Q 1 Corintios 2:14 dice, «Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espiritu de Dios, porque para el son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.» ?Me podria ayudar a entender esto mas profundamente? Yo tomo por este versiculo que las personas incredulas (aquellas que no son nacidas de nuevo) quienes no tienen la guia del Espiritu Santo rechazan la palabra de Dios, o simplemente no la entienden. Siguiendo esta linea de pensamiento, ?son solamente las personas creyentes las que pueden entender la palabra de Dios? ?Entonces, como es que las personas incredulas se hacen creyentes si no pueden entender las cosas o la palabra de Dios?
A Yo he escuchado a un numero de personas creyentes que dan testimonio al hecho de que nunca entendieron la Biblia sino hasta que fueron salvas. Yo mismo tuve esa experiencia. Por consiguiente, yo creo que Pablo estaba de hecho diciendo que es imposible para una persona incredula entender la palabra de Dios. El dijo que la persona sin el Espiritu no puede entender las cosas que vienen del Espiritu de Dios porque se han de discernir espiritualmente.
El hecho es que muchas personas no se hacen creyentes porque entienden la palabra de Dios. Estas personas entienden la Palabra de Dios porque ya son creyentes. En Romanos 8:29-30 Pablo explico el proceso.
Mucho antes que el primer hombre fuera creado, Dios miro a traves del tiempo y «vio» a cada persona que escogeria aceptar el perdon que Jesus compro para nosotros en la cruz. En ese momento El nos reservo un lugar en el Cielo. En el momento apropiado de nuestra vida El nos llamo para que tomaramos la decision que El ya habia «visto» que tomariamos. Cuando respondimos, como El sabia que lo hariamos, El aplico ese perdon a nuestros pecados y nos salvo.
En ese momento Dios nos dio dos cosas; la primera fue el regalo de la fe para creer que somos salvos (Efesios 2:8) y la segunda fue Su Espiritu, el cual El puso en nuestros corazones (2 Corintios 1:21-22). Habiendo recibido estas dos cosas, finalmente podiamos entender Su palabra, y lo que antes nos habia sido confuso se aclaro. Esta claridad produjo que la semilla de fe que El nos habia dado brotara y creciera, produciendo una fe mas profunda y permanente.