Genesis 3:8-13 es una descripcion de la primera confrontacion de Dios con el ser humano pecador. Nos dice que cuando Adan y Eva oyeron a Dios en el Huerto, se ocultaron de Su presencia porque tuvieron miedo. Cuando Dios los confronto, en lugar de humillarse y confesar su pecado, ambos trataron de culparse entre si, y no hay ningun indicio de que ellos buscaron Su perdon. Esto causo un cambio en su relacion con Dios. Todavia eran Sus hijos, pero muchas de las bendiciones que habian disfrutado ya no estaban disponibles para ellos (Genesis 3:16-19). Yo creo que las cosas pudieron haber sido mucho mas distintas para todos nosotros si ellos simplemente hubieran confesado su pecado y asi habrian recibido el perdon de Dios.
Santiago 4:6-8 describe el procedimiento correcto que debemos seguir en un caso como ese. Primero, Santiago nos recuerda que Dios resiste a la persona soberbia pero le da gracia a la que se humilla. Aun si creemos que alguien mas es parcialmente culpable por extraviarnos, nosotros debemos humillarnos ante Dios y confesar nuestro pecado. Santiago nos dijo de someternos a Dios y asi poder resistir al diablo para que huya de nosotros. Finalmente el dijo, «Acerquense a Dios y El se acercara a ustedes.»
Y Juan dijo, «Si confesamos nuestros pecados, el es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad» (1 Juan 1:9).
Este consejo de Juan tiene la intencion de ayudarnos a evitar cometer el error que cometieron Adan y Eva para que siempre nos mantengamos cercanos a Dios como cuando El nos salvo la primera vez.
«Las cosas que se escribieron antes, se escribieron para nuestra ensenanza, a fin de que tengamos esperanza por medio de la paciencia y la consolacion de las Escrituras» (Romanos 15:4).