Viernes 9 de abril de 2021
P: Usted dice en su respuesta: “Por definición una tentación tiene que ser deseable a la persona que está siendo tentada.” ¿No es también un deseo a hacer algo que sabemos que es malo? Yo entiendo que cuando somos tentados tenemos un deseo en nuestro corazón de pecar de alguna manera.
Yo entiendo por los versículos sobre el enojo y la lujuria que nuestros corazones pueden pecar aún si no actuamos sobre ello y la tentación al pecado empieza con el mal deseo de nuestro corazón. Con eso en mente yo tampoco entiendo cómo Jesús fue tentado en todo, como nosotros lo somos, y sin embargo no tenía pecado. (Hebreos 4:15).
R: Si Jesús fue completamente humano Él estaba sujeto a las emociones humanas. Puesto que la Biblia dice en un lugar que Él fue tentado por Satanás (Mateo 4:1) y en otro que Él fue tentado en todo (Hebreos 4:15), entonces es seguro asumir que ese fue el caso. No habría razón para que el Señor exagerara eso o que nos engañara con ello.
La tentación es una atracción a pecar. Nosotros tenemos la elección de responder o no. Por consiguiente, el pecado ocurre cuando uno considera ceder a la tentación, no cuando la tentación se presenta. Mirar a una mujer no es lo que hace que un hombre peque. Él peca cuando de manera consciente forma pensamientos lujuriosos sobre de ella.
Como dije en mi respuesta la ausencia de una naturaleza pecaminosa solamente ayudó al Señor a resistir ceder ante la tentación. Eso no lo hizo inmune a la misma. Después que Jesús había ayunado durante 40 días Él tenía hambre. Satanás le recordó que Él tenía el poder para transformar rocas en pan. Él sabía que al hacerlo estaría excediendo los parámetros de Su misión, la cual era vivir la vida de un hombre ordinario, así que Él rehusó siquiera ceder a la tentación. Al rehusar, Él evitó pecar.