Es Dios nuestro Padre?

Q

Miércoles, 14 de junio de 2017

P: Juan 5:17-18 dice, (en Su defensa por haber curado en un Sabbath) “Pero Jesús les respondió: «Hasta ahora mi Padre trabaja, y yo también trabajo.» Por esto los judíos con más ganas procuraban matarlo, porque no sólo quebrantaba el día de reposo sino que, además, decía que Dios mismo era su Padre, con lo cual se hacía igual a Dios

Cuando oramos, Jesús dice que digamos “Padre nuestro que estás en el cielo.” Cuando llamamos a Dios nuestro Padre, ¿nos estamos haciendo también iguales a Dios? ¿Me lo podría explicar?

A

R: Los judíos en tiempos del Señor nunca pensaban dirigirse a Dios con un término tan íntimo y por eso sospechaban que Él cometía una blasfemia. Y sin embargo, sus propias profecías describían al Mesías como el Hijo de Dios y por lo tanto Él podía llamarlo Padre.

Hablando del Mesías en el Salmo 2:7 Dios dijo, “Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy.” Y en Isaías 9:6 el profeta escribió, “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” El problema que ellos tenían es que no creían que Él era su Mesías.

Cuando nosotros llamamos a Dios nuestro Padre, no estamos tratando de hacernos iguales a Dios. Simplemente estamos reconociendo que existe una relación Padre/hijo entre Dios y nosotros. Tenemos el derecho de hacer eso porque Juan 1:12-13 dice que cuando recibimos al Señor y creemos en Su nombre se nos da la autoridad de ser hijos de Dios.

Romanos 8:15-17 va más allá al confirmar que podemos llamar a Dios nuestro Padre y podemos pensar que somos herederos de Dios y coherederos con Cristo. Romanos 8:29 dice que el propósito de Dios es que seamos conformados a imagen de Su Hijo, para que Él pueda ser las primicias de muchos hermanos.

Gálatas 4:4-7 agrega que hemos recibido todos los derechos de hijos, lo cual es equivalente a estar legalmente adoptados en la familia de Dios y recibir el derecho de la herencia.

Yo me doy cuenta de que mucho de esto está más allá de nuestra imaginación, pero esas son claras declaraciones de la palabra de Dios. Tener el derecho de llamar al Creador del Universo nuestro Padre es solamente uno de los ejemplos de las incomparables riquezas de la gracia de Dios, expresadas en Su gentileza para con nosotros en Cristo Jesús (Efesios 2:7).

Gracias Padre por habernos tomado en Tu familia y llamarnos Tus propios hijos. Sabemos que no lo merecemos, pero es otra de las señales de tu abrumador amor para con nosotros. Amén.