Jueves, 28 de septiembre de 2017
P: Hay algo que siempre me estorba cuando sale en una discusión, y es el “aguijón en la carne” de Pablo. Pablo le llamó a su aguijón en la carne “un mensajero de Satanás”. ¿Podría este mensajero haber sido la muchacha esclava de Hechos 16:16? Gracias por su percepción.
R: La frase traducida “aguijón en la carne” en 2 Corintios 12:7 se define literalmente como un pedazo de madera puntiagudo o una estaca afilada. Esas cosas generalmente las usaban como métodos de tortura. Y la palabra griega traducida ‘tormento’ en el mismo versículo, significa “abofetear, o golpear con el puño.” Ambos implican algún tipo de ataque físico.
Por consiguiente, yo estoy convencido de que la situación de Pablo incluía algo más doloroso que las palabras de la muchacha esclava de Hechos 16:16. Yo creo que se refiere a las golpizas que regularmente recibía Pablo de sus enemigos, los cuales eran alborotados por Satanás para atacarlo. Estas golpizas eran tan severas que muchas de ellas podrían haberlo matado, y yo creo que una de ellas sí lo hizo.
La lapidación era el método de ejecución, y en Hechos 4:19-20 Pablo fue apedreado y arrastrado fuera de las puertas de Listra, y dejado por muerto. Sus seguidores oraron sobre él y él se levantó, regresó a la ciudad y al día siguiente empezó su caminata a Derbe, a 100 kilómetros de distancia, como si nada hubiera sucedido.
Esa clase de cosas exceden por mucho la capacidad humana, y ese es solamente uno de muchos ejemplos que puedo utilizar. Yo creo que el Señor resucitó a Pablo de los muertos ese día. Cuando Él dijo, “Bástate Mi Gracia” en 2 Corintios 12:9 yo creo que Él le estaba diciendo a Pablo que Él no detendría las golpizas, sino que lo sanaría después de cada una de ellas. Yo he cubierto en gran detalle este asunto en mi estudio titulado Bástate Mi Gracia