Martes 12 de diciembre de 2023
P: Nos visitó un predicador en la iglesia que dijo algunas cosas que no había oído antes y no me parecieron correctas. ¿Me podía aclarar si estas afirmaciones que hizo contienen alguna verdad, y si son asuntos regularmente enseñados?
(1). Basado en Génesis 9 y 10, solamente los descendientes de Jafet (quienes son caucásicos) son gentiles y les fue dada la responsabilidad de propagar el Evangelio.
(2). Hay dos niñas del ojo de Dios—Israel y los EE.UU.
(3). En Mateo 21:43, el reino de Dios le fue dado a “una nación” (en singular), la cual es los EE.UU.
(Strong dice que esta palabra puede significar gente, y yo siempre he creído que esa es la Iglesia.)
R: Yo creo que su orador invitado está mal informado, y por lo tanto lo mal informó a usted.
1.- Antes de que la Iglesia naciera toda la humanidad estaba separada en dos grupos. Si una persona no era de la “simiente de Abraham” esa persona era un Gentil. (Tanto la palabra hebrea “goy” como la griega “etnos” se pueden referir a un grupo de personas o a una nación.) En Mateo 28:19-20 los discípulos recibieron la responsabilidad de propagar el Evangelio a las naciones. Ninguno de ellos era gentil o caucásico. Así como tampoco lo era Pablo, quien probablemente hizo más para propagar el Evangelio que cualquiera de ellos.
2.- En Deuteronomio 32:10 Dios le llamó a Jacob la niña de Su ojo. En Zacarías 2:8 eso se extendió a todos los israelitas. Ninguna otra nación o grupo de personas es referido en la Biblia de esa manera.
3.- En Mateo 21:43 Jesús no le prometió el Reino a una nación, sino a un pueblo llamado la Iglesia. La palabra es singular porque la frase “un pueblo” es singular. Hoy día, muchas personas que están en la Iglesia viven en los Estados Unidos, pero a través de la mayor parte de la historia cristiana ese no era el caso. Y cuando el Señor retorne por los Suyos, no es a los estadounidenses a quienes se llevará, sino a todas aquellas personas cristianas nacidas de nuevo de todo el mundo. Decir que el Reino le fue dado a los EE.UU. es un gran insulto a todas las demás personas cristianas.