El Movimiento de las Raíces Hebraicas

Q

Miércoles 28 de agosto de 2019

P: He estado pensando cuál es la responsabilidad bíblica hacia Jerusalén y el pueblo judío de las personas que han recibido a Cristo como su salvador y viven bajo la gracia. Veo a pastores usando rebozos de oración y manteniéndose firmes a las leyes del Antiguo Testamento, días santos y festividades, y he notado una mayor afluencia de líderes en la iglesia predicando y enseñando acerca del pueblo judío que permanece como el pueblo elegido de Dios y cuánto le debemos.

Yo oro diariamente por la paz de Jerusalén, pero no siento ser guiado por el Señor para comprar un rebozo de oración u observar las festividades o los días santos indicados en el Antiguo Testamento. No puedo encontrar ninguno de esos requisitos en las escrituras post resurrección, pero, si estas son cosas que debo abordar, lo haré. Mi perspectiva en esto está clara. Ya sea que Jesús cambió todo, o no lo hizo. ¿Me podía aclarar esto?

A

R: Pareciera que usted se está refiriendo a una enseñanza que ha estado ganando popularidad entre personas cristianas llamada el Movimiento de las Raíces Hebreas (Hebraicas). Muchos de sus proponentes afirman que la Iglesia solamente puede lograr su destino a través de Israel y proponen el retorno a los requisitos del antiguo pacto, como guardar la ley, observar las fiestas levíticas, etc.

Es el polo opuesto a otra falsa enseñanza llamada la Teología del Reemplazo la cual sostiene que todas las promesas no cumplidas a Israel han sido heredadas por la Iglesia.

Ambos grupos ignoran la verdad fundamental que Israel y la Iglesia son claramente diferentes con orígenes diferentes y destinos diferentes. Al seguir cualquiera de las dos uno tendría que re-interpretar o ignorar completamente la clara enseñanza del Nuevo Testamento.

Por ejemplo, tanto Hechos 15:13-18 y Romanos 11:25-27 revelan que después de la cruz Israel fue puesto a un lado de manera temporal mientras el Señor se concentraba en edificar la (en gran parte) Iglesia Gentil, y después Él volverá Su atención de nuevo a Israel.

Mientras tanto en cuanto a Él se refiere, nosotros que estamos en Cristo no somos ni judíos ni gentiles ante Sus ojos (Gálatas 3:28). A ese fin Pablo nos aconsejó que no permitamos que nadie nos juzgue por lo que comemos o bebemos, o con respecto a los días festivos, la celebración de la Nueva Luna o el día Sabbat (Colosenses 2:16).

Dios escogió a Israel para siempre (Génesis 17:8) y tan pronto retornen a Él como una nación, todas las promesas no cumplidas que Él les hizo verán su cumplimiento. A las personas cristianas no les está prohibido observar las Fiestas de Israel y se puede aprender mucho al estudiarlas. Pero cuando estas y otras provisiones del Antiguo Testamento se enseñan como que son obligatorias, la línea entre la Gracia y la Ley se ha cruzado. La Iglesia no es Israel e Israel no es la Iglesia.