Descubriendo las promesas de Dios para mí

Q

Viernes 9 de abril de 2021

P: Cuando se lee la Biblia, ¿cómo puede uno reclamar un versículo de la Escritura para uno mismo? Por ejemplo, Jeremías 29:11. He oído a muchas personas reclamar ese versículo como propio, creyendo que Dios tuvo la intención de dárselos a ellas y a su situación presente. Pero cuando usted lee el capítulo, el mismo es específico para Israel al haberlos liberado Dios del cautiverio en Babilonia. Ahora que le escribo a usted sobre eso, mi corazón se emociona. Yo quisiera reclamar u orar por un versículo para mi situación, pero pienso que eso sería tener una esperanza vana, sin ningún valor. ¿Cómo puedo aplicar versículos de la Palabra de Dios a mi presente situación cuando son parte de un asunto y tema más grandes? ¿Puede entender lo que quiero decir?

A

R: El contexto dentro del cual aparece un versículo usualmente nos dice si el mismo es de aplicación general o tiene la intención de ser para una audiencia específica. En al caso de Jeremías 29:11, el contexto del capítulo nos dice que tuvo la intención de ser para los exiliados en Babilonia. En el versículo previo el Señor lo dejo claro. Él dijo que ellos pasarían 70 años en Babilonia y después de eso regresarían para cumplir así Su amable promesa de traerlos de vuela a la Tierra Prometida (Jeremías 29:10). Luego en el versículo 11 Él dijo que haría eso porque Él tenía planes para prosperarlos y no para dañarlos, planes para darles esperanza y un futuro. Esa promesa se cumplió a su tiempo al final de los 70 años del cautiverio.

Hay muchos versículos tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento que son de aplicación general y pueden ser apropiados por cualquier persona para su uso personal, Los Salmos y los Proverbios están llenos de ellas, como lo están los Evangelios y las cartas de Pablo. Dedíquele un tiempo a la lectura de la Biblia y pídale al Señor que lo guíe a esos versículos que tienen un significado especial para usted. Con el correr del tiempo, Él me ha dado varios, como por ejemplo, Mateo 11:28, Lucas 6:38, Romanos 8:28, 2 Corintios 9:11 y otros.

De todos ellos, el Señor me ha dirigido al Salmo 37:4 el cual es mi favorito: “Deléitate en el SEÑOR, y él te dará lo que de corazón le pidas.”