Jueves 16 de julio de 2020
P: En la parábola del Administrador Astuto en Lucas 16, Jesús dijo en el versículo 8: “Y el amo elogió al mal mayordomo por haber actuado con tanta sagacidad, pues en el trato con sus semejantes los hijos de este mundo son más sagaces que los hijos de la luz.”
A pesar de que el administrador era deshonesto, todavía fue elogiado por su astucia.
¿Es esta una reprimenda suave pero firme contra las personas cristianas (seguidores, creyentes) porque no están manejando el dinero con prudencia o debido a una mala administración? ¿Está sugiriendo que podemos “aprender” de los caminos del mundo cuando se trata de dinero? ¿Está sugiriendo que nosotros, como personas cristianas, debemos ser más sabios y astutos en nuestros tratos comerciales? ¿Qué pasa si nos involucramos en una transacción financiera con nuestra familia y las cosas no funcionan? ¿Necesitamos ser astutos con los miembros de nuestra familia?
R: El Administrador Astuto estaba usando su posición de autoridad para ganar influencia con las personas que estaban en posición de ayudarlo a asegurar un futuro cómodo después de que perdió su trabajo. Las personas cristianas deben ser igual de astutos en el sentido eterno. En lugar de desperdiciar toda nuestra riqueza en comodidades mundanas que no tendrán valor para nosotros después de que muramos, debemos enviar nuestro tesoro al cielo para asegurarnos una eternidad mejor para nosotros. ¿Cómo podemos esperar que el Señor nos recompense con riquezas eternas si todo lo que hemos hecho es desperdiciar lo poco de riqueza que hemos adquirido aquí?
En Mateo 6:19-21 Él nos dijo: “No acumulen ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde ladrones se meten a robar. Por el contrario, háganse tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón.”
Mediante el uso de nuestro dinero, revelamos los deseos de nuestro corazón. Lamentablemente, la mayoría de nosotros gastamos mucho más dinero tratando de obtener una comodidad mundana temporal que de obtener la riqueza eterna. Eso muestra dónde están nuestros corazones.