Lunes 1 de julio de 2019
P: Después de leer su respuesta a una pregunta anterior que envié, me puse a pensar en cómo saber cuándo culpar al diablo en lugar de culparnos por los malos pensamientos que nos vienen a la mente.
R: No es importante evaluar la culpa por el origen de sus pensamientos. Ya sea que provengan de su naturaleza pecaminosa o directamente del diablo, todo es lo mismo en lo que respecta a cómo responde usted. 2 Corintios 10:3-5 nos dice cómo responder.
“Es verdad que aún somos seres humanos, pero no luchamos como los seres humanos. Las armas con las que luchamos no son las de este mundo, sino las poderosas armas de Dios, capaces de destruir fortalezas y de desbaratar argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y de llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.”
No debemos permitir que ningún pensamiento que contradiga lo que sabemos acerca de cómo Dios quiere que vivamos influya en nuestro comportamiento, sino que debemos hacer que los mismos se ajusten a lo que Jesús nos enseñó.
A medida que aprendamos a rechazar inmediatamente esos pensamientos y le pidamos a Dios que nos perdone por ellos, nos daremos cuenta de que cada vez tendremos menos de los mismos. Esto es lo que quiso decir Santiago cuando dijo: “Por lo tanto, sométanse a Dios; opongan resistencia al diablo, y él huirá de ustedes” (Santiago 4:7).