El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil

Q ?Como es que puedo escuchar lo que Dios me dice y saber cuando debo hacer algo, pero generalmente no actuo en ello. Pareciera que no puedo controlar mi cuerpo. Yo entiendo que no son mis obras sino mi fe por lo que soy redimido por Jesus y por lo que hizo, pero eso realmente me frustra.
A Primero, permitame elogiarlo por su honestidad. Muchas personas cristianas se enganan a si mismas pensando que todo esta bien en el departamento del pecado y muy pocas realmente dicen haber dejado de pecar del todo. 1 Juan 1:8 fue escrito para esas personas, «Si decimos que no tenemos pecado, nos enganamos a nosotros mismos, y la verdad no esta en nosotros

Y como Jesus les dijo a Sus discipulos, «El espiritu esta dispuesto, pero la carne es debil» (Mateo 26:41). Debido a nuestra naturaleza pecaminosa, hacer que nuestro cuerpo obedezca al espiritu es un desafio de toda la vida el cual requiere de una practica constante. En 1 Corintios 9:24-27 Pablo comparo ese proceso con el entrenamiento de un atleta olimpico.

Pero recuerde, si Dios nos esta llamando a hacer algo, El tambien nos da la fortaleza para hacerlo. Nosotros tenemos que tomar los primeros pasos en fe, pero El compensara la diferencia si se nos acaban las fuerzas. Su poder se perfecciona en nuestra debilidad (2 Corintios 12:9).

Mientras tanto podemos animarnos en el hecho de que cuando fallamos, Dios no lo cuenta en contra nuestra. Pablo tambien dijo, «Yo se que en mi, esto es, en mi naturaleza humana, no habita el bien; porque el desear el bien esta en mi, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que habita en mi» (Romanos 7:18-20). Luego el dijo, «Por tanto, no hay ninguna condenacion para los que estan unidos a Cristo Jesus» (Romanos 8:1). ?Gloria a Dios!

«Dichoso aquel cuyo pecado es perdonado, y cuya maldad queda absuelta. Dichoso aquel a quien el Senor ya no acusa de impiedad, y en el que no hay engano» (Salmo 32:1-2).