La Seguridad Eterna que realmente no lo es

Q

Viernes 24 de junio de 2022

P: Usted es un increíble hombre de Dios y aprecio lo que Cristo está haciendo a través suyo y de su ministerio. Mi pregunta o comentario es sobre seguridad eterna (SE), también llamada una vez salvos, siempre salvos: SE.

Permítame primero declarar que fundamentalmente creo que somos salvos por lo que creemos y no por cómo nos comportamos. Creo que las Escrituras lo dejan bastante claro.

Pero creo que tenemos que tener cuidado de cómo difundimos esa verdad a otros, y creo que ese ha sido el GRAN problema en la doctrina de la SE. La gente lo expresa como “Oye, di una oración, eres salvo y vive de la manera que quieras. No te preocupes, Dios te ha perdonado.”

Tenemos que asegurarnos de que la gente entienda que Dios pagó un precio para hacer un cambio en nosotros “una nueva creación” y eso es algo especial y hermoso. ¿El cambio toma tiempo y trabajo? Sí, pero ahí es donde entra el Espíritu Santo para ayudarnos a convencernos. Si las personas no sienten la convicción del Espíritu Santo, entonces lo único que hicieron fue recitar una oración y no hubo cambio.

La SE no debe usarse como chivo expiatorio por el comportamiento de esas personas. Eso es burlarse del regalo de nuestro Señor. Sí, ¡creo en la SE si hay una verdadera confesión y conversión!

¿Cree usted que la doctrina de la SE ha sido mal interpretada y, en caso afirmativo, qué podemos hacer como fieles creyentes bíblicos de Cristo para cambiar ese malentendido?

A

R: Mire lo que está diciendo “¡Creo en la SE si hay una verdadera confesión y conversión!”. ¿En qué otras circunstancias podría aplicarse la SE? Y Dios no pagó un precio para hacer un cambio en nosotros a través del tiempo y el trabajo y la convicción del Espíritu Santo. Debido a que Él pagó un precio, se ha realizado un cambio en nosotros que permite que Dios nos vea como si nunca hubiéramos pecado. ¡Lo viejo se ha ido, lo nuevo ha llegado! (2 Corintios 5:17)

La verdad sea dicha, tenemos el derecho de decir una oración y luego vivir de la manera que queremos, porque es la oración sincera la que nos salva, no nuestros intentos de ser buenos después. Ahora bien, si elegimos ignorar el consejo del Espíritu Santo y vivir vidas inútiles e infructuosas, sufriremos pérdidas tanto aquí como en la eternidad (1 Corintios 3:15) pero aun así seremos salvos.

Creo que el único lugar donde se ha malentendido la SE es entre aquellos que quitarían de lo que el Señor hizo al añadirme las condiciones del hombre.