Obras y fruto

Q

Viernes 26 de junio de 2020

P: Después de que uno es salvo y cuando la Biblia se refiere a “obras”, ¿de qué “obras” está hablando? ¿Es solamente leer la Biblia, orar, asistir a la iglesia, o es algo como ser testigos o hacer algo amable hacia otras personas? Y entonces, ¿qué es “fruto”? ¿Es el fruto del Espíritu?

A

R: Los dos son muy similares. Ambos son el resultado de nuestra salvación y no son parte de lograrla ni de mantenerla. Tampoco tienen la intención de beneficiarnos, a pesar de que somos bendecidos por ellos. Tienen la intención de transmitir el amor que el Señor tiene por los demás, el cual Él expresa por medio nuestro.

Las buenas obras son acciones que se hacen por el impulso del Espíritu Santo. Son motivadas por el agradecimiento que sentimos por el regalo gratuito de la salvación que hemos recibido.

La ausencia de buenas obras en nuestra vida no significa que no seamos salvos. Significa que no estamos siguiendo la guía del Espíritu Santo, y así estamos desperdiciando oportunidades para expresar nuestra gratitud. Efesios 2:10 dice que Dios preparó las cosas por adelantado para que nosotros las hiciéramos. Por consiguiente, todos tenemos muchas oportunidades. Depende de nosotros el poder aprovecharlas. Después de todo, el Espíritu Santo es un consejero, no un comandante.

Gálatas 5:22-23 define el fruto del Espíritu Santo como amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y auto-control. Estos también son el resultado de la influencia del Espíritu Santo, y como las buenas obras, resultarán en acciones positivas hacia los demás.

A propósito, nada de lo que hagamos por nuestra propia iniciativa y por nuestra propia fuerza se considera como bueno, no importa cuál sea el resultado. Todo se trata de Jesús obrando a través nuestro. Él dijo “Yo soy la vid, ustedes son las ramas; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada pueden hacer” (Juan 15:5).