Martes 23 de febrero de 2021
P: Siento como si el Señor está en el horizonte y algunas veces mientras conduzco mi automóvil pienso sobre las personas en los otros vehículos y me pongo a pensar, “¿Sabrán lo que se viene?” Nuestro mundo se dirige rápidamente hacia la conclusión de todas las promesa de Dios. Con frecuencia siento como que no soy digno. Mis pecados ocurren diariamente, y con frecuencia oro al Señor de que Él sabe que yo NO dudo de Él ni de su regalo de la salvación, sino solamente de mí mismo. ¿Está bien si continúo orando sobre mi propia salvación a pesar de que lo he hecho más de un millón de veces?
R: Ninguno de nosotros es digno, pero no es nuestra indignidad lo que importa, es la fidelidad del Señor. La primera vez que usted sinceramente oró por su salvación, la misma le fue otorgada para siempre (Efesios 1:13-14) y no hay nada que alguien pueda hacer para cambiar eso (Juan 10:27-30). Todo lo que usted tiene que hacer ahora es confesar sus pecados cuando usted peca para poder restablecer así su relación con Dios y quedar limpio de toda injusticia (1 Juan 1:9).