Domingo, 5 de enero de 2014
Un Estudio Bíblico por Jack Kelley
Por tanto, varones burladores que gobiernan a este pueblo que está en Jerusalén, oigan la palabra del Señor. Por cuanto ustedes han dicho: Pacto tenemos hecho con la muerte, e hicimos convenio con el Seol; cuando pase el turbión del azote, no llegará a nosotros, porque hemos puesto nuestro refugio en la mentira, y en la falsedad nos esconderemos.
Por tanto, el Señor Omnipotente dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure.
Y ajustaré el juicio a cordel, y a nivel la justicia; y granizo barrerá el refugio de la mentira, y aguas arrollarán el escondrijo. Y será anulado el pacto que ustedes hicieron con la muerte, y su convenio con el Seol no será firme; cuando pase el turbión del azote, serán de él pisoteados. (Isaías 28:14-18)
La primera vez que escribí sobre este pasaje de Isaías fue en 2005. En aquel entones Israel se encontraba en proceso de entregar la Franja de Gaza con la esperanza de acercarse más a la paz con los palestinos. Por supuesto que eso no funcionó y desde entonces las cosas han ido empeorando para el pueblo judío. Cada esfuerzo que han hecho para acomodarse a la opinión mundial los ha dejado cada vez más débiles, mientras que sus enemigos están cada vez más fuertes.
Conforme leo los reportajes sobre la situación actual de Israel, las palabras de Isaías aún me vienen a la mente. Algunas personas creen que en sus profecías Isaías estaba enviándole al Reino del Sur tres mensajes simultáneos. El primero tenía que ver con el tiempo cercano y les advertía del juicio venidero por manos de los babilonios. Este juicio sería similar al que el Reino del Norte estaba por recibir por parte de los asirios. El segundo mensaje se relacionaba con el tiempo que rodeaba la primera venida del Mesías, y el tercero describía los eventos del final de la era. Los eruditos que sostienen este punto de vista alegan que en algunos lugares Isaías se refiere a estos tres márgenes de tiempo a la vez. Entonces, Isaías 28:14-18 es uno de ellos.
¿De Qué está Hablando Isaías?
El significado del pasaje es claro. Al estar haciendo tratados con los países comprometidos a su destrucción, los israelitas estaban engañándose a sí mismos al creer que estarían exentos de los planes de expansión y conquista que esos países tenían. En verdad, las políticas de apaciguamiento de Israel generarían acuerdos basados en ilusiones que pronto serían rotas cada vez que el enemigo lo veía conveniente. Eso demostró ser cierto con los asirios, los babilonios, los sirios en tiempos de Grecia, los romanos, y últimamente los “palestinos”. Esta política finalmente culminará en la máxima decepción. Habiendo rechazado a Aquel que vino en nombre de Su Padre, finalmente aceptarán al que vendrá en su propio nombre (Juan 5:43). Un tratado venidero con el anticristo casi los llevará a la ruina.
El Señor hizo que Isaías le advirtiera a Su pueblo que solamente había un hombre en el mundo en quien podían confiar, y ese era su Mesías. Solamente Él los trataría justa y rectamente. Todos los demás, aún sus supuestos amigos, les mentirían para ajustarse a sus propios intereses, los cuales siempre serán contrarios a los de Israel.
Aquellos de nosotros con un trasfondo bíblico y un entendimiento profético, observamos muy de cerca cómo los líderes actuales de Israel están siendo presionados en todos los costados para una vez más, desalojar a su propio pueblo de la tierra dada por Dios, explicando que al hacerlo están obteniendo paz con sus vecinos. (En Israel, la Ribera Occidental se conoce bíblicamente como Judea y Samaria, ambas de las cuales formaban parte de la Tierra Prometida original.)
Conforme usted lee esto, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, se encuentra en Israel discutiendo el último “acuerdo marco” de los EE.UU. para la paz. Este acuerdo llama a Israel a entregar el 92,8% de la Ribera Occidental a los palestinos. Ochenta por ciento de todos los asentamientos judíos en la Ribera Occidental estarán confinados a cuatro bloques principales de asentamientos, los cuales Israel se anexaría. El 20% restante (cerca de 80.000 personas) serán absorbidas en estos asentamientos o serán trasladados a otros lugares dentro de Israel.
