Herir y curar

Q

Martes 17 de noviembre de 2020

P: Estoy interesado en conocer qué piense usted sobre Deuteronomio 32 versículo 39, gracias.

A

R: Deuteronomio 32:39 dice: “Reconozcan ahora que yo soy Dios, y que no hay otros dioses conmigo. Yo doy la vida, y yo la quito; yo hiero de muerte, y yo devuelvo la vida, y no hay nadie que pueda evitarlo.”

Yo pienso que este versículo debe ser tomado dentro del contexto de todo el capítulo, el cual es una profecía para el Israel nacional. Los versículos 36-37 dicen que el Señor tomará una determinación acerca de Su pueblo y tendrá compasión de ellos, a pesar de que ellos lo habían dejado por otros dioses y quienes a su vez los habían dejado. Y cuando su fuerza se les terminó y casi ya no queda ninguno de ellos, Él se revelará a ellos como el Único Dios. Ezequiel dijo más tarde que eso sucedería la estela de la venidera batalla de Ezequiel 38-39.

Al reversar la muerte y la vida, yo creo que Él está hablando sobre cómo es que Él hace morir a una nación y la vuelve a traer a la vida, a pesar de que la misma está en incredulidad (Ezequiel 36-37). En el herir y curar, Él está anticipando su retorno a Él después de haberlos vuelto a la vida.

Hablando sobre ello, Oseas 6:1-2 dice, “Vengan y volvámonos al SEÑOR; porque él nos ha despedazado, pero nos curará; nos ha herido, pero nos vendará. Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.” Esta es una profecía de que después de dos “días” (2000 años) Él los restaurará para que en el tercer día (el Milenio) puedan vivir en Su presencia. Ezequiel 40-48 confirma eso también.