Martes 23 de julio de 2019
P: Me siento extremadamente bendecido de haber encontrado a Gracethrufaith y a usted. Mi pregunta se refiere a la mente y cuántas veces saltan varias “cosas” en espacios de tiempo relativamente cortos. He hecho de Proverbios 23:7 y Jeremías 17:8 mi tema diario lo mejor que mi mente me permita hacerlo. Mi pregunta es cuando el Rapto ocurra tan rápido y ese momento hay un mal pensamiento en mi mente, ¿cómo obtengo el perdón antes de estar en la presencia de nuestro Señor? Lucho con este tipo de cosas constantemente. Espero que me pueda ayudar. Gracias y que Dios lo bendiga.
R: Es importante hacer un esfuerzo para mantener nuestros pensamientos bajo control, y para resistir los intentos del enemigo de plantar ideas en nuestra mente que no sean consistentes con la persona que hemos llegado a ser en Cristo. Pablo llamó a esta parte vivir a la altura de lo que ya hemos alcanzado (Filipenses 3:16).
Esto es lo que también dice la Biblia sobre este tema. Cuando Jesús fue a la cruz, todos los pecados que usted comete estaban aún en un futuro lejano. Pero Él los conocía todos y los clavó allí con Él, y con Su muerte los perdonó (Colosenses 2:13-14).
Por eso, cuando usted se hizo creyente, fue limpiado de todos sus pecados. Usted se convertió en una nueva creación en Cristo (2 Corintios 5:17) y desde la perspectiva de Dios usted se hizo tan justo como Él des (2 Corintios 5:21).
Eso significa que cada pecado de la vida suya, pasado presente y futuro, fue pagado en la cruz. Esto se hizo para evitar la situación que usted describe.
Mientras estemos en la Tierra, pedimos perdón por nuestros pecados, como 1 Juan 1:9 nos instruye. Pero eso no es así para que podamos permanecer salvos, es para que podamos permanecer en comunión con Dios.
Cuando ocurra el Rapto, seremos instantáneamente cambiados de mortales a inmortales y cuando estemos ante Dios, Él verá a una persona completamente sin pecado.
“Pero Cristo, después de ofrecer una sola vez un solo sacrificio por los pecados, para siempre se sentó a la derecha de Dios, y de ahí en adelante está en espera de que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. Él, por medio de una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los santificados” (Hebreos 10:12-14)