Jerusalén sería dividida para formar una ciudad capital para los “palestinos” pero la soberanía sobre el corazón de la Ciudad Santa, con sus únicas e históricas concentraciones de santuarios judíos, cristianos y musulmanes, pasaría a una comisión internacional compuesta por los Estados Unidos, Israel, los palestinos, Jordania y Arabia Saudita.
En lo personal yo no creo que la profecía bíblica favorezca una conclusión exitosa a la actual ronda de negociaciones, por lo menos no en un sentido a largo plazo, porque yo creo que la meta es dejar a Israel permanentemente debilitado al punto de que ya no sería más una amenaza a la paz del Medio Oriente. Nuestros líderes nunca parecen entender que un Israel debilitado siempre ha hecho que la guerra sea más posible, no menos.
¿A Quién Vas a Llamar?
Pero hay un cumplimiento final venidero de la profecía de Isaías, y cuando suceda, señalará el comienzo de la Semana 70 de Daniel. Antes que los ojos de ellos sean finalmente abiertos al hecho de que Jesús es y siempre ha sido su Mesías, Israel va a poner sus esperanzas de protección a un pacto hecho por el hombre una última vez. Una coalición musulmana dirigida por Irán y armada por Rusia aprovechará la descuidada suposición de Israel de que la paz ha llegado y van a montar un gigantesco ataque sorpresa con la intención de destruir a la nación judía de una vez por todas.
Ezequiel 38-39 nos dice que esta coalición va a ser totalmente derrotada por el mismo Dios. Después de esa batalla, aquella persona que conocemos como el anticristo se levantará para forzar un tratado de siete años el cual incluye la provisión de construir un templo en Israel (Daniel 9:27). Israel va a darse cuenta de que Aquel quien hizo huir las fuerzas atacantes fue el mismo Dios, y renovarán su Antiguo Pacto, adormecido por tanto tiempo, para sus últimos siete años. La adoración del Antiguo Pacto requiere un templo y por motivos propios el anticristo los ayudará a obtenerlo.
A la mitad de los siete años su supuesto benefactor hará la traición óptima y proclamará ser su Dios (2 Tesalonicenses 2:4), y se propondrá destruir hasta al último de ellos. Lo hará desde el mismo Templo que ayudó a construir, para luego traer todos los recursos militares de cada nación de la Tierra en contra de ellos. Traicionados por los amigos y acosados por sus enemigos, los israelitas no tendrán a nadie a quien
volverse y con Jerusalén rodeado y la mitad de la ciudad tomada, parecerá que el fin está finalmente sobre ellos.
“Vengan y volvamos al Señor, clamarán; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará. Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.”
“Y conoceremos, y proseguiremos en conocer al Señor; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.” (Oseas 6:1-3).
Y su Mesías, Jesús, Quien ha estado esperando durante 2000 años para que ellos digan eso, responderá: “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito” (Zacarías 12:10)
“En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia” (Zacarías 13:1)
“Después saldrá el Señor y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur” (Zacarías 14:3-4)
“Y el Señor será rey sobre toda la tierra. En aquel día el Señor será uno, y uno su nombre” (Zacarías 14:9). Aquel que es fiel y verdadero habrá cumplido todos Sus compromisos para con ellos, y como Rey de toda la tierra Él tendrá el poder para hacerlo cumplir.
Si usted es como yo, usted debe de afligirse sobre el clamor presente del pueblo de Dios. Sepa que el Señor también se aflige. Sepa también que conforme las condiciones se empeoran cada vez más para ellos, su victoria y la nuestra está impresionantemente más cercana. Porque no se adormecerá ni dormirá Aquel que guarda a Israel, y siempre está alerta por cualquier señal de que Su pueblo está listo para regresar a Él.
Mientras tanto, el Salmo 122:6-7 nos instruye sobre la respuesta apropiada a los eventos de nuestro tiempo. “Pidan por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman. Sea la paz dentro de tus muros, y el descanso dentro de tus palacios”. Si escucha cuidadosamente, ya casi se oyen los pasos del Mesías. 04/01/14