha puesto Su sello de propiedad en usted y ha puesto Su Espíritu en su corazón para garantizar eso. Creer eso significa que la obra de salvación suya está terminada y que usted ha entrado en su largo séptimo día, su reposo sabático. Quiere decir que usted ha hecho lo que Dios requiere y que la obra de su salvación está terminada. Usted heredará la vida eterna. “Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero” (Juan 6:40).
Así como Dios nunca más retomó la obra de la creación, y Jesús nunca más retomó la obra de la redención, usted nunca más tendrá que retomar la obra de la salvación. Usted es una nueva creación y la obra está terminada. Ahora usted reposa como ellos han reposado. “Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas” (Hebreos 4:9-10).
Como podemos ver por lo anteriormente expuesto, las personas que permanecen preguntando si es el sábado o es el domingo el día sabático correcto para los cristianos, están haciendo la pregunta equivocada. La pregunta que todos debemos hacer es si guardamos el descanso del Sabbath o no. No importa que usted diga que es nacido y nacida de nuevo. Cualquier trabajo que usted haga para ganar su salvación después que ha dicho que acepta la obra que Jesús hizo por usted es una evidencia que usted cree que la obra no está terminada. Esto le coloca a usted bajo la pena de la persona que viola el Sabbath en Números 15. La de esa persona fue una muerte física, pero la suya será una muerte espiritual porque usted no está haciendo la única obra que Él le dio a usted para hacer; usted no está creyendo en Aquel que Él ha enviado. En vez de eso, usted está creyendo en su propia habilidad para terminar la obra que usted cree que Él únicamente empezó. Y eso significa que usted no es salvo ni salva.
A la iglesia no le queda mucho tiempo. El Señor puede venir mientras usted está leyendo esto. Pero por favor considere estas cosas con cuidado. Asegúrese de que usted en realidad es salvo y salva por la gracia por medio de la fe. No por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9). Recuerde, pero al hombre que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia (Romanos 4:5). Crea en Aquel que Dios envió para salvarlo y salvarla a usted, entre en su reposo sabático y nunca vuelva a tomar las obras de su salvación de nuevo. 18/05/14